
Doctor Pablo Caviedes |
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El estudio tiene como base los avances del doctor Bevilacqua en materia de la disferlinopatía, patología que integra la familia de las distrofias musculares distales, enfermedades musculares degenerativas de diversa presentación, que en este caso se deben a la incapacidad del tejido muscular esquelético de producir la proteína llamada Disferlina, que se encarga de reparar las células musculares dañadas durante el ejercicio, lo cual es un defecto hereditario recesivo.
“La idea de esta integración es hacer una propuesta que explore los mecanismos moleculares tras esta enfermedad. A eso apunta el proyecto: utilizando fundamentalmente modelos y líneas celulares en cultivo, así como a herramientas moleculares, trataremos de descubrir qué función tiene la Disferlina en el músculo y qué ocurre cuando ésta tiene una mutación y los consecuentes efectos a nivel celular”, explica el doctor Caviedes.
Lo que más se postula, añade, es que la Disferlina tiene un rol en la reparación de la membrana celular; “siendo una célula que está con stress constante, contrayéndose, las membranas celulares están expuestas a sufrir daño . En un sistema normal estos mecanismos de reparación están muy activos, y apuntan a formar “parches” de membrana con estructuras que están dentro de la célula; al haber un estímulo como una rotura de membranas, se activa una serie de moduladores, particularmente entrada de calcio, que echa a andar una serie de cadenas de proteínas que redundan en la agregación y fusión de vesículas para formar este parche, que luego se une a la membrana reparando el daño”. La disferlina, explica, estaría muy involucrada en este proceso, pero no se sabe cómo opera, ni qué rol cumple dentro de la cadena de sucesos.
Una mutación, diferentes cuadros clínicos
Por lo tanto, en los casos de los pacientes que tienen estas miopatías, cuando se dañan sus células musculares se presume que la Disferlina no estaría cumpliendo su rol en activar la progresión de los mecanismos de reparación. “Debido a esto, el daño se va perpetuando, por lo que comienza la destrucción del músculo. Queremos responder a varias preguntas, una de las más paradojales es que se podría esperar que una misma mutación produjera el mismo cuadro clínico, pero las observaciones que se han realizado –incluso en el caso de hermanos, que comparten la misma mutación-, el cuadro clínico de uno es totalmente distinto del otro”.
De esta forma, frente a una misma mutación de Disferlina, puede haber pacientes con una enfermedad muy poco agresiva y otros que lleguen a la postración. Para estas observaciones, los seguimientos realizados hasta el momento por el doctor Bevilacqua a los pacientes y sus familias es fundamental, porque “categorizar las mutaciones prevalentes es indispensable para llegar a diagnósticos precoces”, sentencia el doctor Caviedes.
Finalmente, explica que “queremos conocer la función de la proteína normal y qué abanico de alteraciones se producen cuando esta presenta alteraciones, lo que estudiaremos expresando las proteínas anómalas en nuestro modelos celulares, tales como nuestra línea “inmortalizada” de músculo humano, llamada RCMH. Los estudios son numerosos, pues hay que estudiarla interacción que tiene esta proteína con otras, también responsables de reparaciones celulares y, por último, asociar estos resultados a otras funciones involucradas”. Así, esperan que sea posible encontrar, en esa cadena de sucesos “un blanco en que se puede intervenir farmacológicamente, de manera de dar respuesta a estos pacientes”
Si desea conocer más de esta enfermedad y de los avances del doctor Bevilacqua, siga este vínculo: http://elpulso.med.uchile.cl/20110509/index.html
Cecilia Valenzuela León
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