Portada
 
Nº 140 - 16 de junio de 2010

Museo Nacional de Medicina rescata sus valiosos archivos
Leer más..

Investigan los mecanismos que facilitan la implantación del embrión
Leer más..

Pre escolares chilenos consumen escasa variedad de alimentos
Leer más..

PULSACIÓN SEMANAL

 

El Pulso
 © Todos los derechos reservados
Quiénes somos

Con recursos obtenidos a través de un proyecto concursable iberoamericano
Museo Nacional de Medicina rescata sus valiosos archivos

  • Especialistas están haciendo un diagnóstico de su estado y clasificándolo de acuerdo a una normativa internacional. Asimismo, se habilitó un depósito que posee las condiciones de seguridad, temperatura y humedad necesarias para su apropiada conservación.

El Museo Nacional de Medicina (MNM) se adjudicó un proyecto destinado a intervenir su colección archivística, el cual está siendo financiado por el Programa ADAI (de Apoyo al Desarrollo de Archivos Iberoamericanos), gracias al cual se hará un diagnóstico del material disponible en la Facultad de Medicina, ello con el fin de asegurar su adecuada conservación, descripción y, eventualmente, restauración.


Carmen Loewenstein, Anita Adriazola, Katherine López,
Andrés Díaz y Francisca Valderas.

Así lo dan a conocer los gestores de la iniciativa: Andrés Díaz, curador del museo, y la bibliotecaria Anita Adriazola, quien es la coordinadora de la Biblioteca Patrimonial del MNM. “La Facultad de Medicina tiene un material único que representa la memoria histórica de la salud chilena desde el siglo XVI. Este patrimonio incluye fichas clínicas, descripciones del ejercicio profesional de médicos y químico farmacéuticos, documentación del protomedicato, expedientes y solicitudes, entre otros documentos”, señalan.

Anita Adriazola añade: “Hay hechos anecdóticos como una serie de cartas en que los ciudadanos denunciaban a los dentistas falsos, en otros documentos se evidenciaba que los carruajes que traían el pescado fresco a Santiago y que se ubicaban en la Estación Central, abandonaban allí mismo los restos de la mercadería causando gran preocupación por la descomposición de los productos en plena calle y, en un tema que parece muy contingente, también hay críticas de los usuarios por los precios desmedidos de los medicamentos, eso en pleno siglo XIX”.

Andrés Díaz explica que cerca de 1990 una investigadora española ordenó buena parte del archivo que el museo tenía apilado, período en el cual representantes del Archivo Nacional realizaron un catastro general de los contenidos. Para sorpresa de Díaz y Adriazola cuando hace algunos meses iniciaron el ordenamiento de los textos, tuvieron acceso a ese catastro y al comparar los documentos que actualmente están en el museo con lo censado, se percataron de que había material faltante

“Es lamentable pero no sabemos qué paso con él, por eso es tan importante que desde principios de este año contemos con un depósito que posee las condiciones de seguridad, temperatura y humedad necesarias para la apropiada conservación de estos textos tan frágiles, incluso compramos estanterías diseñadas según la norma de conservación de archivos que, afortunadamente no sufrieron ninguna consecuencia tras el terremoto”, explica Andrés Díaz.

Esto ha sido parte del ADAI y de la contraparte que aporta la Facultad. “Vale la pena destacar que si bien nuestro plantel no cuenta con muchos recursos en los últimos años sus autoridades, particularmente la decana Sepúlveda, ha aumentado en forma considerable el presupuesto destinado al museo”, recalca Díaz.

Protegiendo las tradiciones

Agrega que, al igual que la decana, los académicos de la facultad han manifestado desde siempre su respeto por las tradiciones y el legado histórico que identifica al plantel, eso los llevó a defender el archivo en plena dictadura militar, cuando querían eliminarse sus legajos. Sin embargo, señala que es prioritario que toda la comunidad comprenda el valor de este material y la necesidad imperiosa de protegerlo, de tal manera que hagan suya esta cruzada.

En tanto, Anita Adriazola, añade que “tenemos todos los archivos en un solo lugar, los cuales se etiquetan y analizan según su grado de conservación, así si alguno tiene hongos, por ejemplo, rápidamente es aislado para que no afecte otros documentos. En otras palabras, este proyecto nos ha permitido realizar labores esenciales que incluye la conservación, almacenamiento y descripción de los archivos. Para ello se contrató dos expertas que son financiadas por el proyecto”, plantea Adriazola.

Con los datos obtenidos postularán en julio nuevamente a ADAI para seguir valorizando la colección mediante la recuperación de los documentos y su digitalización, de tal manera que sea accesible a los usuarios nacionales e internacionales. “Es un trabajo lento que puede dilatarse hasta en tres meses por cada texto, así que necesitaremos más fondos”, adelanta Andrés Díaz.

Cecilia Coddou