Doctor Alejandro Cotera.

De profesión médico, por elección nefrólogo, de corazón “Nerudólogo”, desde el 10 de junio de 2010 la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile tendrá que aprender a seguir adelante sin la contribución de uno de sus más destacados profesores asociados: el doctor Alejandro Cotera Farías.

Al momento de su deceso, el doctor Cotera era el director del departamento más grande de la Casa de Bello: el Departamento de Medicina del Hospital Clínico institucional. Llegó a asumir esa responsabilidad a los 44 años, debido a su destacada trayectoria como especialista, investigador y formador de varias generaciones en la disciplina, pues participó activamente en la reforma curricular de pregrado de la carrera de Medicina, en 1996. En el postgrado, dirigió el curso de Diálisis que imparte el centro asistencial, el cual es referente obligado en la enseñanza de la Nefrología; también encabezó el primer curso de “Emergencias en Nefrología y Nefrología del Paciente Crítico”, marcando un hito en la formación de esta subespecialidad, la cual colaboró a crear mediante estudios en aspectos nutricionales y farmacocinéticos de la insuficiencia renal aguda en tratamientos con diálisis, así como su espíritu crítico en la búsqueda del conocimiento, y el profundo respeto y admiración por quienes fueron sus maestros.

El doctor Alejandro Cotera tenía, además, gran interés y cariño por la obra del poeta y Premio Nobel de Literatura, Pablo Neruda, llegando a analizar –o tratando de hacerlo, según se desprende de su lectura- en la “Revue Nerudiana” Nº 8 de 2009, la relación entre el escritor y sus conocimientos acerca de la medicina y los antibióticos. Concluyó, después de conjugar versos e historia de la medicina, que “Hemos buscado sin éxito sus fuentes de información. Para entender cómo llegó a conocer, entender profundamente y proyectar de forma tan acertada el asunto, sólo podemos recurrir a la segunda acepción de Vate: adivino”.

Todo este bagaje intelectual, empuje y entrega son con los que tendrá que seguir adelante la Facultad de Medicina, compartiendo así el dolor de su esposa, la doctora Miriam Alvo; de su familia y de quienes tuvieron el honor de compartir con este destacado hombre de ciencia, de docencia y de poesía.

Cecilia Valenzuela