Nº 264 - 4 de junio de 2013

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Generación del ‘73 entrega sus primeras becas

  • Claudio Carreño, Álvaro Yévenes y Catalina Araya son los primeros beneficiados con la beca “Fondo Solidario para estudiantes de Medicina de la Universidad de Chile”, iniciativa que reúne aportes de los egresados de esta cohorte de médicos y cuyo fin es apoyar durante su formación de pregrado a algunos de sus futuros colegas.

Este fondo de ayuda solidaria, respaldado por el decreto universitario 45365 del año 2012 firmado por el rector de la corporación, profesor Víctor Pérez, es administrado por un comité constituido por la decana de la Facultad de Medicina, doctora Cecilia Sepúlveda; la directora de Asuntos Estudiantiles, doctora Marisol Prado; la directora de la Escuela de Medicina, doctora Gisela Alarcón; la asistente social del plantel, Victoria Tigre y dos representantes del “Grupo Dr. Strozzi” –entidad que aglutina a los egresados de la Generación 1973-, como son las doctoras Pilar Macho y Elisa Berdichevsky. A partir de este año otorgará becas a tres alumnos de primer año de Medicina, por un monto de $80.000 mensuales durante 10 meses al año ($800.000 en total) cada una, ayuda que recibirán durante los siete años de duración de la carrera, lo que alcanza un total de $5.600.000  por cada estudiante becado.


Doctores Alejandro Afani, Elisa Berdichevsky y Pilar Macho junto a Álvaro Yévenes, la doctora Cecilia Sepúlveda, Claudio Carreño, doctora Gisela Alarcón, Victoria Tigre y doctor Ennio Vivaldi.

Con el fin de oficializar la entrega de este beneficio, el viernes 24 de mayo de 2013 se realizó un encuentro presidido por la doctora Sepúlveda, quien dio a conocer el origen de este fondo. “Por primera vez contamos con una iniciativa como ésta, que surge de la generación de egresados de 1973, a la cual pertenecemos, entre muchos otros, el doctor Ennio Vivaldi –vicedecano de la institución-, las doctoras Elisa Berdichevsky, Pilar Macho y yo. Y aunque los médicos siempre hemos sido solidarios, respaldando a muchos estudiantes de distintas maneras a lo largo de la historia –porque de hecho el juramento hipocrático nos compromete a ayudar a nuestros futuros colegas, especialmente durante su formación-, el que nuestra generación haya instituido este fondo solidario de manera oficial, reglamentada y permanente, nos llena de satisfacción”.  

Por su parte, la doctora Pilar Macho, explicó que “como generación tuvimos el privilegio de estudiar con una educación pública gratuita y de gran calidad, por lo que la mayoría de los alumnos universitarios provenían de escuelas y liceos fiscales. Eso garantizaba que los jóvenes talentosos podían seguir la carrera que quisieran, y que los hijos de familias numerosas no tenían en el dinero un obstáculo que les impidiera ser profesionales; por eso en nuestro curso teníamos compañeros de todas las clases sociales y de todas las regiones del país. Esto cambió drásticamente después de nuestro egreso, pudimos ver con mucha tristeza cómo la educación pública comenzó su deterioro progresivo, lo que derivó en que empezó a restringirse y encarecerse el acceso, y muchos que lograban ingresar a la educación superior después debían abandonarla. Y bueno, cuando como generación reflexionamos respecto del privilegio que tuvimos, concluimos que teníamos una deuda con la sociedad, y que de alguna manera teníamos que retribuirla. Por eso creamos este fondo, para entregar un aporte monetario adicional a los estudiantes que lo requieran”.

A ello, añadió que “por el momento, el fondo se sustenta en los aportes que han hecho los miembros de nuestra generación, pero queremos convocar mediante una campaña a médicos de todas las generaciones que quieran participar”. Por eso, y dirigiéndose a los estudiantes beneficiados, finalizó diciendo que “quisiéramos que esta ayuda se tradujera en ustedes en un sentido de compromiso de servicio a la sociedad, en ser profesionales con interés de servir a la salud de todos los chilenos, por encima de otros intereses. Y que ustedes, en un futuro próximo, nos reemplazaran a nosotros en cuanto a mantener vigente este fondo”.


Claudio Carreño y Álvaro Yévenes

Por su parte, la doctora Berdichevsky reiteró el énfasis en cuanto al espíritu de gratitud y solidaridad que impulsa este fondo, “y este es el sentido que queremos traspasarles a ustedes, poder retribuir a la sociedad lo que están recibiendo a través de una vocación de servicio público”.

Claudio Carreño, egresado del Liceo Bicentenario San Pedro de Puente Alto y uno de los estudiantes beneficiados con esta beca, se mostró muy agradecido y orgulloso de haber sido merecedor de este financiamiento, que contribuirá a concluir con éxito sus estudios, “y espero, en el futuro, hacer lo que dijeron las doctoras: poder ayudar a otros estudiantes como yo”.   Álvaro Yévenes, quien fue alumno del colegio Las Araucarias, de Curacautín, comentó que “todavía no me la creo, estoy muy sorprendido y contento de haber recibido esta noticia, será de gran ayuda para mí y mi familia”. 

Cecilia Valenzuela León


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