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Nº 144 - 15 de julio de 2010

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Chilenos obtienen recursos de la Fundación Michael J. Fox para estudiar el Parkinson
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Enfermedad que afecta al 1% de los mayores de 55 años
Chilenos obtienen recursos de la Fundación
Michael J. Fox para estudiar el Parkinson

  • Los investigadores de la Facultad de Medicina de la U. de Chile desarrollarán una terapia génica que consiste en utilizar virus que transportan un gen terapéutico cuyo objetivo es evitar el mal plegamiento de proteínas, que causaría la enfermedad de Parkinson.

Doctor Claudio Hetz

Un grupo de investigadores liderados por el doctor Claudio Hetz, académico de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, se adjudicó fondos de la Fundación Michael J. Fox para llevar a cabo un proyecto de investigación que le permitirá sentar las bases para el desarrollo de nuevas drogas para la enfermedad de Parkinson, patología neurodegenerativa que afecta a alrededor del 1% de la población que tiene más de 55 años.

El doctor Hetz, investigador del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) y del Centro de Estudios Moleculares de la Célula (CEMC), el año 2008 ya había obtenido recursos de esta fundación estadounidense gracias a los cuales pudo corroborar en modelo celular y animal que el mal plegamiento de proteínas en las neuronas dopaminérgicas, implicadas en el control del movimiento, genera estrés celular y gatilla la enfermedad.

“Al alterar genéticamente la capacidad de las neuronas dopaminérgicas de adaptarse al estrés pudimos aumentar la sobrevida de los animales sometidos a Parkinson experimental. Con el nuevo proyecto denominado “target validation” estamos apuntando a desarrollar estudios más preclínicos que nos lleven, idealmente, a producir estrategias terapéuticas”, señala el doctor Claudio Hetz.

Este año los chilenos estarán abocados a generar una terapia génica que consiste en utilizar virus genéticamente modificados, conocidos como virus adenoasociados (AAV), que son reconocidos como los mejores vectores de su tipo para futuros tratamientos. Ello, porque no desencadenan respuesta inflamatoria adversa, son muy pequeños, se pueden producir a gran escala y con una alta eficiencia de purificación.

Además, los AAV, a diferencia de otros virus, no insertan su genoma en el cromosoma del paciente, esto evita las mutaciones indeseadas que podrían originar, por ejemplo, un cáncer. “Estos virus no rompen nuestro DNA y son muy eficientes para entregar genes terapéuticos en las neuronas”, explica el académico.

Gen terapéutico

El gen terapéutico que utilizará el doctor Hetz y su equipo es el XBP1, factor de transcripción génica que controla la adaptación celular al estrés y que en los pacientes con Parkinson no funciona adecuadamente. Esto se traduce en que la proteína alfa sinucleina desencadena estrés celular crónico de las neuronas dopaminérgicas, lo que termina destruyéndolas.

“Usando los vectores AAV introduciremos el XBP1 para probar dos estrategias: de ganancia y pérdida de función. Así, utilizando modelo animal inyectaremos los virus con este factor directamente en la sustancia nigra del cerebro donde se ubican las neuronas dopaminérgicas, usando para ello cirugías muy complejas con el fin de observar qué pasa si sobreactivamos esta respuesta o si la inhibimos”, aclara el Dr. Hetz.

Una vez que los roedores sean expuestos a neurotoxinas que dañan las neuronas dopaminérgicas se podrá observar cómo reaccionan al disminuir el estrés celular. “Queremos estudiar el posible efecto terapéutico de elevar o reducir la función del factor XBP1, entendido como un regulador maestro para la respuesta de estrés al mal plegamiento”, apunta.

El doctor Hetz añade que gracias a los nuevos experimentos será posible probar las consecuencias de esta terapia génica en ratones adultos y en zonas específicas del cerebro, lo que simula aún más la condición de un paciente. “Si nuestros análisis dan los resultados presupuestados se podrían desarrollar medicamentos o bien será viable aplicar terapia génica en seres humanos. Además, considerando que los AAV ya se usan en estudios clínicos porque son seguros, esto no debiera representar ningún problema”, apunta.

La investigación financiada por la Fundación Michael J. Fox, debiera desarrollarse durante 12 meses. “Para llevarla a cabo hemos establecido una alianza con el Centro EPFL de Suiza, que es pionero en terapia génica a nivel global. De hecho, parte de nuestro equipo actualmente está capacitándose en el país europeo donde han probado los AAV”, comenta.

Finalmente, el doctor Hetz recalca: “Estamos muy esperanzados en ayudar a los pacientes y ya que el Parkinson es una enfermedad compleja que está relacionada con el mal plegamiento de proteínas, esperamos que otras patologías vinculadas con el mismo problema también encuentren solución mediante una estrategia terapéutica que podamos implementar en los próximos años”.

Cecilia Coddou