El director del Rincón Cultural Gabriela Mistral (RCGM) de la Facultad de Medicina de la U. de Chile y académico del Instituto de Ciencias Biomédicas, José Navarro, señaló que la Biblioteca Nacional, a través de un Contrato de Comodato, aportó con 385 libros que ya están disponibles en el zócalo de la Biblioteca Central Prof. Dr. Amador Neghme del plantel.
Profesor José Navarro recibiendo los libros donados por la Biblioteca Nacional. |
Según explica el docente y en consideración a la nueva Ley de Transparencia, ahora se requiere de un convenio para que la Biblioteca Nacional haga entrega de los excedentes de material bibliográfico que proviene de su depósito legal y que es redistribuido en instituciones públicas o entidades sin fines de lucro, ello con el fin de seguir disminuyendo la brecha cultural del país.
“Conversé con la directora de la Biblioteca Nacional, Ana Tironi, quien se mostró muy dispuesta a colaborar con nuestra iniciativa que, según destacó, ha sido capaz de generar un espacio de cultura dentro de una facultad orientada, principalmente, al área científica y médica”, explica el profesor Navarro.
De esta manera, el 15 de enero de 2010 se firmó el contrato de comodato por tres años entre la decana, doctora Cecilia Sepúlveda, y Ana Tironi, el cual será prorrogable en el tiempo. La contribución comprende 238 títulos, 50 de los cuales son de cultura general y el resto de literatura chilena.
Interés de los estudiantes
Estos ejemplares, de gran interés, se suman a los más de dos mil con que cuenta el RCGM. El profesor Navarro, quien gestionó el convenio en un trámite que demoró un año en concretarse, añade que según las estadísticas registradas desde 1998 son los estudiantes de pregrado quienes han accedido con mayor regularidad al RCGM. Añade que el 95% de las personas que consultan y piden en préstamo los libros son jóvenes que están cursando los primeros tres años de formación en todas las carreras de la salud. En cambio, apenas el 3% del total corresponde a funcionarios y el 2% a académicos.
“Yo creo que esto se debe a que los alumnos tienen menos recursos para comprar libros y un gran interés en la cultura, prueba de ello es que a pesar de las innegables exigencias académicas asisten a talleres literarios, actividades de poesía y grupos de teatro”, recalca.
Agrega que los funcionarios debieran aprovechar este espacio cultural: “Son las mismas 10 personas las que acuden a la biblioteca, es una pena, porque tienen todas las facilidades para hacerlo. En el caso de los académicos supongo que los más lectores tienen sus propias colecciones pero, igualmente, creo que vale la pena que consulten los títulos disponibles porque hay textos muy interesantes”.
Finalmente, José Navarro señala que entre los planes del RCGM se incluye continuar entusiasmando a los particulares para que donen libros y, por supuesto, a la comunidad para que los lea. “Estamos contentos porque el año 2008 se solicitaban en promedio 60 libros mensuales, el 2009 la cifra subió a 100 y en lo que lleva del 2010 se han registrado 120, así que ha habido un incremento interesante”, acota.
Cecilia Coddou |
