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Nº 49 - 12 de mayo de 2008

Escuela de Nutrición celebra nuevo aniversario
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Planean reducir arritmias en operados
del corazón
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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

SegÚn proyecto de la Universidad de Chile
Planean reducir arritmias en pacientes operados
del corazÓn empleando vitaminas y Omega 3

Uno de los problemas más frecuentes de los pacientes que son sometidos a cirugía del corazón es la fibrilación auricular postoperatoria, es decir, la arritmia que puede llegar a afectar hasta el 40% de los enfermos. Incluso, en algunos casos esta condición se hace crónica.


Profesor Titular, Ramón Rodrigo.

La arritmia, que trae aparejado el aumento en los días de hospitalización y la permanencia del paciente en la unidad de cuidados intensivos, está relacionada con el estrés oxidativo y, específicamente, con las especies reactivas de oxígeno (ROS). Esto ocurre porque el corazón es sometido a una isquemia, o sea, se lo priva del flujo sanguíneo durante la intervención quirúrgica y, cuando ésta concluye, es reperfundido nuevamente con la sangre, provocando que aumente en forma exagerada su producción de ROS o radicales libres.

Por lo tanto, el ciclo de isquemia y reperfusión –totalmente inevitable en este tipo de cirugías- produce cambios metabólicos en el tejido del órgano, lo que se relaciona incluso con daño y muerte celular. Aún más, puede llegar a remodelar el tejido cardíaco a nivel eléctrico y funcional, lo que explicaría el latido irregular del corazón.

“Nuestro organismo siempre está generando radicales libres, sin embargo como tenemos defensas antioxidantes o mecanismos de depuración propios, se mantiene un balance interno. Ahora bien, en la medida que envejecemos disminuyen estos mecanismos de defensa y lo mismo ocurre en una situación límite como la cirugía cardíaca”, explica el Profesor Titular del Programa de Farmacología Molecular y Clínica del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, Ramón Rodrigo.

Considerando lo anterior, el profesor Rodrigo y su equipo de trabajo idearon un sistema para adaptar el organismo al daño celular antes de que se realizara la intervención. Este preacondicionamiento no isquémico, totalmente innovador, les valió una invitación para presentar una publicación que acaba de aparecer en la prestigiosa revista Pharmacology & Therapeutics.

“Durante este año y el siguiente, con el apoyo de un proyecto Fondecyt, reclutaremos a 150 personas que serán operadas del corazón, de las cuales la mitad recibirá una semana antes de que se efectúe la cirugía una dosis de Omega 3 y dos días antes una cantidad determinada de vitaminas C y E”, comenta el académico.

Los Omega 3, ácidos grasos esenciales, inducen un estrés oxidativo moderado que hace que despierten los mecanismos defensivos antioxidantes del organismo. De hecho, en modelos animales se ha constatado que su aplicación aumenta entre el 40% y 50% la actividad de las enzimas antioxidantes del músculo cardíaco. “De esta manera el cuerpo estará mejor preparado para sufrir el daño y será menos vulnerable”, apunta.

Las vitaminas, en tanto, interceptan los radicales libres transformándose en especies menos reactivas o dañinas, por lo tanto, también disminuyen el nivel de estrés oxidativo. “Nuestra hipótesis es que el día de la cirugía el sistema defensivo estará reforzado con enzimas y moléculas antioxidantes, lo que debería traducirse en una disminución de la fibrilación auricular postoperatoria”, plantea el profesor Rodrigo.

Antecedentes prometedores

El académico explica que la literatura internacional da cuenta de iniciativas científicas en que se han empleado, por separado y con mucho éxito, Omega 3 y vitamina C, aunque nunca se había hecho un diseño integrador y racional que optimizara los resultados, tal como platean los investigadores chilenos.


Dr. Mauricio Cereceda, el profesor titular Ramón Rodrigo y el tesista de doctorado, Rodrigo Castillo.

“Esperamos reducir la arritmia, que suele presentarse alrededor de 48 horas después de realizada la cirugía, y además disminuir las posibilidades de que esta remodelación del tejido cardíaco sea permanente. No olvidemos que esto puede provocar una enfermedad crónica que es necesario tratar de por vida con fármacos que, en algunos casos, producen efectos secundarios nefastos, tal como la fibrosis pulmonar”, explica el académico.

El año 2007 el profesor Rodrigo, especialista en fisiopatología, y su equipo, que incluye cardiocirujanos, cardiólogos, nutricionistas y médicos que están cursando doctorados y magíster en la Facultad de Medicina, realizaron estudios en pacientes intervenidos al corazón. En ellos se midieron los parámetros de estrés oxidativo, tanto en quienes desarrollaron arritmias como en los que no lo hicieron. “Las personas con fibrilación auricular postoperatoria los tenían más alterados”, resalta el académico.

Ahora se preparan para efectuar, en los próximos dos años, exámenes en 150 enfermos una semana antes de que se lleve a cabo la cirugía y una semana después de que ocurra la intervención. Además, analizarán el tejido de sus corazones, ya que durante estas operaciones los médicos suelen extraen un segmento de las aurículas, llamado orejuela, que no tiene mayor funcionalidad y que, sin duda, permitirá estudiar directamente en el órgano las consecuencias del estrés oxidativo.

“Este es un trabajo original, un aporte de los investigadores chilenos a la medicina mundial que esperamos mejore en el futuro la calidad de vida de los pacientes de patologías cardíacas, quienes han aumentado sustantivamente en los últimos años”, acota el académico Ramón Rodrigo.

Cecilia Coddou