Nº 206 - 19 de diciembre de 2011
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Con estupendos resultados
Neurocirujanos chilenos aprenden
 a “engañar” a nervios dolorosos

  • Se trata de la técnica llamada “Endo-endo anastomosis”, según la cual el extremo proximal de un nervio seccionado es dividido en dos para luego unir estas partes quirúrgicamente. Así se termina su ciclo regenerativo natural, que puede generar secuelas dolorosas de por vida.

Doctor Rómulo Melo

Los resultados de esta técnica y el seguimiento de pacientes a los que se les ha aplicado fueron presentados por el doctor Rómulo Melo, director del Departamento de Ciencias Neurológicas Oriente de la Facultad de Medicina, en el LXVI Congreso Chileno de Siquiatría, Neurología y Neurocirugía realizado durante noviembre recién pasado en Pucón. En el encuentro, esta investigación fue premiada como el mejor trabajo de neurocirugía y considerada una innovación técnica de gran utilidad para los pacientes. 

Según explica el doctor Melo, este procedimiento –que introdujeron en forma pionera al país- es aplicado desde hace tres años a pacientes del Instituto de Neurocirugía y de su departamento, con óptimos resultados.  “Cuando un nervio sensitivo –es decir, aquellos que transmiten sensaciones- es seccionado por algún trauma o accidente cortopunzante, de manera natural se produce un proceso de regeneración y autorreparación, que trata de unir ambos extremos: proximal –el que proviene desde el sistema nervioso- y distal, o trozo que queda más alejado. Los axones que forman el nervio y que vienen desde el extremo proximal crecen tratando de unirse al distal, pero lo hacen de forma desordenada,  generando un aumento de volumen llamado neuroma, y que como proviene de un nervio sensitivo, es un punto gatillo de dolor que puede ser invalidante”.

Una respuesta que no existía en Chile

A ello, añade que, habitualmente, estos cortes accidentales no se reparan de manera quirúrgica, pues requerirían de un injerto de nervio sensitivo que se debe extraer de otra zona del cuerpo, cambiando un área dañada por otra, lo que obliga a tratar el dolor con medicamentos neuropáticos. “Pero el dolor es mucho, deteriora bastante la calidad de vida de los pacientes, y como departamento empezamos a introducir esta técnica que es simple y económica”.

Como resultado de la técnica, el nervio dañado y reparado hace un nuevo neuroma o aumento de volumen, pero de forma mucho más controlada, “pues el extremo proximal al estar dividido en dos y unir estas dos puntas entre sí “entiende” que ya encontró al distal, por lo que detiene el proceso regenerativo, el neuroma es menor y desaparece el dolor de forma significativa”, añade el doctor Melo.

Por último, el doctor Melo añade que en el mismo congreso uno de los médicos en formación de especialistas de su departamento, el doctor Juan Manuel Matamala, fue premiado como el mejor comentario de poster, lo que llena de orgullo a sus académicos y compañeros. 

Cecilia Valenzuela


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