Nº 206 - 19 de diciembre de 2011
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Emotiva ceremonia
Homenaje al verdadero maestro de la medicina

  • Con el fin de agradecer a quienes se han integrado a la iniciativa de Donación de Cuerpos del Programa de Anatomía y Biología del Desarrollo del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina, el miércoles 14 de diciembre de 2011 se realizó una celebración eucarística a la que acudieron donantes y sus familiares, así como académicos y estudiantes del plantel.

La emotiva liturgia, oficiada por el padre Jesús Bonaccia, contó con la asistencia de personas que en vida han donado sus cuerpos para la enseñanza de las distintas disciplinas de la salud, así como sus familias y las de quienes ya han hecho realidad este paso. El profesor Miguel Soto, coordinador de este programa, agradeció a todos ellos la oportunidad que dan a todos los estudiantes de esta institución de aprender con “el gran maestro de todos: el cuerpo”.

Posteriormente, profesoras de educación parvularia del Jardín Infantil del Hospital Clínico de la Universidad de Chile entregaron como ofrenda dibujos navideños hechos por los niños y niñas de la unidad, y la cantante lírica y funcionaria del plantel Carmen Gajardo, deleitó a todos los presentes al interpretar el “Ave María”.


Los trabajos de los niños del Jardín Infantil fueron donados como ofrendas en el acto litúrgico.

Según explicó la señora Laura Palacios, “para mí siempre fue un deseo donar mi cuerpo para la docencia,  hasta por un sentido práctico: qué saco con quedar en nada. A mi familia le conté una vez que hice el trámite y les pedí que por favor no se opusieran llegado el momento, si es que me sobreviven; pero están conformes y respetan mi decisión”.

Asimismo, la pareja compuesta por Jacob Báez y Ana Urzúa –ambos son donantes- cuentan que se decidieron integrarse al Programa de Donación de Cuerpos luego de enterarse de su existencia hace años mediante los medios de comunicación. “Viendo la necesidad que hay para la enseñanza, y sabiendo que cuando uno fallece el cuerpo prácticamente se pierde, pensamos que si podía ser de utilidad para otras personas, era bueno hacerlo”, explica el señor Báez. Por su parte, la señora Urzúa añade que “pensando en mis nietos y en sus hijos, si uno no hace esto… hay avances para enseñanza, pero no es lo mismo”.


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