Nº 291 - 21 de enero de 2014

Nuestra ciencia no sólo necesita más dinero
Leer más..

Los futuros profesionales de la salud, en los rostros de los mejores matriculados en la Universidad de Chile
Leer más..

Académicos viajan a Universidad de Sidney para avanzar en investigación
Leer más..

Estudiantes de excelencia
Los futuros profesionales de la salud, en los rostros de los mejores matriculados en la Universidad de Chile

  • Ellos son los primeros matriculados de un total de 638 postulantes aceptados, luego del proceso de selección universitaria, en las ocho carreras de la salud que imparte la Facultad de Medicina. Provenientes en su gran mayoría de la educación municipal y subvencionada, así como de algunos establecimientos particulares, todos comparten la misma vocación social, de servicio, e interés por la ciencia.

Leandro Cayuleo, primer seleccionado en Enfermería, 766,4 puntos ponderados:

Leandro tiene 18 años y es un orgulloso producto de la educación pública, pues egresó el 2013 del Instituto Nacional. Siempre quiso dedicarse al área de la salud, y más aún después de profundas reflexiones junto a su profesor de Filosofía, “luego de las cuales me di cuenta de que mi mayor interés es hacer algo por el mundo, de que tengo harta vocación social”.

Pero su abanico de intereses cubre áreas muy diversas. “Me atraen mucho carreras como la sicología o la licenciatura en letras castellanas. Me encanta leer e indagar en estos temas”. Por eso, cree que Enfermería es una carrera que conjuga bien esta disposición hacia el humanismo, la vocación de servicio y la salud de la población.

Eligió a la Universidad de Chile, además de por su prestigio, “porque sé que voy a recibir una buena formación, y es lo que me gustaría darle a mis futuros pacientes: una buena atención, de calidad”. Por lo anterior y por toda su vida en la educación pública, ni siquiera pensó en un plantel privado, “no es el ambiente que me gusta”.

Junto a otros 17 jóvenes, serán un pequeño grupo de varones entre 77 alumnas. Riendo, dice que al momento de postular no se imaginaba que sería así.        

Ximena Arancibia, primera seleccionada en Fonoaudiología, 729,60 puntos ponderados:

No es la primera experiencia universitaria de esta futura fonoaudióloga. Al egresar del San Cristóbal College, ingresó a Ingeniería Civil Química en otra casa de estudios superiores, “pero me di cuenta de que no era el área en la que quería desempeñarme y trabajar el resto de mi vida”.

¿Cómo llegó a esta carrera? Ximena, de 21 años, dice que “siempre quise poder trabajar por el bienestar de las personas, prestar un servicio, y dentro del área humanista, pero con un fuerte énfasis en lo científico, Fonoaudiología resultó ser lo que yo quería. De hecho, ni siquiera tenía pensado qué hacer si es que no quedaba, porque estaba segura de que lo haría”.

La Casa de Bello fue su única opción, porque “la Universidad de Chile ha hecho escuela en esta disciplina y eso es un respaldo para mí al momento de estudiar, así como cuando egrese y entre al mundo laboral. Tiene tradición y excelencia y eso es lo que uno busca cuando está estudiando, que ese prestigio sea reconocido después”.

Por ello, hoy siente que vale la pena el haber dado un golpe de timón y haber cambiado de rumbo: “Significó que durante el año pasado debí estudiar y trabajar para lograr esta meta, pero con eso y el apoyo total de mis padres, lo logré”.

Jorge Poblete, primer seleccionado de Kinesiología, 776 puntos ponderados:

Este egresado el 2013 del Colegio Alcántara de la Cordillera, de La Florida, está muy contento porque en Ciencias y en Lenguaje le fue incluso mejor de lo que esperaba luego de los ensayos hechos durante el año pasado, pues reconoce que preparó con mayor empeño la prueba de Matemáticas.
Se decidió a estudiar Kinesiología luego de que ésta “fue una de las primeras carreras que conocí, en tercero medio; igual pasé por el proceso de ver otras carreras, cambié varias veces de idea, pero elegí esta porque me llama la atención cómo trabajan sus profesionales, acompañando al paciente en todo su proceso de rehabilitación. Siempre me ha gustado mucho el área médica”.

Y a la Universidad de Chile, explica, “la elegí por su historia. Mi papá estudió acá también –es tecnólogo médico-, así que hay una tradición familiar en esta institución y en esta Facultad de Medicina. Aparte, en una carrera en la que hay muchos egresados de diferentes casas de estudios, se necesita el respaldo de la mejor universidad detrás”.

Por último, espera poder disfrutar de otras actividades de la vida universitaria que le ofrece este plantel, tales como practicar básquetbol o atletismo, “aunque no soy muy destacado en los deportes”, añade.   

Sofía del Fierro, primera seleccionada de Medicina, 830,75 puntos ponderados:

Sin la ayuda de ningún preuniversitario, esta egresada de 18 años del Andrée  English School, generación 2013, alcanzó un puntaje en la Prueba de Selección Universitaria que la elevó hasta ser la primera seleccionada de esta carrera.  

Pero, de hecho, “no estaba segura de querer estudiar Medicina”, dice. Porque si bien es cierto le encantan las disciplinas de la salud, confiesa que siente un fuerte interés por la investigación, así que tuvo en su cabeza la posibilidad de dedicarse a la biotecnología o la bioquímica. “Pero siento que Medicina también me ofrece la opción de seguir lo científico, que me abre esas puertas”.

Y esa fue la razón de base para elegir a la Universidad de Chile como el lugar en donde formar y seguir su vocación. “Se dedica más a la investigación que otras instituciones, y si quiero a futuro dedicarme a ese camino, la “Chile” es la única opción correcta”.

