Dr. Alejandro Maturana |
El sondeo se realizó en escolares entre octavo básico y cuarto medio, de establecimientos municipales, particulares subvencionados y particulares pagados. La muestra incluyó a 48 mil 980 escolares de 99 comunas de las 15 regiones del país, encuestados entre septiembre y noviembre de 2009.
Según explica el estudio, el consumo de marihuana se ha mantenido estable alrededor del 15% en relación a la medición anterior; sin embargo, su mayor aumento es a nivel de octavos básicos, donde pasó del 5,3% al 6,5%. También se registró un incremento del uso de cocaína, pasando de un 1,7% de prevalencia en 2007 a un 2,4% en 2009. El estudio confirma una mayor presencia de ambas sustancias en los colegios municipalizados por sobre los particulares subvencionados o pagados; y, a diferencia de lo que ocurre con la marihuana, tanto para la cocaína como la pasta base, el consumo es mayor entre los varones.
Respecto del uso de alcohol, el sondeo arrojó que ha comenzado a declinar, pues en el 2007 la prevalencia mensual era de 38,1%, la cual actualmente registra 32,5%, siendo más significativa su presencia en los colegios pagados. Por su parte, el uso diario de tabaco también mostró una baja, de 15,7% el 2007 a 14,6% en el estudio actual.
Hacia una mirada preventiva
El consumo de alcohol y drogas, en población infanto-juvenil –especialmente en la adolescente- es una realidad que en Chile está lejos de ser una nimiedad. Las distintas instituciones que trabajan con estos jóvenes en nuestro país nos lo recuerdan en forma permanente, en particular la Comisión Nacional de Control de Estupefacientes, CONACE, que a partir de sus distintos estudios, principalmente en escolares, ha permitido palpar con mayor precisión esta realidad. Pero, igualmente, ha estimulado a visibilizar las necesidades de esta población, pensando y diseñando programas apropiados para ellos.
Si bien al inicio de la década observábamos con mucho temor cierta tendencia al aumento de estos consumos, en las últimas investigaciones se ha constatado su estabilización. Incluso, en el estudio del año 2009 existiría una tendencia a la baja en la ingesta de alcohol, que podría estar relacionada con el aumento en la percepción que tienen los jóvenes respecto a que el consumo de alcohol y marihuana gatillaría accidentes y dificultades en el rendimiento escolar.
Esto nos motiva a seguir trabajando por intervenciones de carácter, especialmente preventivos e integrales, entendiendo las conductas de consumo de alcohol y drogas no como un hecho aislado, sino asociadas a otras actitudes de riesgo y en escenarios propios de los adolescentes. Es en este contexto donde la familia, la escuela y el grupo de pares, entre otros, juegan un rol fundamental en la perpetuación, disminución o cese de estas conductas.
Dr. Alejandro Maturana Hurtado
Psiquiatra Infanto-Juvenil
Docente de la Unidad del Niño y del Adolescente
Clínica Psiquiátrica Universidad de Chile |
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