Nº 294 - 18 de marzo de 2014

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Apunta a crear una nueva contribución diagnóstica
Buscan patrones genéticos con miras a personalizar farmacoterapia usada en cáncer testicular

  • Gracias al financiamiento Fondecyt 2014, el doctor Luis Quiñones, académico del Programa de Farmacología Molecular y Clínica del Instituto de Ciencias Biomédicas, junto al equipo que lidera en el Laboratorio de Carcinogénesis Química y Farmacogenética (www.farmacogenetica.cl) , tiene como objetivo analizar enzimas y proteínas participantes tanto en el metabolismo de las drogas usadas habitualmente en el tratamiento de esta patología como en la reparación del ADN de células tumorales y sanas, de manera de determinar su rol en la eficacia y seguridad de esta quimioterapia.

Doctor Luis Quiñones

En Chile, el cáncer testicular representa entre el 1% y 2% de todos los cánceres en el hombre; su mortalidad corresponde a 1,1 por cada 100.000 personas, “al menos tres veces mayor que la tasa global, que es de 0,3 por cada 100.000”, explica el académico, añadiendo que ésta no es una incidencia demasiado alta,  “pero es el cáncer más común entre los varones de 15 a 35 años, con una tasa de 7,9 por cada 100.000, afectando tanto su capacidad de reproducción como su productividad. Es decir, los mejores años de su vida”.

En nuestro país esta patología está cubierta por las Garantías Explícitas en Salud, GES, incluyendo cirugía y quimioterapia, con drogas como cisplatino, etopósido y bleomicina. “Todas ellas producen severos efectos secundarios, que disminuyen mucho la calidad de vida del paciente”, añade.
Por ello, y en base a lo que ha sido su línea de investigación desde 1999 en el área de farmacogenómica, ha estudiado las enzimas y proteínas involucradas en el metabolismo de estas drogas, tanto desde la perspectiva de su eficacia como desde la seguridad. Así, ha identificado a numerosas enzimas de biotransformación participantes tales como los citocromos P450, las glutatión S-transferasas, UDP Glucuroniltransferasas y otras, como la bleomicina hidrolasa o las enzimas de reparación del ADN.

“En base a estos avances, en el actual proyecto, junto a los doctores Cristián Acevedo del HCUCH; Dante Cáceres de la Escuela de Salud Pública y Nelson Varela de la Escuela de Tecnología Médica, analizaremos todas las enzimas involucradas tanto en el metabolismo de estos medicamentos en el organismo, como en la reparación del ADN de las células tumorales y sanas, de manera de establecer patrones genéticos que nos sugieran si una sustancia va a producir una mejor o peor respuesta terapéutica, si conllevará toxicidad o si es que afectará o beneficiará el proceso en que las células patológicas o normales responden a la acción del fármaco”, agregó el académico.

Patrón genético validado

Para ello contará con el apoyo del Instituto Nacional del Cáncer, mediante la participación como co investigadora de la jefa de Oncología de la institución, doctora Berta Cerda, de manera de contar con la participación informada y voluntaria de un alto número de pacientes que tengan indicada quimioterapia. De esta forma, estos resultados se podrían transformar en un perfil genómico validado, el cual se podría usar como un examen previo al tratamiento, que prediga la respuesta individual del paciente a estas drogas. Esto, con el fin de personalizar su prescripción, ya sea validando el uso de la quimioterapia estándar de tres medicamentos o sólo dos; aumentando o disminuyendo la dosis de alguno de ellos o, incluso, recomendando agentes inductores o inhibidores de ciertas actividades enzimáticas, como son algunos productos naturales tales como el jugo de pomelo, la hierba de San Juan o flavonoides como la quercetina de la uva.

Y es que si una persona tiene muy disminuida, o simplemente no expresa la enzima que metaboliza en cualquiera de sus fases a uno de los medicamentos utilizados, ese enfermo estará recibiendo una droga de la que sólo obtendrá resultados tóxicos y efectos secundarios, sin los beneficios esperados. O si es que tiene muy activas las enzimas que reparan el ADN de las células tumorales, estas se “defenderán” mejor de la quimioterapia, por lo que habría que buscar otras alternativas terapéuticas.
“Nosotros ya estamos realizando estudios farmacogenómicos de este tipo que nos solicitan de clínicas privadas; por ejemplo, para analizar la respuesta de pacientes depresivos a  diferentes fármacos psicotrópicos”, informa el doctor Quiñones. Por eso es que sostiene que este patrón genético puede ser la base de un examen diagnóstico que se pueda aplicar a todos los pacientes de cáncer testicular antes de su quimioterapia, de manera de que se le prescriba un tratamiento óptimo, más eficaz y menos tóxico.  

¿En su estudio advertirán diferencias étnicas de los pacientes como para establecer este patrón genético?

En base a diferentes investigaciones y contribuciones hechas por académicos de la Facultad de Medicina, como los doctores Carlos Valenzuela, Francisco Rotthammer, Lucía Cifuentes y Mónica Acuña, en proyectos anteriores y en este, usamos algunos parámetros en referencia a los grupos sanguíneos, el origen de los apellidos y el nivel socioeconómico, para caracterizar las poblaciones estudiadas. Sin embargo, actualmente la doctora Cifuentes está liderando una investigación respecto de numerosos marcadores que caractericen a nuestra población nacional completa, a través del proyecto Chilegenómico, y espero poder incorporar esos datos en mi análisis más adelante. (Para conocer esta iniciativa, pinche: http://elpulso.med.uchile.cl/20120724/noticia2.html) . En este mismo contexto, hemos iniciado recientemente un esfuerzo Latino Americano, liderado por nuestro grupo, dirigido hacia la validación de estudios farmacogenómicos y guías clínicas especiales para poblaciones mestizas creando un consorcio internacional cuyos primeras aproximaciones han sido publicadas recientemente en la prestigiosa revista Current Drug Metabolism (2014 Feb 2. [Epub ahead of print]).

“Es importante destacar que hemos considerado también analizar otros factores no genéticos que podrían incidir en el establecimiento de este patrón de respuesta a la quimioterapia”, agrega el doctor Quiñones. Variables como el Índice de Masa Corporal, la edad, la predisposición a otras enfermedades, podrían ser relevantes y por lo tanto se incorporarán a la ecuación final, “pues queremos llegar a un algoritmo que permita una predictibilidad lo más alta posible”.

Cecilia Valenzuela León


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