Juan Orellana, primer seleccionado en Nutrición y Dietética, 738,30 puntos ponderados:

Juan es uno de los egresados destacados de la generación 2012 del Liceo Arturo Alessandri Palma. Cuenta que siempre quiso cursar una carrera del área sanitaria, es una vocación que tiene desde niño, y que por eso hoy está orgulloso de poder estudiar una disciplina que desde pequeño le causó interés, como es la salud y la enfermedad desde la perspectiva de la alimentación. 

Respecto de la Universidad de Chile, Juan explica que lo que más le llamó la atención –“además del prestigio, la trayectoria y los profesores de primer nivel”- fue el hecho de que “se preocupa tanto del estudiante como de su familia; por ejemplo, a través de los enormes esfuerzos que hace por ofrecer becas y diferentes instancias de ayuda a quienes se formen aquí. Eso es una cosa muy bonita”.

Está seguro de que pondrá todo su empeño por ser en esta carrera un alumno tan destacado como en el colegio. “Depende de uno, si se quiere llegar a ser alguien, se tiene que ser capaz de estudiar por sí mismo”.  Pero, a sus 20 años, también tiene claro que su vida no transcurrirá sólo tras los libros o en una sala de clases. “Me encanta el arte y la música, y buscaré algún grupo en donde pueda desarrollar ese interés”.

Ana Paula Cifuentes, primera matriculada en Obstetricia, 765,95 puntos ponderados.

Ana Paula es de la región de Atacama, y egresó el 2008 del liceo municipal Manuel Magalhaes de Diego de Almagro. Al año siguiente ingresó a Medicina en otra casa de estudios, “porque, a los 17 años, creía que ése era mi camino. Pero por diferentes situaciones, debí replantearme las cosas y congelé la carrera”.

Por eso, cuando el 2013 rindió nuevamente la PSU “estaba un poco más nerviosa que la primera vez, porque aún no había decidido qué estudiar, y porque hacía siglos que no veía un ensayo. Pero los conocimientos que integra la prueba ya los tenía”.

Optó por Obstetricia “porque es una noble carrera, es una disciplina bella, me atrae el sentido público que tiene y la posibilidad de trabajar directamente con la gente. Y en la Universidad de Chile, “por sobre todas las cosas porque es estatal. Porque creo en la educación laica y siento que la universidad debe tener un rol e integración públicos. Además, se nota que hay una construcción importante en lo académico”.

Pero no todo será estudio, dice. “Me encanta la actividad cultural y no puedo pensar mi vida sin un poco de arte en ella. Soy bien activa políticamente y siento que la salud pública necesita una reestructuración importante para que ésta sea un derecho humano garantizado, y eso tiene que ir de la mano con una reforma constitucional. Por lo mismo, creo que este año va a estar bien interesante”.

Francisca Valdés, primera seleccionada en Tecnología Médica, 778,4 puntos ponderados:

Viajará todos los días desde Rancagua para asistir a clases. Aunque parezca sacrificado, Francisca prefiere eso a estar lejos de su casa y de su familia. “Ya lo intenté cuando estudié Medicina en otra universidad; viví en Santiago y no me gustó nada”, explica.

Aunque parezca extraño, esta egresada de 22 años del Liceo Bicentenario Oscar Castro Zúñiga, decidió dejar una carrera con la que muchos sueñan, porque “aunque me iba muy bien, cuando empecé las asignaturas clínicas me di cuenta de que no me gustaba, la labor del médico no es la que yo estaba buscando para mi vida, pese a que el conocimiento en torno al área de la salud de fascina”.

Por eso, y porque se considera una muy buena estudiante, decidió buscar una carrera “acorde a lo que yo soy, pero dentro del mismo campo, y por eso elegí Tecnología Médica”. De hecho, recuerda que al llegar a la enseñanza media se deslumbró con la biología “y quería saber más y más del ser humano. Por eso pensé que mi vocación sería la medicina, pero lo que más me interesa es el conocimiento y la ciencia en torno al cuerpo humano”.

Asimismo, la elección de proseguir esta carrera en la Universidad de Chile no es casual. “Por su prestigio, por los profesionales de excelencia que egresan, por los años que llevan ofreciendo esta disciplina y porque es estatal, tengo la garantía no tendré ningún problema al momento de postular a becas”.

Gabriela Moreno, primera seleccionada en Terapia Ocupacional, 758,2 puntos ponderados:

Hasta comienzos de 2013, Gabriela ni siquiera conocía la carrera en que hoy es la primera seleccionada. Alumna del colegio Alianza Francesa de Osorno, en enero de ese año tuvo la oportunidad de participar en la Escuela de Verano de la Universidad de Chile, ocasión en la que “supe que existía esta disciplina, y cuando llegué de vuelta a mi casa, le pregunté a mi madre, que es enfermera, y me dediqué a investigar por internet. Y con lo que supe me encantó, descubrí que es lo que quiero ser”.  

La decisión por cursar Terapia Ocupacional en la Casa de Bello, añade, fue simple. “Acá se creó esta escuela y es la mejor del país”.

Lo bueno, agrega, es que no llega a una ciudad desconocida. “Toda mi familia es de Santiago, de hecho pasé mi infancia acá, hace sólo siete años que nos fuimos a Osorno”. Aprovechará de acompañar a su hermana mayor, que el 2014 cursará tercer año de Medicina en la misma Universidad de Chile; “así que no me voy a perder”.

Estaba completamente segura de que iba a lograr su meta.  “Estaba tan segura de querer estudiar esta carrera, y en esta universidad, que ni siquiera tenía un plan B. Sabía que quedaría”.


PULSACIÓN SEMANAL
El Pulso
 © Todos los derechos reservados
elpulso@med.uchile.cl