Doctor Jorge Sandoval |
Casi todas nuestras adolescentes quieren ser madres, algún día. La gran mayoría de los jóvenes ve a la paternidad como una meta en sus vidas, como parte de una realización personal y familiar plena. Pero no es lo mismo convertirse en responsables de un hijo a los 15 años que a los 20 o a los 30. No es lo mismo decidir tener dos hijos que no tener control sobre el número de embarazos que se desean. No es lo mismo, tampoco, confundir sexualidad con afectividad, ni aceptar la violencia intrafamiliar como parte “normal” de la vida de pareja.
Estos temas y muchos más son los que aborda una educación sexual completa e integral, que enfrenta las diferencias formativas y de idiosincrasia de los jóvenes y comunidades a los que va dirigida. Es un derecho de nuestros y nuestras adolescentes, consagrado en una ley que hace obligatoria la educación sexual desde primer año de enseñanza básica y que fue anunciada en marzo de 2011, pero que aún no tiene listos los reglamentos que harán posible su implementación como parte del currículo de todos los colegios de Chile.
Como todavía no es así, como no se exige ni se mide a los establecimientos educacionales en cuanto a presentar resultados e indicadores en este sentido, no están motivados a capacitar a sus profesores en esta materia. Ellos, los responsables de la formación de nuestros hijos e hijas, tienen jornadas de trabajo sobrecargadas y, muchas veces, remuneraciones que no se condicen con el calibre de la labor que hacen. Por este motivo, prefieren capacitarse en las áreas en las que sí les piden mejores resultados, porque estos redundarán en un aumento en las matrículas de su establecimiento y, en consecuencia, mayores recursos económicos que ingresan por distintas vías.
Este es el mayor desafío que debe enfrentar la implementación de la educación sexual de nuestro país, si se quiere tener un proceso exitoso. Cuando profesores y directores DEBAN impartir esta formación a nuestros jóvenes –y, en consecuencia, a sus familias-, el portafolios de programas que ofrece el Ministerio de Educación podrá enfrentar la dificultad que supone el altísimo número de docentes por capacitar, muchos de ellos de regiones aisladas y sin posibilidades económicas de viajar para asistir a cursos presenciales.
Entonces será el momento de aprovechar la tecnología y las redes informáticas para acercar estos cursos a todos los rincones del país, a través de Internet o de las metodologías de autoaprendizaje, acercando contenidos y metodologías de enseñanza tan completas y didácticas como las que podemos ofrecer en nuestras aulas. Así, sólo bastará con tener un computador para abrir los discos o conectarse a la web y acceder fácilmente a estos conocimientos que, como Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, estamos listos para brindar a los educadores de nuestra juventud.
Doctor Jorge Sandoval
Profesor Asociado
Centro de Medicina Reproductiva y Desarrollo Integral del Adolescente, Cemera
Departamento de Obstetricia y Ginecología
Facultad de Medicina
Universidad de Chile |
