Nº 271 - 30 de julio de 2013

Neuropsicología, bases neurales
de los procesos
mentales

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La habilitación docente en la innovación curricular
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Porque todavía hay mucho por hacer
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Doctor Ramiro Molina, nuevo profesor emérito de la Casa de Bello

  • A la vera del camino, dice, es capaz de ver el bosque recorrido y apreciar en profundidad su heterogeneidad, que no es sino la misma de la Universidad de Chile. Su vida académica y asistencial, nacional como internacional, dedicada a incrementar los conocimientos en materia de salud sexual y reproductiva, la atención de mujeres y jóvenes en ese plano de sus vidas y, desde allí, el bienestar de toda la comunidad, no se detendrá el 22 de agosto de 2013, cuando le entreguen la máxima distinción que otorga nuestra corporación. “Estoy fregado, mis maestros me formaron así”, dice recordando a Benjamín Viel, Amador Neghme, Hernán Romero, Ernesto Medina, Juan Puga, Juan Wood, mientras espera los resultados de una postulación a un proyecto Fonis en materia de maternidad infantil en comunidad cuyos resultados, como siempre, espera poner al servicio del país y de la región.

Doctor Ramiro Molina

Un reciente reportaje periodístico de la serie “Contacto”, de Canal 13, puso nuevamente en evidencia una situación a la que estamos tan acostumbrados como país que ya pareciera no llamar la atención: la ignominiosa falta de educación sexual en los establecimientos educacionales municipales y subvencionados, que son los que forman al 70% de nuestra juventud.

El doctor Ramiro Molina, experto en la materia, especialista en medicina comunitaria y en Obstetricia y Ginecología –disciplina en la que llegó a ser nombrado maestro por sus pares- chilenos y Latinoamericanos, fundador del Centro de Medicina Reproductiva y Desarrollo Integral del Adolescencia de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, es uno de los académicos que más ha investigado respecto de la Salud Sexual de la Adolescente con especial en la educación sexual y en la formación de profesores en este tema, llevando este conocimiento desde la teoría a la práctica, creando diferentes programas de capacitación a través de variadas metodologías y métodos de difusión. Es, asimismo, uno de los que más ha investigado los estragos que puede causar su desconocimiento entre los y las adolescentes, en cuanto a embarazos tempranos, abortos, enfermedades e infecciones de transmisión sexual y en todos los ámbitos de vida. Ha ocupado todas las tribunas a las que lo han invitado para exponer sus aprendizajes y conclusiones, ha respondido una y mil veces las mismas preguntas. Ha visto nacer y morir diferentes propuestas orientadas a generar políticas públicas en este tema… y ha visto cómo pareciera no haber cambiado nada.

Ad portas de recibir la distinción de profesor emérito de la Universidad de Chile, en parte por su enorme trayectoria en cuanto a la salud sexual y reproductiva de los y las adolescentes de nuestro país… ¿no siente frustración de constatar que nada parece haber cambiado en este tema?

No!! Siento alegría y satisfacción, porque la madurez y las canas enseñan una cosa muy importante: que no hay elemento en el campo de la salud pública que aparezca de la noche a la mañana y que cambie sin que se produzca un cambio cultural o un genuino cambio social. Los que trabajamos en clínica-salud pública sabemos que los procesos en los que están involucrados los cambios culturales y sociales son los más complejos que existen. Por eso hay que tener paciencia y educar, muchas veces, porque el aporte está en hacer conciencia progresiva, esperando a las nuevas generaciones que vienen, más conscientes, que van a producir grandes cambios. Chile está cambiando, y hay que estar preparados, hay que mirar eso con paciencia e inteligencia, saber cómo adaptar lo aprendido y lo hecho a los nuevos desafíos, entendiendo que lo alcanzado  debe estar a  disposición  de la población, en un contexto como la Universidad de Chile, que es un baluarte que va abriendo camino. A nosotros nos tocado, ahora, estar en la proa de este barco que va dejando una estela en el agua para permitir a los demás ir navegando mejor.

Por qué parece no haber cambiado nada?

(En este punto el doctor Molina sonríe y comienza a revisar, desde fines del siglo XIX, lo que ha sido el desarrollo de la educación sexual en el mundo occidental. Cómo en Suecia resolvieron en menos de una década considerarla un derecho fundamental y la implementaron en sus planes de estudios con el advenimiento del siglo recién pasado. Las primeras políticas en Chile, en 1972, documento quemado en los albores de la dictadura; el silencio estatal por más de 20 años, mientras que en diferentes organizaciones privadas, así como en nuestra institución, se generaban propuestas e investigación en el tema y nacía el Centro de Medicina Reproductiva del Adolescente. Los primeros intentos de una política pública, con el retorno de la democracia, que se consolidan en una nueva Política del Ministerio de Educación, en 1993 pero sin una ley hasta febrero de 2010  y con un reglamento, sino recién hasta junio de 2013, donde la Educación Sexual fue nuevamente es letra muerta pues se escamotea la reglamentación para la obligatoriedad de la educación sexual en todos los establecimientos educacionales del Estado. Recuerda, también, los cambios que produjo el proyecto “Adolescencia, tiempo de Decisiones” que demostró, con cifras y hechos, las ventajas de intervenir con educación sexual. Los cambios adaptativos vividos por este programa –pasando de presencial a radial y a versión on line- hasta llegar a un modelo probado y que espera poder ofrecer, gratuitamente, a todos los profesores que lo requieran a través de la web, después de haber contribuido con  más de 5.000 docentes formados, de los cuales la mitad son del sector público, es decir alrededor de un 2% del total que trabaja en este tipo de establecimientos). Finalmente, responde:

Porque es una responsabilidad del Estado, de la cual no se ha hecho cargo; porque no tiene reglamento en la ley  20.418 que es de absoluta responsabilidad del Ministerio de Educación. Porque es una necesidad en una educación de calidad para nuestros hijos, es un tema que se puede abordar con pedagogía, es una necesidad y un mandato de Naciones Unidas y porque hoy es un factor mas de inequidad en la educación.  

¿Cuándo se terminará de dar la lucha por lo que Ud. cree?

Nunca. Mientras tenga fuerzas y voluntad para poner a disposición de mi universidad o de donde sea, la experiencia alcanzada en estos años de trabajo, investigación y enseñanza, hay que hacerlo. No hacerlo sería inmoral y antiético. El silencio es un don de los ignorantes, mediocres y muertos.

Cecilia Valenzuela León


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