Portada
 
Nº 64 - 12 de septiembre de 2008

Prof. María M. Pavez ingresa
a la Academia Chilena de la Lengua

Leer más..

Dr. Eduardo Rosselot
Medalla Juvenal Hernández
Leer más..

Decana Cecilia Sepúlveda,
Premio “Mujer Terra 2008”
Leer más..

PULSACIÓN SEMANAL
 
 

Dr. RaÚl Godoy expondrÁ sus estudios en el
Howard Hughes Medical Institute

Larvas de Drosophila pueden ayudar a estudiar algunos trastornos psiquiÁtricos


Doctor Raúl Godoy

El doctor Raúl Godoy, académico del Programa de Genética Humana del Instituto de Ciencias Biomédicas, fue invitado por el Instituto Médico Howard Hughes, de Estados Unidos, a participar en las conferencias sobre “Comportamiento y Neurogenética de las larvas de Drosophila” que se llevarán a cabo entre el 19 y 22 de octubre en las afueras de Washington.

El investigador explica que por más de 20 años se ha dedicado a estudiar las bases genéticas de la conducta utilizando como modelo larvas de Drosophila, a las cuales ha investigado tanto en terreno como en el laboratorio.

Los resultados de sus indagaciones han sido publicados en prestigiosas revistas internacionales, incluida Behaviour Genetics, lo que despertó el interés de los científicos estadounidenses por conocer la experiencia chilena. “Ellos están motivados principalmente por las indagaciones pioneras que hemos realizado en ambientes naturales y que pueden aportar a sus estudios de la biología celular y molecular del sistema nervioso”, comentó el doctor Godoy.

El académico resalta que la mayor parte de los grupos internacionales se han centrado en la Drosophila adulta, sin embargo el doctor Godoy optó por trabajar con las larvas debido a que son un modelo más asequible y sencillo de estudiar, sobre todo porque su cuerpo es transparente, a raíz de lo cual es posible ubicar con facilidad sus órganos.

“Asimismo, la larva, que vive en contextos muy variados, exhibe conductas determinadas por el genotipo y por factores ambientales que son relevantes para comprender la manera en que estos insectos aprenden”, señala.

En otras palabras, la larva tiene conductas muy sofisticadas y complejas, similares a las de otros seres vivos, que le permiten sobrevivir en ambientes que cambian sus condiciones en lapsos muy breves. Por ejemplo, aprenden a reconocer a sus congéneres a través del tacto, son sensibles a la alcalinidad y acidez de los sustratos y cuando detectan depredadores –como las hormigas- se hunden en sus lugares de crianza para no estar a la vista y ser capturadas.

Asimismo, los investigadores nacionales han trabajado con larvas que tienen mutaciones genéticas que afectan circuitos específicos de su sistema nervioso, las cuales han importado desde el extranjero. “Estamos en condiciones de observar el comportamiento de estos organismos mutantes, a los que se les han silenciado circuitos neuronales específicos, no sólo al interior del laboratorio, sino también en la naturaleza. Así podemos evaluar hasta qué punto las mutaciones neurológicas que estamos estudiando alteran la vida de la larva en los ambientes naturales donde se desarrollan”, dice el doctor Godoy.

“Nosotros fuimos pioneros en demostrar que varias conductas de las larvas de Drosophila dependían de su constitución genética. Además, constatamos que la maduración del sistema nervioso estaba relacionado con cambios de patrones de actividad génica que, a su vez, generaban modificaciones conductuales”, apunta el académico del ICBM, quien recalca este aspecto como el aporte mundial del laboratorio que encabeza.

Alcances neurológicos y psiquiátricos

Los estudios del doctor Godoy tienen potencialidad para entender conductas complejas no sólo de las larvas de Drosophila, sino también pueden servir como un modelo para comprender conductas humanas complejas. De hecho, está llevando a cabo investigaciones conjuntas con psiquiatras dedicados a estudiar la depresión melancólica y los trastornos obsesivo-compulsivos.

“Nosotros hemos adquirido una vasta experiencia en la observación y cuantificación de conductas, lo que nos ayuda a diseñar los protocolos de investigación que son de interés para los clínicos que hacen estudios. Eso me tiene muy contento porque estamos ampliando los alcances de nuestro trabajo al ser humano”, sostiene.

El doctor Godoy añade que las personas obsesivas compulsivas se relacionan con el mundo de manera muy particular y, en ese sentido, son relevantes las indagaciones que vienen realizando desde hace años en el laboratorio y que buscan explicar cómo las larvas mutantes y normales responden a estímulos mecano sensoriales.

“Nuestra hipótesis es que alteraciones en algunos circuitos neurológicos donde se procesa la información mecano sensorial, podrían contribuir a perturbar la relación que tienen estos individuos con el entorno físico. Así se profundizarían, por ejemplo, obsesiones tales como que al sentir la textura áspera de una superficie o figura, la persona las percibiera como sucias, obligándola a lavarse una y otra vez las manos”, dice.

Durante su viaje al Instituto Médico Howard Hughes en Estados Unidos, el doctor Godoy dictará una conferencia sobre la vida de la larva en los sitios de cría en la naturaleza. En la oportunidad ahondará en la genética del reconocimiento entre organismos de una misma especie, en mecanismos conductuales de detección de depredadores, en respuestas adaptativas a altas temperaturas y a la acidez y alcalinidad de los sitios donde estos insectos se desarrollan hasta transformarse en adultos.

En la oportunidad lo acompañarán dos profesores de su laboratorio: María Cristina Medina, quien se referirá a los procesos de aprendizaje y retención de memoria que ocurren en el sistema nervioso de las larvas y que afectan su alimentación, y Francisco Del Pino, quien se encargará de explicar las consecuencias de aquellas mutaciones que perturban algunos circuitos neurológicos que controlan la percepción de olores y el reconocimiento de los congéneres.

Cecilia Coddou