Dra. Verónica Iglesias |
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Los trabajadores de restaurantes para fumadores tienen en su organismo diez veces más presencia de compuestos derivados del humo del tabaco que aquellos que laboran en locales donde no se permite fumar. Así lo revela un estudio realizado por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, que midió el impacto de la exposición involuntaria a humo de tabaco ambiental sobre la salud respiratoria de trabajadores de pubs, bares y restaurantes de Santiago.
La investigación, que contó con la colaboración del Instituto de Salud Pública y de la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos, fue financiada por el Fondo Nacional de Investigación en Salud (FONIS) y el Fondo Fogarty del National Institute of Health del país del norte. Abarcó a 206 trabajadores de 59 locales de Recoleta, Santiago, Providencia, Ñuñoa y Las Condes.
Un equipo encabezado por la epidemióloga y doctora en Salud Pública Verónica Iglesias, midió la presencia de cotinina –un subproducto de la nicotina- en trabajadores no fumadores, lo que permitió conocer la exposición de estas personas al humo ambiental del tabaco al momento del análisis. La concentración de este metabolito en la orina fue de 40 nanogramos por milímetro en quienes trabajan en locales para fumadores, 13,5 ng/ml en los empleados de establecimientos mixtos y 4 ng/ml entre quienes desarrollan su jornada laboral en recintos con prohibición de fumar. El nivel considerado normal para los no fumadores es de 10 ng/ml como máximo.
Por otra parte, se evaluaron diversos síntomas y signos respiratorios, comúnmente asociados a la exposición al humo de cigarrillo, como son la tos, irritación de los ojos, sibiliancia (ruido del pecho al respirar), picazón de la garganta, flema, irritación de la nariz y sensación de falta de aire. El 86,4% de los trabajadores (178 de los 206) dijo haber sentido al menos uno de ellos durante las últimas cuatro semanas. Se incluyó en esta pregunta tanto a los que fuman como a los que no lo hacen.
En el estudio también se analizaron los niveles de hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), compuestos altamente cancerígenos que se originan en la combustión tanto de cigarrillos como de otros materiales, y que están presentes en el ambiente. En los bares y pubs se observó una concentración de HAPs equivalente al doble de la medida en los restaurantes; asimismo, los locales que usan velas e incienso presentaban siete veces más hidrocarburos que el resto.
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Al comentar estos resultados, la doctora Verónica Iglesias señaló que, más allá de que los locales cumplan o no con la legislación vigente, esta no protege a los trabajadores, pues ellos deben exponerse involuntaria y diariamente a los distintos agentes demostradamente cancerígenos del humo del tabaco. La experta agregó que la ley sólo obliga a restaurantes, bares y pubs a definirse como locales para fumadores o no fumadores, “pero no considera a los casinos ni a las discotheques, lugares donde también hay trabajadores arriesgando su salud”.
La doctora Iglesias dijo que la ley antitabaco, que rige desde agosto de 2006, no está cumpliendo con su espíritu, que es el de resguardar la salud de las personas, especialmente de las que no fuman pero sufren los efectos nocivos del mal hábito de otras. Sostuvo que en Chile existe más gente expuesta al humo de tabaco ambiental que a contaminantes como el arsénico, el plomo o el tolueno, que tienen menos potencial cancerígeno pero están más estrictamente normados.
Por su parte, el doctor Oscar Arteaga, director de la Escuela de Salud Pública, anunció que los datos de esta investigación serán enviados al Ministerio de Salud y al Congreso Nacional, con el fin de aportar con la evidencia necesaria para crear una ley que proteja efectivamente a los trabajadores. “En esta materia no caben posiciones neutras, ya que estamos hablando de factores de riesgo para la salud que no dependen de la voluntad de las personas, como es el caso de quienes deben trabajar en un ambiente contaminado, sin posibilidad de elección”, precisó el salubrista.
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