El encuentro se realizó el 22 de diciembre en el Teatro Municipal de Santiago, ocasión en la que el doctor Vivaldi enfatizó a los nuevos profesionales la importancia de sentirse depositarios de la historia de la corporación. “Esa historia que está latente en todos ustedes nos hace responsables, también, de una cualidad de nuestra escuela, y es que gracias a nuestra presencia tanto en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile como en los hospitales públicos de la capital, nuestros campos clínicos, somos parte del tejido real social de nuestro país, de ese Chile profundo; esa oportunidad que tienen nuestros estudiantes de ser partícipes, de vivir esta realidad, es única”. Asimismo, recalcó este concepto señalando que “es evidente que el aporte de la Facultad de Medicina tiene mérito en el sentido de pertenencia y de construcción de un país y eso, quizás, sea lo más importante que la universidad le ha dado a la nación”.
El rector de la Universidad de Chile, doctor Ennio Vivaldi, tomó el
Juramento de Hipócrates a los nuevos médicos promoción 2014.
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De la misma forma, relevó que la profesión de la medicina es la más multidimensional, así como la de mayor cercanía a esta cualidad del ser humano, por lo que llamó a los nuevos médicos a cultivar todas esas facetas de la disciplina, más allá de la referida al financiamiento. Por último, instó a los egresados a querer y cuidar a sus compañeros y a sentir siempre que “la Universidad de Chile les pertenece, y ustedes le pertenecen a ella”.
“No olvidar la pasión original”
Por su parte, el director de la Escuela de Medicina, doctor Heinz Nicolai, recordó la enorme contribución que diferentes egresados y generaciones de médicos han hecho al desarrollo sanitario chileno, poniendo por ejemplo la labor del Premio Nacional de Ciencias, doctor Fernando Monckeberg, quien a cinco años de su titulación creó un laboratorio de investigaciones pediátricas que, con el correr del tiempo, se transformó en el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos, INTA. “El, junto a otros actores relevantes asociados a la Universidad de Chile, sostuvieron que la desnutrición afectaba no sólo a los que fallecían por ella sino que también a los que sobrevivían, dañados en su desarrollo físico y capacidades intelectuales. Ellos centraron sus esfuerzos en que la desnutrición fuera reconocida como un problema político y no sólo social, que se entendiera como la causa del subdesarrollo del país y no como su consecuencia. La aplicación de su visión en lo político y en la salud publica ha sido fundamental para nuestra sociedad, al punto de que la desnutrición ya no existe y la mortalidad infantil de los años ’60, que era de 120 por cada mil nacidos vivos, hoy es de siete por cada mil niños que nacen. Que este sea un ejemplo a nuestros egresados”.
El doctor Heinz Nicolai junto a los mejores egresados, doctores Sergio
Carreño, Pía Michael, Ana Valenzuela, Valentina Arancibia y Roberto
Macchiavello.
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La profesora Mariangela Maggiolo, decana (s) de la Facultad de Medicina felicitó el apoyo brindado por las familias a los nuevos titulados y los llamó a “nunca olvidar la pasión original que los hizo decidirse a ser médicos; dejen que ella oriente sus acciones y que fortalezca sus convicciones. Esa pasión está amenazada por el contexto social extraordinariamente cambiante: los avances tecnológicos acelerados, las fuerzas del mercado y del consumo que invaden los ámbitos en salud; la globalización sanitaria, la falta de recursos en los servicios públicos, entre otros factores, no ofrecen el escenario más adecuado ni el tiempo suficiente para reflexionar y reencontrarse con la vocación que hoy los tiene aquí. Por el contrario, a menudo obligan a dar respuestas reactivas; así, las profesiones de la salud se enfrentan permanentemente a una difícil y compleja situación: la sociedad en que vivimos. La medicina resulta incomprensible cuando no es percibida como una relación de ayuda, que debe algunas veces curar, a menudo aliviar, pero siempre consolar. A todo aquel que casi siempre manifiesta un inmenso deseo de vivir deben ustedes aproximarse con humildad, paciencia y sabiduría, para buscar, si es posible, la curación del mal o, al menos, la atenuación de las dolencias”.
Por parte de los egresados de la generación 2014, se dirigió a los presentes el doctor Cristián Mita, quien dio a conocer sus orígenes en la etnia aymara, las dificultades que enfrentó al decidir estudiar medicina, trasladarse a la capital, alojarse por siete años en la residencia universitaria Juan Gómez Millas y desarrollar una vida lejos de sus familiares y costumbres; por ello, hizo un llamado a las autoridades universitarias para fomentar aún más la inclusión de las minorías. “Han pasado siete años desde que llegué a Santiago con el propósito de convertirme en médico para ayudar a la sociedad. Soy una persona que cree que se puede mejorar el sistema desde dentro; sin embargo, con el paso de los años me di cuenta de lo difícil que sería lograr esta meta, debido a lo complicado de la naturaleza humana; pero pese a que siempre existen personas que trabajan por sus propios intereses, siempre hay compañeros que desean el bien común. A todos les digo: trabajemos juntos por este sistema de salud, ya sea transformándose en difusores de este o simplemente, pero no menos importante, siendo amables y conscientes con las personas que traten”.
Los mejores
La ceremonia fue amenizada por la presentación de tres escenas de la obra teatral “Quiebrespejos y otros cuentos”, de cuyo elenco algunos actores fueron parte de los egresados 2014. Asimismo, finalizó con la actuación de un grupo musical íntegramente formado por médicos de esta promoción, los que interpretaron temas de Los Beatles, Santiago del Nuevo Extremo y Joe Vasconcellos.
Una escena del "Quiebrespejos y otros sueños".
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Los premiados como mejores egresados fueron: de Campus Oriente, el doctor Roberto Macchiavello, quien además fue galardonado como el mejor de la promoción. De Campus Centro, la doctora Valentina Arancibia; de Campus Sur, la doctora Ana Valenzuela; de Campus Occidente, la doctora Pía Michael, y de Campus Norte, el doctor Sergio Carreño. Además, la Sociedad Médica de Santiago distinguió a la doctora María Belén Abara por ser el mejor rendimiento en Medicina Interna. Por último, el doctor Abraham Gajardo recibió el premio al Talento Científico 2014.
Como mejores docentes por campus, fueron destacados los doctores Fernando Munizaga en Occidente, Alejandro Campos en Norte; Sergio Gutiérrez en Occidente, Miguelina Yorela en Oriente y Ana Luisa Bascur, de Sur. También se galardonó al profesor Sergio Garrido, director de la Unidad de Deportes, por su contribución a la formación integral de los nuevos profesionales.
Cecilia Valenzuela León |
