Ante la inquietud expresada por diversos medios de comunicación masivos sobre los efectos sobre la salud de la población de las últimas situaciones de alerta y preemergencia decretadas por la intendencia metropolitana por el aumento del material particulado (PM 10, que incluye también al PM 2,5 ), el doctor Manuel Oyarzún, director del Centro de Investigaciones del Medio Ambiente y Biomedicina (CIMAB) de la Facultad de Medicina, informó y recordó en una declaración abierta a la comunidad que la mala calidad del aire tiene claras consecuencias sobre la salud de la población, siendo los efectos más notables los siguientes:

1. Aumento de la morbi-mortalidad, especialmente en personas portadoras de enfermedades respiratorias y cardiovasculares crónicas y en las edades extremas (lactantes y senescentes).
2. Aparición de síntomas en personas sanas, exacerbación de síntomas y descompensaciones en enfermos respiratorios y cardiovasculares.
3. En poblaciones susceptibles como los lactantes, se ha demostrado que los episodios de contaminación producen aumento de consultas por patologías respiratorias (síndrome bronquial obstructivo y neumonías), las cuales se presentan con un rezago de varios días, por lo que alcanzan su máxima frecuencia 96 horas después de producido el episodio de contaminación.
4. A largo plazo son inciertos los efectos de la contaminación atmosférica con niveles permanentemente elevados de material particulado, aunque existe evidencia que la relacionan con la producción de enfermedad pulmonar obstructiva, cáncer pulmonar y cardiopatía coronaria, aunque con notable menor potencia que el hábito de fumar o la exposición ocupacional.
5. Afortunadamente, estos últimos episodios no se han acompañado de un brote de enfermedades virales (influenza, parainfluenza o virus respiratorio sincicial) que habrían hecho más crítica la situación para la salud de la población.

Por lo anteriormente expuesto, el doctor Oyarzún señala que “hacemos un deber en apoyar toda medida tendiente a disminuir e idealmente abatir las emisiones de contaminantes en la cuenca de Santiago y recomendamos a la población, especialmente los más susceptibles -embarazadas, lactantes, ancianos y enfermos- que eviten aumentar su nivel de exposición al realizar actividades en las zonas céntricas y cercanas a vías con alto flujo vehicular y a fuentes fijas de emisiones”. Finalmente, hace un llamado a la responsabilidad ciudadana para que se abstengan de fumar y de usar leña o carbón como combustible hogareño y compartir el uso de su automóvil para movilizarse en la ciudad.