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Nº 175 - 2 de mayo de 2011

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16.9% de los docentes presentó trastornos mentales en el último año
Condiciones de trabajo de profesores
afectan rendimiento de escolares

  • Estudio de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile en colegios municipales revela que la violencia escolar, las bajas remuneraciones y la falta de valoración inciden en la salud mental de los educadores y en su desempeño en el aula.

Dr. Rubén Alvarado, investigador principal del proyecto FONIDE.

Las condiciones psicosociales del ambiente de trabajo son un factor crítico en el desempeño de los profesores y tienen una estrecha relación con el rendimiento académico de los alumnos. Así lo indica un estudio realizado por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, que estableció el vínculo entre la salud mental de los docentes de escuelas municipalizadas y los resultados en la prueba SIMCE.

La investigación se desarrolló sobre una muestra de 189 profesores de cuarto básico de 116 colegios, ubicados en las comunas de Cerrillos, La Florida, Lo Espejo, Maipú, Pudahuel, San Bernardo y Viña del Mar. 96 docentes pertenecen a escuelas cuyo puntaje en el SIMCE 2009 estuvo por sobre la media de las regiones de Valparaíso y Metropolitana, mientras 93 trabajan en establecimientos con resultados bajo esa línea. Se aplicaron instrumentos de medición de factores psicosociales de riesgo laboral y salud mental, así como entrevistas a jefes de UTP y de Direcciones y Corporaciones Municipales de Educación.

El estudio fue liderado por el psiquiatra y académico de la Escuela de Salud Pública, doctor Rubén Alvarado, mientras que como coinvestigadores participaron el profesores Leonel Valdivia, también de la ESP, y el sociólogo y consultor Diego Puñol.

Los puntos críticos

Los profesores de colegios con puntaje bajo la media tienen un mayor nivel de exigencias psicológicas, menor apoyo social en sus escuelas y baja calidad del liderazgo dentro del ambiente laboral, además de una mayor prevalencia de trastornos mentales. En comparación con el otro grupo, una proporción más alta -39,3% v/s 22,8%- había sido clasificado como “básico” en su última evaluación docente, en tanto  sus comunidades presentan una mayor vulnerabilidad social.


La vulnerabilidad social de los alumnos y la presión por obtener resultados son algunos de los factores que afectan la salud mental de los profesores.

Los aspectos críticos que destacaron los entrevistados fueron la segregación socioeconómica, que pone una presión adicional al sistema público al no poder lograr los resultados que ofrece el mundo educacional pagado; la jornada escolar completa, que conlleva una presión extra sobre el sistema municipal debido a problemas de gestión, organización de recursos humanos y materiales; y el bajo nivel de apoyo de parte de los entes reguladores del sistema municipal.

Otros factores que influyen en la motivación y satisfacción de los educadores con su trabajo son las carencias y problemas derivados de la vulnerabilidad social de los alumnos y sus padres y la desvinculación de éstos de su rol. “Esto hace a los docentes asumir tareas como llevar a los estudiantes al doctor o preocuparse por sus materiales, vestimentas e incluso por sus modales y valores”, explicó el doctor Alvarado. Asimismo, los altos niveles de conflicto en las escuelas impactan de manera clara en la situación de los profesores, en cuanto se ven afectados por la violencia de sus estudiantes hacia ellos, observan las actitudes violentas entre niños y niñas, reciben agresiones por parte de los apoderados e inclusive maltrato psicológico de los equipos directivos.

A lo anterior se suma la falta de gratificación -incluida la informal, como felicitaciones-, la presión sobre los docentes de cuartos básicos por la propia prueba SIMCE y las diferencias en la valoración social entre profesores según el colegio en que trabajan. Las bajas remuneraciones y calidad de vida, los problemas de infraestructura y el tipo de contrato “configuran un ambiente laboral que genera alto niveles de estrés y depresión en el profesorado, y que propenderá a que la tarea docente no tenga las condiciones propicias para el desarrollo de habilidades y conocimientos en los estudiantes”, precisa el especialista.

Al respecto, uno de los resultados indica que los profesores de los colegios que tuvieron un puntaje bajo la media en la prueba SIMCE 2009 señalan menores niveles de satisfacción con el aspecto laboral de su vida.


Bárbara Figueroa, representante del Colegio de Profesores, comentó la presentación de los académicos Rubén Alvarado y Leonel Valdivia.

Ambiente laboral y trastornos mentales

Por otra parte, existe una clara vinculación entre el clima y condiciones laborales y la aparición de trastornos mentales. “Por ejemplo –sostuvo el investigador de la Escuela de Salud Pública-, las situaciones antes descritas presentan un panorama favorable a la aparición de problemas de tipo emocional y psicológico y de patologías como crisis de pánico, depresiones, angustia, ansiedad u otras”.

En general, el 30,1% de los encuestados describió como “regular” o “mala” su salud mental en el último año. El indicador de presencia de algún trastorno mental en el último año reveló que un 16,9% de los docentes presentó algún trastorno afectivo y/o de ansiedad, siendo los más frecuentes el episodio depresivo mayor (5,8%) y el episodio depresivo moderado (3,7%). Respecto de los trastornos por ansiedad, la mayor prevalencia la tuvieron el trastorno de pánico (3,7%) y la agorafobia (3,7%).
En cuanto al Síndrome de Burnout, los docentes de colegios con puntaje bajo la media en el SIMCE 2009 obtuvieron peores resultados: mayores niveles de agotamiento emocional y de despersonalización, sumados a menor realización profesional. De igual forma, en este mismo grupo de docentes se observó una prevalencia bastante más alta de trastornos mentales afectivos y/o de ansiedad en el último año.

El doctor Rubén Alvarado señaló que las alteraciones psicofisiológicas de los docentes tienden a producir largas interrupciones en el trabajo, a pesar de que los profesores tienden a ocupar muy poco las licencias médicas. Según refieren los propios encuestados, ello se debe al miedo a perder el trabajo, a la percepción de sentirse indispensables y a la poca credibilidad en torno a las licencias psiquiátricas. Así, los profesores “no se permiten enfermar” y no asumen la necesidad de tratarse algún problema o enfermedad, o bien interrumpen los tratamientos.

 El experto puntualizó que los establecimientos municipales de más bajos resultados “producen” o contienen docentes con baja autovaloración, altos niveles de angustia y frustración. En general, perciben que su vocación y motivación hacia su trabajo no tiene el apoyo social necesario por parte de las instituciones, ni de sus superiores ni de los apoderados.

“Por todo lo anterior –precisó- es importante que los indicadores de salud mental se analicen en relación con otros factores del contexto social, de la comunidad que atiende el colegio, del ambiente laboral dentro del establecimiento, etc., y que se observe la estrecha relación que hay entre la motivación hacia el trabajo y éstos. Bajo esta perspectiva, los indicadores de salud mental pueden ser un reflejo del contexto, a la vez que contribuyen a la mantención de la situación”, expresó.

Daniela Araneda