Nº 307 - 2 de julio de 2014

Ningún producto rico en Ácido Alfa Linolénico podrá ser descrito como “buena fuente de Omega 3”
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Psiquiatra Germán E. Berríos, Doctor Honoris Causa
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“Vamos a promover un cambio cultural”
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Dr. Flavio Salazar, nuevo vicerrector de Investigación, Desarrollo e Innovación de la U. de Chile
“Vamos a promover un cambio cultural”

  • El nuevo apellido de esta dirección, fundamental de para la Casa de Bello no es simple retórica: marca un rumbo institucional en el que las necesidades nacionales relacionadas con la transferencia tecnológica ya no son discutibles; “la universidad asumió que ese es un rol que tiene que jugar”.

En la búsqueda para encontrar soluciones al cáncer, o al menos para ganarle terreno en beneficio de la calidad de vida de los enfermos, el doctor Salazar ha encontrado más que respuestas científicas. Con las dificultades que esto supone en Chile, este experto en inmunología tumoral y académico de la Facultad de Medicina de nuestra corporación ha patentado internacionalmente un método para producir células dendríticas ex vivo, base para los primeros ensayos clínicos realizados en nuestro país de Fase I y Fase I / II  con inmunoterapia para el tratamiento del melanoma y para el cáncer de próstata, las cuales significaron un aumento de la sobrevida de estos pacientes.


Doctor Flavio Salazar

Pero también durante el proceso ha hallado certezas, como su convencimiento de que la innovación genera impacto cultural, económico y social en la comunidad, por lo que como institución “tenemos la obligación de generar esos impactos”; se han propiciado oportunidades para formar a jóvenes investigadores, “quienes tomarán un rol más protagónico en nuestros proyectos ahora que estoy en esta nueva misión, la que acepté ya que soy de la idea de que esta vicerrectoría tiene que estar liderada por alguien que esté en etapa productiva”, y ha compartido un mismo horizonte de visiones –así como otros numerosos laboratorios en nuestro plantel- con el rector Ennio Vivaldi, como es la comprensión de que a través de grandes proyectos nacionales la Universidad de Chile se reencontrará consigo misma, con su misión y con el país.

“Asumir este cargo es un desafío súper importante, porque representa una oportunidad para, desde la propia experiencia, de la práctica de la investigación, de la innovación y del desarrollo, poder generar políticas que le permitan a nuestra corporación volver a posicionarse como una universidad clave en el crecimiento del país. Esta coyuntura se basa en los lineamientos centrales del programa del doctor Vivaldi en el sentido de fortalecer, organizar, profundizar y mantener los aspectos de la investigación y de la innovación que permitan generar una oferta y de paísser una contraparte activa en las políticas a nivel de Estado”.

“Somos el Estado”

El 16 de junio de 2014 recibió una vicerrectoría en la que, durante las gestiones de los doctores Miguel O’Ryan y Sergio Lavandero, “se generó un levantamiento de información y un proceso de vinculación importante con las direcciones de Investigación de las diferentes facultades; por lo tanto, se establecieron las bases respecto de las diversas capacidades que tiene la universidad en todas sus disciplinas, incluyendo no sólo a las tecnológicamente más avanzadas, sino también a las del área humanista. Ahora lo que viene es retomar el contacto con esas unidades para convocar y coordinar proyectos de interés nacional”.

Este trabajo, explica, partirá desde establecer las oportunidades para que en esas unidades se propongan posibles temáticas centrales de esos proyectos: “Hay que volver a entregar la iniciativa a los investigadores. Podemos crear incentivos, posibilidades de coordinación, pero la creatividad, las ideas, tienen que nacer desde los académicos. Su limitante está en que la mayoría de ellos desconoce la realidad de otras facultades; por lo tanto, esta vicerrectoría –basada en su conocimiento al respecto- tiene que jugar un rol fundamental viendo las oportunidades que ofrece esta diversidad. Nunca hay que olvidarse que tras los grandes proyectos nacionales está la investigación, que tiene que ver con el estado del arte, el saber hacer, con las capacidades; eso es lo que define y está en los científicos. Por eso nuestra labor se sustentará en una conversación, en una interacción entre las diferentes unidades y esta vicerrectoría”.

¿Cómo se relacionará este trabajo institucional con las propuestas del Estado?

Lo primero que hay que comprender es que nosotros SOMOS el Estado; por tanto, tenemos una obligación de ver y crear alternativas de solución a los problemas nacionales. Y en ese contexto debemos tener interacción con el gobierno en cuanto administrador del Estado, para establecer nuevas formas de financiamiento a la investigación, además de fortalecer las ya existentes. Así, a partir de reconocer nuestras propias capacidades, nos planteamos revalorar nuestro posicionamiento estratégico en las soluciones a los problemas, pero ese proceso va a hacerse en conjunto.

