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Nº 16 - 13 de julio de 2007

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Técnicos Paramédicos
se capacitan
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Jóvenes con Asperger en Escuela de Terapia Ocupacional
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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

Escuela de Terapia Ocupacional integra
en sus aulas a jÓvenes con Asperger

  • En una iniciativa inédita en la Facultad de Medicina se ofrecieron tres becas a jóvenes afectados por este tipo de autismo, quienes cursaron las clases de Creatividad con resultados prometedores.

David Romero (de sweater azul)
durante la clase de creatividad.

“Quería entrar a la facultad porque tenía ganas de estar con otra gente y aquí me sentí muy acogida, he podido ser yo misma”, comenta Tania Ubilla, joven de 27 años que tiene el Síndrome de Asperger, un tipo de autismo que lleva a las personas a pensar distinto y a estar, la mayoría de las veces, muy solas, ya que tienen severas dificultades para establecer relaciones sociales.

Tania, junto a David Romero y Luis León, también con el síndrome, cursaron durante un semestre el ramo de Creatividad que se imparte en el primer año de carrera a los estudiantes de Terapia Ocupacional.


Luis León haciendo una actividad
práctica junto a una estudiante de Terapia Ocupacional.

Eso implicó que vinieran a clases, prepararan exposiciones y desarrollaran una carpeta, tal como lo hicieron sus colegas universitarios, lo que, sin duda, fue todo un desafío no sólo para los jóvenes, sino también para sus familias y la Universidad de Chile.

“La Escuela de Terapia Ocupacional tiene como objetivo fortalecer la integración social de las personas con discapacidad y, en ese sentido, la iniciativa de becar a jóvenes con Asperger para que se unieran a uno de nuestros ramos, fue una experiencia muy positiva para todos quienes estuvimos involucrados en el proceso”, comenta la terapeuta ocupacional de la Universidad de Chile, Sandra Mella.

La académica explica que en otras universidades se han creado cursos especiales para discapacitados pero, desafortunadamente, éstos no los integran a las actividades curriculares diarias del plantel, más bien crean instancias de aprendizaje cerradas, lo que evita una posibilidad real de inclusión.


Tania Ubilla (de amarillo)
compartiendo con sus compañeros.

“Decidimos que entraran a este curso en particular, el cual es impartido por la doctora Ximena González, ya que es muy lúdico y permite a las personas interactuar mediante trabajos grupales”, resalta Sandra Mella.

Y la decisión fue muy acertada según explican los propios jóvenes con Asperger, quienes destacan la libertad y falta de presión durante las clases, un factor fundamental para quienes tienen el síndrome.

Cecilia Coddou