Pudo contactarse con su familia sólo el martes 2 de marzo, y al volver al país sintió que debía colaborar específicamente con la zona de Iloca, puesto que allí se desarrolló buena parte de su infancia, pues vivía en una localidad cercana, Rauco. Unió voluntades, formó un equipo integrado por colegas y un psicólogo, organizando un detallado plan de acción, pero la fuerte réplica del 11 de marzo hizo que algunos de los interesados desistieran, por lo que el grupo quedó conformado por tres enfermeras –Flora Andrade, profesora de la Escuela de Enfermería; Romina Valenzuela, quien trabaja en el Hospital Exequiel González Cortés y ella-, además de una colaboradora para labores de recreación de los niños, Tamara Larach.
Terapia floral
“Viajamos el 12 de marzo, y nuestra primera parada fue en Rauco, donde iniciamos nuestras atenciones psicológicas, de forma tanto individual como en intervenciones grupales. En la tarde llegamos a Iloca, donde por dos días hicimos trabajo comunitario directamente en las agrupaciones de pobladores, ya que ellos no querían separarse de sus familias por temor a las réplicas, por lo que no asisten a donde se están dando las atenciones en salud”, explica la profesora Correa.
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La profesora Marcela Correa se manifiesta satisfecha por la labor realizada, "porque de verdad sentimos que estábamos aportando a los damnificados, sobre todo en el apoyo emocional que requerían". |
Así, y con el ofrecimiento de realizar tomas de presión, pudieron acercarse a un buen número de familias de Iloca, Rancura, Duao y Lipimávida, atendiendo adultos y niños, tanto en materia de contención psicológica individual y grupal, como haciendo controles de salud e, incluso, actividades recreativas para los niños y jóvenes, superando dificultades básicas como la falta de agua incluso para lavarse las manos, que hacían con alcohol gel. “Durante todo este trabajo hicimos fichas individuales de los pacientes, cuyas copias entregamos luego a los voluntarios de Clínica Alemana que estaban radicados en la posta rural que se habilitó”. Además, hicieron entrega de tratamientos con flores de Bach, disciplina en la que fueron capacitadas por la docente Claudia Collado, quien les proporcionó un buen número de frascos con esta terapia.
Luego de su regreso, accidentado por el corte de energía eléctrica que afectó al país el domingo 14 de marzo, la profesora Correa se manifiesta satisfecha por la labor realizada, “porque de verdad sentimos que estábamos aportando a los damnificados, sobre todo en el apoyo emocional que requerían”. Por eso, espera poder organizar otras acciones y visitas a la localidad, con el apoyo de docentes y estudiantes, de manera de consolidar estas acciones reparatorias en el mediano plazo.
Cecilia Valenzuela
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