En su presentación, este ayudante alumno de cuarto año de Medicina dio a conocer el método según el cual midió la capacidad reductora de fierro en el plasma sanguíneo luego de que los pacientes recibieran esas altas dosis intravenosas de vitamina C. “La capacidad de reducción férrica del plasma o FRAP, por la sigla del inglés Ferric Reducing Ability of Plasma, es un método que permite dar cuenta de la totalidad de los componentes reductores de hierro férrico a hierro ferroso que hay en el plasma, ya sean vitaminas, antioxidantes o polifenoles, permitiendo evaluar cuán preparado está un individuo para resistir un desafío oxidativo, como es el que deben enfrentar los pacientes con infarto agudo al miocardio que son sometidos a una angioplastía y posterior reperfusión”, explica.
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El estudiante de Medicina Giacomo Minuzzi.
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Así pudieron determinar que los pacientes participantes en el proyecto de investigación que lidera el doctor Rodrigo y que recibieron la dosis establecida de vitamina C mejoran la capacidad antioxidante de su plasma, lo que previene el daño oxidativo, “el que por sí solo da cuenta de la mitad de la masa infartada”, añade.
Midiendo el beneficio
El doctor Ramón Rodrigo explica que la angioplastia es un procedimiento que consiste en introducir un catéter que lleva balón para dilatar una arteria que está ocluida total o parcialmente, por lo que está en situación de isquemia o falta de oxígeno, con el fin de restaurar el flujo sanguíneo coronario.
Durante esa isquemia, agrega, el tejido dañado por el infarto tiene un cambio metabólico. “A causa de esto, al perfundir nuevamente la zona isquémica con sangre oxigenada, se genera un estallido en la producción de un radical libre que se llama anión superóxido, de gran afinidad con el óxido nítrico, reacción que forma peroxinitrito, una sustancia altamente peroxidante que produce gran daño durante una ventana de tiempo muy corta”.
El proyecto Fondecyt 1120594 apunta a interceptar esa reacción química entre el óxido nítrico y el anión superóxido con la vitamina C. “Nuestro objetivo es evitar el daño por reperfusión con dosis masivas de esta sustancia, para llegar a una concentración de 10 mili moles por litro de sangre”, agrega el doctor Rodrigo. Para alcanzar esa meta, el protocolo Prevec establece la infusión de 54 gramos de vitamina C en alrededor de un litro de suero durante aproximadamente tres horas. Así, se logra una alto potencial antioxidante en el organismo, lo que prepara al tejido dañado del corazón para recibir la sangre rica en oxígeno que llegará a través de la angioplastía.
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Doctor Ramón Rodrigo, Giacomo Minuzzi y doctor Juan Guillermo Gormaz. |
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En este marco, y de manera preliminar a los resultados que arrojen las evaluaciones por vía resonancia magnética cardíaca, “el estudio que hizo Giacomo midió los niveles plasmáticos de vitaminas antioxidantes que tenían los pacientes y relacionó estas cifras con efectos funcionales obtenidos por el tratamiento, concluyendo que el uso de estas dosis masivas de vitamina C influyó en un menor deterioro de la capacidad funcional de los participantes”, sentenció el académico.
El doctor Juan Guillermo Gormaz, académico del laboratorio y coordinador general del protocolo de esta investigación, agregó que la labor realizada por Minuzzi y otros estudiantes del Programa Ayudantes Alumnos ha sido invaluable en el desarrollo del proyecto. “En especial Giacomo se ha destacado por su enorme disciplina, seriedad en el trabajo y capacidad de compromiso, dejando de lado incluso parte de sus vacaciones para apoyarnos en el proceso, lo que demuestra su entrega”.
Por último, Giacomo cuenta que para él fue una gran satisfacción el haber alcanzado este primer puesto en el encuentro de la Federación Latinoamericana de Sociedades Científicas de Estudiantes de Medicina, Felsocem. “Es la primera vez que participo en un congreso internacional y quedé muy contento. Creo que un médico debe tener una sólida base de investigación, por más que se dedique al área clínica, y este fue un buen comienzo”.
Cecilia Valenzuela León |