Nº 318 - 30 de octubre de 2014

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Global Action Fund for Fungal Infections, GAFFI
Académico del ICBM es nombrado embajador en Chile de organización mundial contra enfermedades fúngicas

  • Se trata del profesor Eduardo Álvarez Duarte, del Programa de Microbiología y Micología, quien señala que esta designación apunta a fomentar el registro y análisis de estas patologías en nuestro país, así como la capacitación de especialistas en su diagnóstico y tratamiento; a nivel mundial, la entidad tiene como objetivo primario mejorar el acceso a medicamentos y terapias en los países en vías de desarrollo.

“Las infecciones fúngicas matan anualmente a 1.350.000 pacientes diagnosticados o en tratamiento por VIH, cáncer, tuberculosis o asma, mientras causan otros problemas como ceguera a decenas de millones de personas a través del mundo. Así, como un caballo de Troya sus síntomas son mayoritariamente ocultos, y ocurren como consecuencia de otros problemas de salud”. De esta manera, la Fundación GAFFI da a conocer la gravedad de esta situación, de la cual el profesor Eduardo Álvarez, académico del Programa de Microbiología y Micología del ICBM, fue recientemente nombrado embajador en nuestro país.


Profesor Eduardo Álvarez.

“En Chile, estas infecciones afectan a aproximadamente 350.000 personas al año, en su mayoría con problemas en su sistema inmune debido a tratamientos oncológicos, trasplantes o portadores de VIH, pero la gran mayoría sobrevive gracias al apropiado acceso a diagnóstico, tratamientos y medicamentos”, explica el docente.

Como primera actividad en su calidad de miembro de GAFFI, el profesor Álvarez realizó una investigación con el fin de evaluar la situación nacional respecto de las infecciones originadas por hongos, “respecto de lo cual la principal dificultad fue que en Chile hay muy pocos registros, dado que el centro de referencia nacional, que está en el Instituto de Salud Pública, se creó recién el año pasado”. Por ello, debió recurrir a informes publicados por el Ministerio de Salud, el propio ISP, la Organización Mundial de la Salud y la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, OCDE. En base a este material, hizo proyecciones estadísticas para estimar la prevalencia de diferentes micosis, desde las más simples y frecuentes como la onicomicosis –que afecta a las uñas- a otras de mayor gravedad, como la que provoca neumonía en pacientes inmunodeprimidos, como es Pneumocystis jirovecii, concluyendo que alrededor del 2% de la población local tiene algún tipo de micosis.

De este total, aclara que algunas de ellas son infecciones primarias, “que pueden ser bastante generalizadas, pero no revisten ninguna gravedad porque en Chile no tenemos patógenos primarios propiamente tal; de hecho, los más problemáticos y incidentes en nuestro país probablemente sean los dermatofitos, que atacan a la piel, pelo y las uñas, pero que no causan mortalidad”; otras son oportunistas, como la infección por Candida albicans, y existen otros que podrían ser de gran complejidad en los pacientes inmunosuprimidos como Aspergillus o Fusarium, “pero que en Chile son pacientes que acceden a diagnóstico oportuno y buen tratamiento”.

Por ello, señala que nuestro país está en una situación de privilegio respecto de otras naciones de la región, debido a la buena cobertura del sistema sanitario, lo que lleva a que las posibles infecciones por estos microorganismos no lleguen a generar patologías de extrema gravedad. “Pero hay otros países donde sí hay microorganismos endémicos que son patógenos primarios y que cobran importancia en individuos que tienen una enfermedad de base, en los que se  constituyen como un caballo de Troya; el problema es que puede pasar mucho tiempo para que sean detectados, lo que hace que el tratamiento sea tardío o que hubiera complicaciones que lleven a la muerte del paciente. Por ejemplo, si un trasplantado adquiere una infección por Fusarium, por cada día que se retrasa el diagnóstico, el riesgo de muerte puede aumentar diariamente entre un 10% y un 12% aproximados”.

De esta forma, y pese a que la situación nacional en cuanto a infecciones fúngicas está en buenas condiciones –resultados que publicarán próximamente-, el profesor Álvarez señala que integrar y recibir respaldo de GAFFI puede ser un punto de inflexión para mejorar la formación de profesionales de la salud dedicados al diagnóstico y tratamiento de estas patologías, “sobre todo, porque este es un panorama cambiante; debido a los movimientos migratorios provenientes desde diferentes zonas del continente, ha comenzado la detección de agentes micóticos que no son los habituales en nuestro país, y es fundamental mantenernos actualizados”.


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