¿Qué está llevando a los alumnos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y de otras instituciones a colmar el Salón Lorenzo Sazié, para participar en debates como aquellos que profundizan acerca del origen de la vida, las teorías de la evolución y otros temas similares? ¿Son los mismos hipersaturados de estudio y de conectividad a todo nivel, con apenas tiempo para todo lo de su agenda, los que necesitan saber qué tiene que decir Humberto Maturana o Tito Ureta sobre lo trascendente? El doctor Carlos Valenzuela, académico del ICBM y gestor de estos encuentros, pasó de la grata sorpresa de ver a estos jóvenes asistiendo en masa y participando con sus preguntas, a la certeza de pensar “que la necesidad de reencantamiento está empezando a surgir entre ellos, y es el momento de aprovecharla o desperdiciarla”.

Y es que, sostiene, el debate ideológico religioso está ausente de la sociedad nacional, “y acá surgió una tribuna en que sí se puede hacer”.

- ¿Por qué ahora se ve este éxito y no hace tres o cuatro años?

- Estos son ciclos grandes, creo que estamos en el período de tocar el fondo de una cultura mediocre, de una pobreza que no encanta a nadie. El movimiento de los pingüinos del año pasado es por una búsqueda ideológica religiosa, al fin y al cabo, de finalidades, no de solucionar pequeños problemas, sino que trabajemos sobre el problema final, que logremos la felicidad del ser humano. Estoy en contacto con los más jóvenes porque les hago clase a todos los primeros años de las escuelas de la Facultad de Medicina, y parece que ahora están diciendo basta a esta sociedad mediocre, empobrecedora y con una vida cultural de mala calidad.

- ¿Es un fenómeno propio de Chile, solamente?

- Es muy nuestro, por el apagón cultural que se produjo por el término de las verdaderas universidades, debido a la ley LOCE, que acabó con la inteligencia y las universidades en el país, convirtiéndolas en institutos profesionales. Eso se paga, y Chile está pagando esa deprivación, porque no se analiza nada de ninguna temática científica o ideológica de interés mundial. Mi interés tras estos debates es reponer los temas profundos que se están discutiendo en forma universal.

Para el encuentro que se realizará el martes 21 de agosto, llamado “Fe, ciencia y razón”, en el que participarán Monseñor Andrés Arteaga, obispo auxiliar de Santiago; profesor Carlos Pérez, docente de epistemología, filosofía de la ciencia y método científico en la Universidad Arcis , y el mismo doctor Valenzuela, se espera que cada uno de los panelistas aborde los tres temas, pero desde su perspectiva propia: “Confío que se clarifiquen posiciones que son irreconciliables, y así entender que lo que hay que buscar es cómo podemos vivir en la misma sociedad con visiones y valoraciones de mundo que son irreconciliables”.

De esta manera, el doctor Valenzuela aclara que culminará un primer ciclo en la serie de debates, dedicada a encontrar las distintas posiciones y caminos en la búsqueda de las verdades profundas de la vida, para pasar a analizar temas como las adicciones –debate que se realizará en septiembre próximo-, pero desde un punto de vista especial: “el trasfondo de su manejo, basados en el conocimiento científico, maduro. Entender que es muy distinto que el ser humano sea adicto a algo a que no lo sea. Quizás todos somos adictos a algo: los culposos, los autoflagelantes, buscando permanentemente algo que está fuera de nosotros, para justificarnos e identificarnos”, finaliza.

“Fe, ciencia y razón”, se realizará el martes 21 de agosto a las 12 horas en el Salón Lorenzo Sazié de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, ubicada en Avda. Independencia 1027, segundo piso sector decanato.

Cecilia Valenzuela