Doctor Camilo Bass. |
Interesantes ponencias se dieron cita en el Seminario “Atención Primaria en Chile y perspectivas de desarrollo”, que se realizó el 27 de septiembre y convocado por el Consejo de Estudiantes de la Salud, Ces.
En el encuentro, participaron el doctor Camilo Bass, presidente de la Agrupación Nacional de Médicos de Atención Primaria; Yamil Asenie, de Fenpruss, y la doctora Ximena Riesco, de la Superintendencia de Salud.
El doctor Bass hizo un crítico diagnóstico de los servicios de atención primaria municipalizados debido, especialmente, a la falta de fiscalización de los recursos financieros, siendo que son esos establecimientos los que en la actualidad otorgan más del 80% de las prestaciones de atención pública de nivel primario. Así, señaló que estos consultorios no han logrado resolver problemas como la inequidad del acceso a la salud o su insuficiente resolutividad, destacando situaciones como la deficitaria dotación de profesionales y especialistas.
En cifras, agregó que según sus estudios estiman que se necesitan 2.947 médicos en jornada completa para cubrir los requerimientos de los consultorios del país, siendo que en la actualidad hay disponibles 1.576, por lo que el déficit es de un 46,5%.
Por tanto, sus propuestas como agrupación son, entre otras, dotar de suficiente número de médicos y especialistas a los servicios de salud y a la atención primaria; situar a ésta como la puerta de entrada al sistema de salud; crear ciclos de destinación urbanos, e implementar el Concurso Nacional de Becas de Especialización para médicos que se dediquen a esta área.
Dos realidades
Luego, Yamil Asenie profundizó respecto de la situación laboral de los profesionales que se desempeñan en la atención primaria, haciendo énfasis en aquella que otorga el Servicio Nacional de Salud, ya sea a través de 99 establecimientos de baja complejidad o de 23 consultorios propios. En todos ellos, aclaró, trabajan 1.400 profesionales de la salud, de los cuales el 35% está de planta, 65% en régimen de contrata y hay otro grupo que está a honorarios.
A ello, agregó que no existe la posibilidad de carrera funcionaria, no tienen una política de capacitación y faltan incentivos como asignaciones por desempeño difícil. En su entorno laboral, explicó que hay bajos niveles de inversión, dotación insuficiente, multifuncionalidad –“un médico tuvo que manejar la ambulancia una vez, para ir a buscar a un enfermo”, graficó- y no existe presupuesto propio en el caso de los centros de atención primaria ubicados en hospitales de menor complejidad.
Por último, la doctora Riesco realizó una amena intervención en la que interpeló a los presentes, partiendo de la pregunta de “¿por qué entramos a las carreras de la salud?”. Posteriormente, hizo un análisis de las razones de por qué enferma la gente, dando a conocer estadísticas que vinculan el nivel de escolaridad con la mortalidad infantil, hábitos como el tabaquismo o patologías de alta preeminencia, siendo en todos los casos el mismo resultado: los más afectados están en los sectores más desposeídos. A ello, añadió que los estudios señalan que el 80% de las patologías son de tratamiento ambulatorio y, sin embargo, la formación en Medicina está dada en los hospitales de alta complejidad, y los internados rurales y de salud familiar duran un mes. Por ello, coligió que la mayoría de quienes egresan de esta carrera se especializan porque así han sido formados “y a nadie le gusta lo que no conoce”, agregando, además, todos los prejuicios y verdades que enfrentan los que se dedican a la atención primaria. Por último, contrastó esta realidad con la que se vive en países como Inglaterra, en la que los médicos generales tienen mejores remuneraciones que los especialistas y son ellos los que atienden a la gran mayoría de la población y derivan si es que es necesario.
Cecilia Valenzuela |
