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Nº 85 - 30 de marzo de 2009

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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

SegÚn estudio realizado por el Departamento
de NeurologÍa Sur de la U. de Chile

Principal causa de infartos cerebrales
en adultos jÓvenes son las disecciones

  • Ello puede deberse a una enfermedad congénita o a movimientos bruscos de cabeza o cuello que ocurren, por ejemplo, durante un accidente automovilístico, al hacer un ejercicio inadecuado o al cargar peso sobre los hombros (lo que puede provocar traumas directos sobre el cuello o bien microtraumas). Asimismo, otras causas frecuentes son las cardioembólicas, mientras que un porcentaje no menor no puede esclarecerse.

Con 44 años y cuatro hijos parecía ser una persona totalmente saludable, sin embargo mientras preparaba el almuerzo en su casa se desvaneció en forma abrupta. Al cabo de unos minutos logró recuperarse parcialmente e incluso estuvo lúcida pero, al poco rato, volvió a caer en coma. Su esposo la llevó de urgencia al Hospital Barros Luco Trudeau (HBLT).


Doctora Tatiana Figueroa

Tras realizarse una batería de exámenes con equipos radiológicos de punta, se pudo constatar que tenía un coágulo en el tronco del cerebro, una de las zonas más sensibles de la cabeza, lo que podría haberla dejado con síndrome de enclaustramiento, esto es, con la imposibilidad de mover el cuerpo, excepto los ojos, o bien ad portas de la muerte.

Después de una serie de gestiones la enferma fue derivada al Hospital Clínico de la U. de Chile donde se le aplicó la trombolisis, tratamiento que disuelve el coágulo y que debe suministrarse a más tardar 4,5 horas después de ocurrido el evento. “En el caso de nuestra paciente el fármaco no se aplicó en forma endovenosa, como es usual, sino intraarterialmente, es decir, a través de un catéter que llegó hasta el vaso tapado”, explica la doctora Tatiana Figueroa, académica del Departamento de Neurología Sur de la Facultad de Medicina de la U. de Chile.

Ello porque estaban sobre el límite de tiempo para su aplicación endovenosa (hasta 4.5 horas) pero aún en período de ventana para su aplicación intraarterial (de 4,5 a 6 horas). “Lo importante es que se desintegró el coágulo y al cabo de unas horas la paciente ya estaba caminando y sin secuelas”, añade.

La doctora Figueroa señala que anualmente el Servicio de Neurología del HBLT recibe más de 1.000 pacientes con accidente cerebro vascular isquémico, de ellos apenas el 4% llega en el período de ventana para optar a la trombolisis endovenosa. “El infarto cerebral es la oclusión de un vaso arterial o en raras ocasiones venoso, que interrumpe el flujo sanguíneo en el cerebro. La zona más cercana al infarto suele quedar destruida mientras que el área que la circunda, llamada penumbra, también sufre las consecuencias de la falta de irrigación. Es este tejido el que los médicos tratan de rescatar con la trombolisis, para así evitar secuelas severas en el paciente”, apunta la doctora Figueroa.

Si bien la aplicación del trombolítico está considerado en la Guía Clínica del Accidente Cerebro Vascular Isquémico del Adulto 2006, incluido en las normas contenidas en la Guía Auge del Infarto Cerebral, los recintos asistenciales públicos no cuentan con este fármaco que tiene un precio cercano a los 1.000 dólares y cuyo éxito ha sido probado en el mundo entero. Según se indica, el 20% de los pacientes que lo reciben quedan sin secuelas y el 50% con secuelas de grado menor, hecho que les permite ser independientes, esto siempre y cuando sea aplicado en los 270 minutos después de ocurrido el infarto.

“La trombolisis no es parte de la canasta Auge, por esta razón en los servicios públicos aún no se ha podido implementar el tratamiento, lo que evidentemente constituye una inequidad importante con respecto a aquellos pacientes que tienen acceso a los servicios clínicos privados de nuestra sociedad”, apunta la académica.

Disecciones arteriales

Aunque los infartos cerebrales son más comunes en los adultos y en la tercera edad, también se han hecho recurrentes entre los jóvenes. “Entre el 5 y 12% del total ocurre en menores de 45 años”, apunta la neuróloga.

La doctora Figueroa explica que, lamentablemente, el infarto isquémico no produce alarma porque no es doloroso como el cardíaco. Más bien se manifiesta con la pérdida de fuerza en el lado derecho o izquierdo del cuerpo, trastornos del habla y del lenguaje, falta de sensibilidad en alguna extremidad, así como con dificultades en el campo visual y perturbaciones de la marcha.

La especialista ha venido investigando el tema desde hace más de dos décadas. De hecho, su último estudio prospectivo, realizado junto a profesionales del Servicio de Neurología del HBLT, le valió el primer lugar en el Congreso Chileno de Neurología del 2007. En él demostró que de los 221 pacientes con infarto cerebral atendidos en el recinto asistencial entre los años 1997 y 2007, y cuyas edades fluctuaban entre los 16 y 45 años, la principal causa de infarto, o sea, el 25%, estaba asociado a disección de las arterias del cuello.

Según explica, en estos casos se produce una herida en las arterias, principalmente del cuello, generando un infarto. Ello puede deberse a que el sujeto tiene una enfermedad congénita que se manifiesta en la segunda o tercera década de la vida, o bien a que ha sufrido un micro trauma.

“Son verdaderos latigazos la zona cervical que ocurren cuando se hacen movimientos bruscos. Esto puede suceder en un accidente automovilístico, en una práctica deportiva, al hacer un giro de cuello violento o al cargar artículos pesados sobre el hombro. De hecho, buena parte de nuestros pacientes son choferes de micro y de camiones, personas que han estado involucradas en choques, cargadores y maestros de la construcción”, plantea.

La doctora Figueroa señala que por ello siempre hay que consultar a un especialista, sobre todo porque las complicaciones pueden aparecer varios días después de ocurrido el hecho. En tanto, agrega que otras causas principales de infartos en jóvenes son las cardioembólicas y las etiologías ateroescleróticas. “Algunos casos son criptogénicos, o sea, no sabemos a ciencia cierta lo que originó el infarto cerebral. Eso es lo que ocurrió con nuestra paciente de 44 años”, explica en quien después de realizar todos los exámenes disponibles con la actual tecnología no se pudo identificar la causa.

En tanto, entre los factores de riesgo se incluyen el tabaco, presión arterial alta, obesidad, vida sedentaria, diabetes y drogas.

Finalmente, añade que en un trabajo similar realizado el 2001 la causa principal de isquemia cerebral en jóvenes era la cardiopatía reumática, lo que es propio de los países subdesarrollados. “En ese sentido debemos sentirnos orgullosos porque la salud pública da cuenta de un importante avance, ahora tenemos que trabajar para que haya una mayor equidad en el acceso al trombolítico”, dice.

Cecilia Coddou