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Juana Vargas Bravo, subdirectora de la Escuela de Tecnología Médica:
“Si la oportunidad no se me hubiese dado, sinceramente me hubiese quedado mucho más. No puedo estar contenta en un cien por ciento, porque mi vida acá ha sido muy fructífera. Trabajé 40 años en la Facultad y me siento privilegiada de la docencia y de haber formado parte de la Universidad de Chile”.
Desde la aprobación el 2009 de la Ley 20.374, más conocida como la Ley de Retiro Voluntario -instrumento que facilita una jubilación digna para los académicos y personal de colaboración- durante el 2010, 113 personas lograron cumplir con los requisitos para acogerse a ella.
Teresita Castillo Álvarez, coordinadora de Asignaturas Generales de la escuela:
“Por intereses familiares me acogí a la Ley de Retiro Voluntario, sin embargo, me voy con cierta tristeza. Alejarme de este mundo académico tan importante para mí no es fácil. Fueron alrededor de 30 años. Los conocimientos adquiridos en este lugar son impagables, al igual que las amistades que uno va forjando. Yo soy de la Chile, y para mí no hay otra”.
Nancy Olea Rosson, tecnóloga médica, quien se desempeñaba en la Unidad de Microscopia Electrónica en el CESAT, Centro de Servicios de Alta Tecnología inserto en el Instituto de Ciencias Biomédica, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile: "En la universidad trabajé más de 41 años: 27 de ellos en la Facultad de Ciencias y 15 más, en la Facultad de Medicina.”
Estoy contenta por que creo que en la medida que haya podido realizar una contribución a la docencia, a la labor de investigación, al ICBM, me hace sentir satisfecha. Creo que ha sido importante, al menos lo es para mí.”
Prof. Pilar Armanet, Directora de la Escuela de Tecnología Médica; Teresa Castillo, acogió Ley de Retiro Voluntario; Dr. Ennio Vivaldi, Vicedecano de la Facultad de Medicina; Juana Vargas y Nancy Olea, las otras docentes que también se acogieron a la Ley |
Daniela Torres B. |
