Desde 1930 los estudiantes de la Facultad de Medicina de la U. de Chile realizan su internado rural en Melipilla. Por largos años esta actividad se concentró en el consultorio de San Manuel y fue tan provechosa que la comunidad de Bollenar decidió, hace una década, construir una residencia para los médicos en formación con el propósito de que se instalaran en su posta local.
Académicos de la Universidad de Chile, médicos en formación y autoridades de la Corporación Municipal de Educación y Salud de Melipilla. |
“Sabíamos que los logros en salud registrados en San Manuel se vinculaban con el trabajo de los internos, por eso Anselmo Alarcón, uno de los vecinos de Bollenar, abogó para que también les trajéramos estudiantes”, explica la directora del Departamento de Salud de la Corporación de Salud y Educación de Melipilla, doctora Nelly Madrid. La comunidad se movilizó y reunió los recursos necesarios para dar acogida a los jóvenes. “ Este es, probablemente, el único lugar del país donde los vecinos, con su propio esfuerzo, edificaron un espacio para la Universidad de Chile. Hoy estamos conmemorando 10 años desde que este proyecto se concretó y esperamos continuar celebrándolo por mucho tiempo más ”, comentó la doctora Madrid.
El miércoles 13 de mayo diversas autoridades de la Facultad de Medicina acudieron a Bollenar, invitados por los alumnos, para festejar el décimo aniversario del internado rural en esa localidad. Los jóvenes explicaron que más de 400 estudiantes han rotado por la posta que hoy lleva el nombre de Anselmo Alarcón. “El internado rural es una oportunidad para ponernos a prueba. Aquí llegamos con mucha energía pero también con inseguridades”, planteó la alumna Andrea Gutiérrez.
Programa VIDA
La joven interna destacó que la actividad, que se extiende durante un mes, es una de las experiencias más gratificantes de la formación, porque los jóvenes no sólo están atendiendo pacientes en el centro de salud, también participan del Programa VIDA (Visita Intradomiciliaria del Adulto), que fue desarrollado por los propios estudiantes.
La comunidad de Bollenar celebra el 10º aniversario del internado rural
de la U. de Chile. |
“Nosotros acudimos a las casas de los enfermos que no pueden llegar a la posta porque están postrados. Es increíble sentir el cariño y la familiaridad con que nos reciben en sus hogares. Si bien cada mes los asiste un interno nuevo, para ellos no hay diferencia porque representamos el espíritu de la universidad”, añadió Andrea Gutiérrez. La profesora encargada del Internado Rural de las sedes Oriente y Occidente, Prof. Teresa Millán, recalcó que VIDA es particularmente significativo porque les permite ver al paciente en su contexto, aplicándose de manera concreta el enfoque biopsicosocial. “Los internos no sólo examinan al enfermo y le llevan sus medicamentos, también lo reconfortan, lo escuchan y hacen otro tanto con el cuidador que, muchas veces, está abrumado”.
Asimismo, los jóvenes realizan importantes actividades de promoción de la salud en la comunidad yendo a los colegios, realizando talleres, participando en un programa radial y diseñando cartillas informativas.
“Estamos muy orgullosos porque este internado lo hemos construido entre todos y esperamos que en el futuro la universidad pueda traer a los estudiantes de las otras carreras de la salud, para que sigamos haciendo cosas importantes en esta comuna que ha crecido y avanzado junto a la Universidad de Chile”, apuntó la doctora Madrid.
Homenajeados
Las internas María José Hidalgo, Andrea Gutiérrez y Paula Zomosa junto a la doctora Nelly Madrid, a quien premiaron por su entusiasmo y calidad humana. |
Durante la ceremonia a la que asistieron –entre otros- la subdirectora de la Escuela de Medicina, doctora Emilia Sanhueza; el director académico del Hospital San Juan de Dios, doctor Renzo Tassara; el director del Departamento de Pediatría y Cirugía Infantil Occidente, doctor Nelson Vargas, y la coordinadora docente de pregrado Campus Occidente, doctora Marcela Barría, los estudiantes homenajearon a María Virgina Rojas, como representante de la comunidad de Bollenar; a la enfermera Elisette Espinoza, directora de la posta; a la profesora Teresa Millán, a quien consideran su guía, y a la doctora Madrid, por su gran entusiasmo y calidad humana. Finalmente, la doctora Sanhueza agradeció la amplia acogida de la comunidad, valoró la iniciativa de los alumnos que, incluso, celebraron con un pie de cueca, y destacó que el sello del plantel es el trabajo con las personas y sus problemas. Por lo tanto, dijo, “esperamos ampliar estos espacios de integración donde todos ganamos, sobre todo ahora que estamos trabajando en la innovación curricular”.
Cecilia Coddou
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