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Nº 143 - 7 de julio de 2010

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Cáncer gástrico es primera causa de muerte oncológica en Chile y Japón

  • Dr. Andrew Quest, del Centro de Estudios Moleculares de la Célula de la Facultad de Medicina, señala que la existencia de una bacteria en el organismo junto a la pérdida de una proteína llamada survivina, podría asociarse a la aparición de esta enfermedad.

Dr. Andrew Quest

El cáncer gástrico es una enfermedad de altísima mortalidad, que constituye además un serio problema de salud pública en nuestro país y el extranjero, dado su origen no determinado, la falta de tratamiento efectivo y  fallas en su detección temprana. “A nivel mundial ocupa el segundo lugar en las causas de muerte por cáncer, y en algunos países como Chile y Japón, es la primera”, señala el Dr. Andrew Quest, Subdirector y científico del Centro de Estudios Moleculares de la Célula (CEMC), de la Universidad de Chile.

En este contexto, el investigador destaca los hallazgos de los últimos años que podrían ayudar a comprender el origen de esta enfermedad y desarrollar herramientas para su diagnóstico precoz y tratamiento. Uno de estos avances, es el descubrimiento de la Helicobacter pylori, “una bacteria que se aloja en el estómago y que, en un porcentaje de la población,  favorece el desarrollo de gastritis crónica (inflamación duradera por daño de las células del estómago), la cual se ha asociado con la posibilidad de generar un cáncer gástrico con el paso de los años”, explica.

“En los últimos años la asociación de Helicobacter pylori y cáncer ha sido tan claramente demostrada, que inclusive se ha postulado la infección por la bacteria como una condición causal de estos tumores, y que el tratamiento de la infección podría prevenir el cáncer gástrico. Sin embargo, la erradicación de la infección no siempre es capaz de eliminar la posibilidad de tener un cáncer en el futuro, así como no todos los pacientes que son portadores de esta bacteria van a tener cáncer gástrico”, señala.

Investigaciones en cáncer

En este laboratorio del CEMC, liderado por el Dr. Quest, desde hace años se ha estudiado la relación entre cáncer y diversas proteínas, entre ellas survivina, ciclooxigenasa-2, caveolina-1, beta-catenina y E-caderina. Las últimas investigaciones realizadas en colaboración con Dr. Héctor Toledo, microbiólogo de la Universidad de Chile, y Dr. Alejandro Corbalán, patólogo de la Pontificia Universidad Católica de Chile,  han demostrado que la proteína survivina está presente en las células del epitelio gástrico normal, pero que desaparecería cuando las células se exponen a la bacteria Helicobacter pylori. “Esto podría ayudar a clarificar eventos como el desarrollo o no de gastritis crónica cuando se produce infección por la bacteria”, señala.

Además, explica que la desaparición de survivina frente a la presencia de la bacteria resulta crucial, ya que podría ayudar a distinguir qué pacientes requieren tratamiento agresivo para erradicar la bacteria y qué pacientes no. “También podría ayudar a identificar grupos de riesgo, en los cuales se puedan utilizar estrategias destinadas a lograr un diagnóstico precoz del cáncer gástrico y así emplear terapias que sean mucho más efectivas. Idealmente, también podría representar la base para desarrollar nuevos tratamientos preventivos o tratamientos con la enfermedad avanzada para así lograr el objetivo (no alcanzado hasta el día de hoy) de bajar la mortalidad por cáncer gástrico”, comenta el científico.

Origen de la enfermedad

Respecto de este cáncer,  el científico y Doctor en Ciencias Biológicas, explica que si bien en algunos casos se ha determinado que las causas son anomalías genéticas, éstas no alcanzan a más del 5% del total, siendo la gran mayoría de origen indeterminado. Además,  la  poca efectividad de los tratamientos disponibles en la actualidad: quimioterapia, radioterapia, cirugía y terapias “moleculares” solas o en combinación, son inefectivas para la gran mayoría de los pacientes, ya que de hecho sólo el 20% de los pacientes sobrevive 5 años después de diagnosticada la enfermedad.

“Estas terapias son razonablemente útiles cuando la enfermedad se diagnostica en una etapa incipiente, esto es, cuando el tumor es pequeño, no ha invadido la pared gástrica, y no existe metástasis”, señala el Dr. Quest. Sin embargo, menos del 15% de los pacientes son diagnosticados en etapa incipiente, ya que en esta fase no hay síntomas que lleven al paciente a consultar.

Además de la bacteria, el Dr. Quest se refiere a la importancia de comprender el funcionamiento de la Survivina (del inglés” survivin” por estar implicada en sobrevivencia), una proteína descubierta hace pocos años, que tiene la capacidad de prevenir la muerte celular programada, también conocida como apoptosis. Esta proteína ayuda a sobrevivir células que de otra manera se morirían de “muerte natural”. Según ha podido investigar, la presencia de survivina en el epitelio gástrico, podría tener importancia en la tendencia a sobrevivir de estas células, pese al hostil ambiente en que viven.

Comunicaciones
Centro de Estudios Moleculares de la Célula