Nº 300 - 7 de mayo de 2014

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Para frenar sus avances
Probarán nuevas drogas contra el Parkinson

  • Dos nuevas drogas orales que el año pasado se identificaron como potenciales terapias para disminuir el estrés celular comenzarán a probarse en Chile para la enfermedad de Parkinson, en el Instituto de Neurociencia Biomédica de la Facultad de Medicina. Esto, gracias a un fondo de 250 mil dólares otorgado por la Fundación Michael J. Fox, la principal institución de financiamiento al desarrollo de curas contra esta enfermedad, que destruye las neuronas dopaminérgicas, encargadas de controlar los movimientos voluntarios. "Queremos ver si estos compuestos pueden frenar el curso de la patología  y mejorar síntomas motores y la viabilidad de las neuronas", explica el doctor Claudio Hetz, codirector del BNI, a cargo de los estudios.

Doctor Claudio Hetz

El grupo científico liderado por el doctor Claudio Hetz iniciará la realización de un nuevo proyecto en el que validarán dos nuevas drogas, cuya función es bloquear selectivamente componentes de la respuesta a estrés de mal plegamiento, en el modelo de enfermedad de Parkinson. “Estas nuevas sustancias se encontraron luego de una búsqueda masiva a gran escala, proceso por el cual, y mediante diferentes ensayos, prueban cómo muchísimas nuevas moléculas afectan los niveles de estrés celular hasta encontrar aquellas que activan el blanco terapéutico de mayor interés en forma específica. Después, las testearon en estudios de farmacocinética, por lo que pudieron determinar que estas sustancias son activas oralmente, no son tóxicas y que son capaces de llegar al cerebro en forma significativa, pasando la barrera hematoencefálica, por lo que tienen mucho potencial para su futuro uso en la clínica, pues se ha demostrado que son muy efectivas en enfermedad de priones y en Alzheimer experimentalmente”.

Así, estudiarán estas nuevas drogas –GSK 2606414 e Isrib, la primera de las cuales inhibe el efecto de sensor de estrés, por lo que es un eficaz neuroprotector en enfermedades neurodegenerativas, como el mal de la vaca loca, y  la segunda modula un factor de transcripción que se encuentra más abajo en la cadena de señalización, con efectos importantes sobre la memoria y el aprendizaje-, para lo cual formaron alianzas con el laboratorio del doctor Peter Walters, del Howard Hughes Medical Institute de la Universidad de California, donde se descubrió y sintetizó Isrib, y con el laboratorio farmacéutico que encontró la segunda sustancia, de Glaxo SmithKline Research and Development.

Las pruebas que iniciarán con ambos fármacos tomarán dos años, al cabo de los cuales será posible responder si son eficaces para combatir el Parkinson.

“Estamos muy contentos porque este es el tercer proyecto que nos financia esta fundación, que  es la entidad más prestigiosa del mundo en el apoyo para el desarrollo de curas contra el Parkinson. Probaremos estas sustancias en un modelo farmacológico y genético de esta patología, de manera de comparar los resultados. Lo que obtengamos, positivo o negativo, servirá para orientar las futuras investigaciones e inversiones de la Fundación Michael J. Fox en cuanto a los blancos terapéuticos para esta patología”.     

Avances en terapia génica contra Parkinson

De hecho, como resultado de las investigaciones ya financiadas por esta institución –además del apoyo de Fondef y la empresa Genzyme-, el grupo liderado por el doctor Hetz publicó el 21 de abril recién pasado los resultados de una investigación sobre el uso de terapia génica sobre las neuronas dopaminérgicas en la prestigiosa revista PNAS, de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. La doctora Gabriela Mercado, una de los investigadores que llevaron a cabo el estudio, comenta que “demostramos que la terapia génica tiene un efecto protector sobre las neuronas, haciéndolas más resistentes al estrés celular observado en el Parkinson”.

El gen terapéutico utilizado por el doctor Hetz y su equipo es el XBP1, factor de transcripción génica que controla la adaptación celular al estrés y que en los pacientes con Parkinson no funciona adecuadamente.

Usando virus genéticamente modificados de última generación, conocidos como virus adenoasociados (AAV) introdujeron el XBP1 para probar las estrategias de ganancia y pérdida de función. Así, utilizando modelo animal inyectaron los virus con este factor directamente en la sustancia nigra del cerebro donde se ubican las neuronas dopaminérgicas. De esta forma, pudieron observar el efecto terapéutico de eliminar la función del factor XBP1 –entendido como un regulador maestro para la respuesta de estrés al mal plegamiento- pues protege a las neuronas dopaminérgicas contra la neurotoxina inducida de enfermedad de Parkinson.

Finalmente, el doctor Hetz añade que este estudio se realizó en colaboración con la empresa biotecnológica Genzyme, líder en terapia génica en el mundo, la cual en este momento está desarrollando en Estados Unidos ensayos clínicos en pacientes con Parkinson, usando AAVs como vehículo de entrega de genes terapéuticos.

Si quiere ver la publicación, pinche acá.
http://www.pnas.org/content/early/2014/04/18/1321845111.short


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