La innovación como punto de quiebre

Otro legado de sus predecesores, explica el doctor Salazar, reside en que uno de los elementos incorporados a la misión corporativa y se refiere a la vinculación que debe existir entre la investigación científica, el desarrollo y la innovación, entendida como proceso que genera valor de diferente índole –económico, cultural, social- a las creaciones, invenciones o al conocimiento científico que se origine en la universidad. “Este proceso es complejo y es distinto, está ensamblado con la investigación, aunque a veces se entiende en forma independiente de la ciencia. En esos casos, las soluciones planteadas quedan limitadas  a pequeños ajustes en los procesos productivos, por lo que su impacto es menor. La innovación, como la vemos desde la universidad, se basa fuertemente en la investigación científica; por lo tanto, son cambios revolucionarios los que se esperan de ella, con un impacto económico, cultural y social que tiene que ser mucho más alto”.

Pero, advierte, “todos estos cambios que proponemos  pasan por la voluntad política. Cuando no la hay, se pueden diseñar la cantidad de proyectos nacionales que se quiera, pero no se van a materializar. Lo que podemos garantizar es que el rector Vivaldi y este vicerrector tenemos la voluntad política para asegurar que se produzcan estos cambios. Y el actual gobierno ha manifestado que desde el Estado también está esa intencionalidad. Las condiciones estarían dadas, a mi juicio, pero hay que implementarlas”.

Por eso, detalla, “estos proyectos requieren también de un cambio cultural. No hay que ver a la Universidad de Chile como una más de la competencia. En el actual contexto, su rol debe cambiar, y para generar el impacto esperado tenemos que nuevamente vincularnos al sector productivo, porque desde que se descubre algo en base a la investigación hasta que se genera un producto, es todo un mundo al cual nuestra universidad está llamada a jugar un papel fundamental. Entonces no  solamente vamos a descubrir una molécula, también tendremos que probarla en modelos piloto y luego determinar su validez como producto; pero no basta con eso,  porque después hay que ver si tiene viabilidad dentro del planteamiento económico que impere en ese momento. Ese valor puede ser desde la perspectiva empresarial, con patentes, licenciamientos y royalties, o con soluciones que se incorporen directamente al sistema público. Todo eso requiere de la innovación, de la transferencia tecnológica, y eso ya no es discutible; la universidad asumió que ese es un rol que tiene que jugar. Los temores a que se deje la ciencia básica de lado son infundados; no podemos confundir nuestros intereses particulares con los del Estado y del país. Al país le interesa la innovación, que tiene que ser basada en la ciencia, para lo que es fundamental tener una masa crítica de investigación básica adecuada. A partir de muchos de estos proyectos, algunos equipos van a propiciar algún tipo de potencial transferencia tecnológica. La ciencia básica es el pilar fundamental, la investigación por curiosidad es la que permite realizar los grandes descubrimientos, pero tengo que ser crítico con quienes se oponen a la innovación escudándose en esta falsa dicotomía sólo para intentar defender situaciones de status quo, eso hay que cambiarlo. A nadie se le va a obligar a que haga innovación, pero tampoco habrá obstáculos para ella, porque eso perjudica al país”.

De hecho, el doctor Salazar finaliza señalando que en el arqueo de productividad científica institucional que recibió como legado, se pudo dar cuenta de que hay una cuantificación de la investigación tanto a nivel interno, como en comparación al desarrollo nacional en la respectiva disciplina. “Y así nos encontramos con sorpresas, como que en algunas áreas que no han sido productivas desde el punto de vista de sus publicaciones y que argumentan que su rol no está en investigar, pero se ven confrontadas con la realidad de que por ejemplo en Conicyt hay muchos proyectos en esas temáticas, por lo que nosotros estamos deficitarios sin justificación. Por eso, lo primero que vamos a impulsar y promover es la excelencia en todos los ámbitos, pero también vamos a generar un cambio cultural respecto a la definición de la excelencia. Hay una discusión que se debe dar al respecto: a mi parecer, la excelencia académica no puede limitarse a los puntos ISI ni al factor H solamente, aunque deben incluirse cuando es pertinente; la excelencia tiene que ver con el reconocimiento nacional e internacional de los pares de la labor desempeñada, y que puede ser diferente dependiendo del origen disciplinar. ¿Por qué no va a valer un investigador que ha encontrado soluciones para generar políticas a nivel nacional en distintas problemáticas, sólo porque no haya publicado en una revista de elite? ¿O un artista que haya realizado importantes obras de acercamiento a la población nacional sólo porque no haya expuesto sus trabajos en las galerías famosas? Hay que revalorar la excelencia, sin pensar que se está nivelando hacia abajo sino que hacia arriba; hay un nivel de exigencia que tiene que ser medido de una forma mucho más moderna y esa búsqueda la vamos a promover.

Cecilia Valenzuela León


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