En esta “Política de redes e infraestructura informática” se plantean definiciones, responsabilidades e implementación de temas como la seguridad en esta área; establece las condiciones para la utilización de estos equipamientos y un “Código de Buenas Prácticas en el uso de computadores y red de datos” y, finalmente, detalla lo que es el buen empleo de internet y correo electrónico.
“Todos somos responsables del equipo y del acceso a la red que la facultad pone a nuestra disposición, como académicos o funcionarios, para desarrollar el trabajo que tenemos a cargo. Por eso, siempre debemos tomar las medidas que eviten pérdida o deterioro de la información o de las instalaciones, y usar de manera correcta el acceso que tenemos a correo electrónico e internet”, explica Ricardo Sanhueza, subdirector de Informática de la institución.
Por ello, en el documento se establece como seguridad “el estado de estar libre de riesgo inaceptable”, y señala que se ocupará de mantenerla en los ámbitos de sistema informático, seguridad física, seguridad operacional, de usuarios y de comunicaciones. Por ello, establece que cada miembro de nuestro plantel es responsable de conocer y cumplir los estándares establecidos. Como custodios, explicita que la Subdirección de Informática es la responsable de la seguridad de infraestructura computacional estratégica de la facultad; que la seguridad de la infraestructura de oficinas y unidades administrativas o académicas, salas y laboratorios depende de cada una de las jefaturas y que los usuarios finales deben hacerse cargo de los equipos asignados y de los propios.
Así, en el “Estándar para la utilización de infraestructura computacional y redes” detalla las condiciones para el uso del equipamiento disponible y el “Código de Buenas Prácticas” especifica actividades y materiales no adecuados, inapropiados o ilegales, así como software y hardware restringido.
Finalmente, en cuanto al uso de internet y correo electrónico establece las medidas a tomar respecto de la trasmisión de información y seguridad personal, facultando a las jefaturas de la institución a autorizar, a pedido de administradores y autoridades, la revisión y auditoría de la infraestructura y equipos computacionales con el propósito de cumplir con las políticas de seguridad, permitir la continuidad de las funciones de administración, docencia o investigación o asistir en el manejo de los sistemas de información.
“El objetivo es que todos tomemos conciencia de que somos actores responsables en el cuidado y utilización de los equipos y la red, comprendiendo que son herramientas indispensables para nuestro trabajo, y que sólo con ese fin es que la facultad los pone a nuestra disposición. Por eso es que, además, como subdirección nuestra misión es apoyar a toda la comunidad a hacer este buen uso, para evitar daños o pérdidas que pueden ser irreparables”, finaliza Sanhueza.
Cecilia Valenzuela
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