En su presentación –la cual dictó en el marco del Seminario Permanente de Educación Pública que la Casa de Bello el 21 de julio de 2011 y que se realizó en la Facultad de Economía y Negocios de la Casa de Bello-, el doctor Arocena delineó el papel de las universidades públicas para el desarrollo de sus respectivos países y las políticas para el conocimiento. Así, y analizando la contingencia nacional, señaló que “la enseñanza pública latinoamericana y sus universidades miran hacia Chile, hacia lo que pasa aquí, la capacidad admirable de los universitarios y del pueblo chileno para encontrar nuevos caminos en el desafío para la democratización del conocimiento. Miramos a Chile y vemos a su pueblo y sus universidades desde Arica hasta Punta Arenas, protagonizando el combate por una nueva educación pública al servicio del desarrollo. ¡Tienen que ganar esa batalla compañeras y compañeros! La universidad latinoamericana está con ustedes”.
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“La batalla que están dando es la de todo el continente”
Este mismo concepto ya lo había esbozado en una reunión previa a esta conferencia que sostuvo el mismo día con la decana de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, doctora Cecilia Sepúlveda, así como con el director del Instituto de Ciencias Biomédicas, doctor Benjamín Suárez, y con los académicos que lideran los respectivos programas de esta entidad. “En un momento en que el conocimiento juega un papel tan grande en la economía y en todas las relaciones sociales, el rol democratizador de la universidad es más importante que nunca. Tenemos la ocasión de expresar nuestra más absoluta solidaridad con la educación pública chilena, sus valores son los nuestros, su futuro es el nuestro, la batalla que están dando es la de todo el continente”, aclaró.
Conocimiento como herramienta
Posteriormente, desarrolló su conferencia señalando que “lo característico del siglo XXI es que el conocimiento subtiende todas las relaciones sociales, para bien o para mal”. Según sostuvo, los grandes problemas de nuestra época tienen que ver con salud, educación, equidad y con lo que suceda con el conocimiento, pues es una herramienta que abre posibilidades y es un factor de profunda desigualdad. Tengamos claro, entonces, que en torno a las desigualdades en materia de aprendizaje es que se van construyendo y revirtiendo los procesos de exclusión social”.
El profesor Arocena manifestó que el ideal de Universidad para abordar esta etapa de cambios es la que “busca vincular enseñanza, investigación y extensión, entendida como el esfuerzo de la universidad por poner el conocimiento al servicio de la lucha contra la desigualdad”.
En la actualidad, añadió, una nueva etapa se estaría configurando y se trataría de “una gama de políticas de ciencia, tecnología e innovación y educación superior, pensadas como políticas sociales. Esta puede ser una oportunidad para universidades públicas y países que quieren desarrollarse. De ahí la importancia de la inversión a largo plazo para tener capacidades propias de generación de conocimiento”.
Finalizó su presentación agregando que “nuestras universidades tienen que ser actores de la democratización del conocimiento”, desarrollo para el cual requieren de “un marco institucional, de co-gobierno democrático y de autonomía para tener posibilidades de canalizar las experiencias e iniciativas que realiza, conectada con el conjunto de la sociedad. La universidad pública puede ser una escuela de democracia”.
En el encuentro, la prorrectora de la U. de Chile, doctora Rosa Devés dio lectura a las declaraciones de Consejo de Rectores de la Asociación de Universidades Grupo de Montevideo, red de 28 universidades públicas de América Latina, y del Consejo Directivo Central de la Universidad de la República de Uruguay, las cuales solidarizan y manifiestan su apoyo a las movilizaciones por la Educación Pública que actualmente se desarrollan en Chile.
Comunicaciones Universidad de Chile / Comunicaciones Facultad de Medicina
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