Doctora Paula Guzmán |
Uno de los principales logros de la Unidad de Pediatría Ambulatoria del Campus Sur, cuya encargada es la doctora Paula Guzmán, ha sido instalar en forma estable a seis especialistas de la Universidad de Chile en el Consultorio Luis Hervé y en el Centro de Salud Familiar Recreo de San Miguel, quienes están formando a los estudiantes de pre y postgrado.
Esto, dice la doctora Guzmán, se condice con la reforma curricular impulsada por el plantel, que prioriza los temas ambulatorios, así como también se ajusta a los requerimientos que ha hecho el Ministerio de Salud a las instituciones formadoras para que capaciten a sus alumnos de acuerdo a las necesidades del país.
La Unidad de Pediatría Ambulatoria Sur, creada hace 10 años, es la única de la Facultad de Medicina que tiene un cuerpo docente tan nutrido. Estos profesionales forman estudiantes de medicina de segundo año, quinto e internos de las sedes Sur y Oriente. Asimismo, a médicos que cursan la especialidad de pediatría.
“Si bien nosotros dependemos de la universidad estamos inmersos en todas las actividades del consultorio y el Cesfam, es decir, nos han integrado como a un miembro más del equipo. En Recreo, por ejemplo, contamos con una sala de reunión y dos boxes de atención destinados sólo a la facultad, lo que nos permite chequear a los pacientes con más tiempo y dedicación, lo que, sin duda, potencia una docencia de calidad”, resalta la pediatra.
La académica añade que ven a los niños a su propio ritmo, no más de cuatro por mañana, para que los alumnos aprendan a evaluar a sus pacientes en forma global, considerando todos los aspectos relevantes, incluidos los nutricionales, neurológicos, sociales o familiares, entre otros.
La pediatra explica que los internos tienen la posibilidad de examinar al niño en forma autónoma para que, de acuerdo a sus conocimientos, determinen el diagnóstico y las medidas terapéuticas. “Esto les otorga mayor independencia y les permite medir sus habilidades en forma concreta. De hecho, este es uno de los aspectos más valorados por los futuros médicos”, apunta.
Eso sí, una vez que los jóvenes han concluido con sus anamnesis los pediatras a cargo repasan lo realizado por los estudiantes y los orientan para mejorar las entrevistas, exámenes y posibles tratamientos.
En tanto, el hecho de que haya un equipo estable de la facultad en ambos centros ha sido muy bien evaluado por sus directores, ya que eso le da continuidad a las intervenciones y permite que los académicos hagan un aporte directo a la atención primaria. “Los estamos apoyando en todos los programas que desarrollan, por ejemplo, el de obesidad o adolescencia y también, en nuestra calidad de especialistas, resolvemos casos que ellos nos derivan, lo que descongestiona el Hospital Exequiel González Cortés”, apunta.
Extensión
Dentro de las actividades de extensión que realizan los seis docentes que conforman la Unidad de Pediatría Ambulatoria, se incluye la capacitación de médicos que trabajan en ambos centros de atención primaria. A ellos se les ofrecen cursos mensuales y gratuitos sobre diversos temas de interés en el área pediátrica, tales como infecciones respiratorias, cuidados del recién nacido y patologías básicas.
Los estudiantes, en tanto, también contribuyen a la comunidad en forma activa a través de talleres educativos que implementan en jardines infantiles y escuelas de lenguaje. Utilizando toda su creatividad promueven en los niños la limpieza de los dientes, una alimentación saludable, el aseo y otros temas que son fundamentales para su buen crecimiento.
“Estas iniciativas rinden sus frutos porque los chicos aprenden todo lo que se les enseña, especialmente cuando nuestros estudiantes lo hacen con tanto ingenio. Usan para ello títeres, cartulinas, juegos y obras de teatro, lo que realmente causa un impacto positivo”, comenta la doctora Guzmán.
Además, agrega, los futuros médicos realmente disfrutan de estas actividades, que son una parte significativa del aprendizaje profesional.
Investigación
La académica añade que los docentes tienen dos proyectos de investigación clínica en curso, uno de ellos destinado a pesquisar el síndrome metabólico en los niños obesos. También están proponiendo que los controles sanos de los menores se extiendan más allá de los seis años, que es lo que establece el sistema actual.
“Posteriormente estos controles se llevan a cabo en los colegios y la verdad es que los resultados son bastante pobres. Nosotros quisiéramos que los niños recibieran atención hasta la adolescencia, porque nos hemos dado cuenta de que hay muchas patologías que se presentan o se hacen visibles después de los seis años y que es imprescindible detectar a tiempo”, resalta.
De hecho, los seis profesionales decidieron aumentar los controles sanos hasta los siete años, evaluación que en el consultorio y Cesfam corre por cuenta de los académicos del plantel. En estos estudios están participando, asimismo, ayudantes alumnos e internos.
Paralelamente, los docentes están preparando un Manual de Pediatría Ambulatoria que tiene como objetivo generar una herramienta de consulta simple pero completa que ayude a los estudiantes, internos y becados a familiarizarse con el control de salud de los niños. Este libro debiera estar listo a fines de este año.
Finalmente, la doctora Guzmán también valora el intercambio con universitarios estadounidenses, particularmente médicos en formación de la Universidad de Filadelfia, que rotan por el Cesfam durante un mes. “Estos internos se impresionan con el trabajo que se lleva a cabo en un consultorio que, si bien no tiene tantos recursos tecnológicos, ofrece una atención médica de gran calidad centrada en un examen clínico acucioso y en la revisión detallada de la historia de cada paciente”.
Cecilia Coddou
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