Profesora Gittith Sánchez
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Tiene claro que es una labor enorme. También que se ha construido en torno a lo que muchos –académicos, estudiantes y funcionarios- han hecho, desde hace mucho tiempo. Pero también que es un área en la que todo está por hacer, desafío que no amedrenta a la doctora Gittith Sánchez, académica del Programa de Genética Humana del Instituto de Ciencias Biomédicas y, desde hace un mes, nueva directora de Extensión de la Facultad de Medicina.
El primer paso en este desafío, sentencia, es que “tenemos que hacer un proyecto de extensión”. Para ello, añade, lo primero es definir qué se entiende por este concepto –dado que, en un diagnóstico recientemente realizado por la Comisión de Extensión de la Facultad de Medicina, es un área sobre la cual no hay acuerdos en cuanto a su misión y alcances-, para lo cual cita a la profesora venezolana Teresita Pérez de Maza, asesora del Núcleo de Autoridades de Extensión de las Universidades Venezolanas (NAEX), quien la define como una actividad integradora, pensada como la misión social de la universidad. “En ese sentido, parte de concebir a la universidad como un sistema abierto, que establece su relación con las comunidades, tanto internas como externas, desde la detección de sus necesidades sentidas. Por eso, el primer sustrato debe ser trabajar con esos requerimientos, que incluso pueden orientar posibles investigaciones como también actividades docentes. Pienso que es una definición que podríamos adoptar, porque no parte de que nosotros supongamos qué es lo mejor para nuestras comunidades, sino que detectar y recoger sus intereses y carencias, para lo cual trabajaré en vincularnos con ellas”.
Paralelamente a esta etapa, la doctora Sánchez recuerda que en nuestra institución ya se han realizado, o están en plena vigencia, innumerables iniciativas tanto de contribución social como culturales, académicas o de otro tipo, tanto intra como extra murales. “Pero es necesario sistematizarlas y visibilizarlas, para que nosotros mismos veamos lo que somos capaces de hacer y apreciemos la cantidad de recursos, tanto de infraestructura como humanos, que ha invertido ya la facultad”.
La continuidad es prioritaria
Pero sabe que esto no es suficiente. “A partir de las definiciones que establezcamos, a partir de las reflexiones que como comunidad institucional hagamos al respecto –espero que podamos efectuar unas jornadas con este fin antes de que termine el año-, y en las que me parece indispensable que se le de el carácter de actividad de extensión a aquellos proyectos que tengan continuidad en el tiempo, me dedicaré a gestionar el apoyo institucional para ellos”.
Ese apoyo, añade, no sólo debería materializarse en recursos, “sino que en algo que es una falencia a nivel de toda la universidad: el reconocimiento casi nulo que tienen las actividades de extensión en las evaluaciones académicas, y que pese a ello, sin tiempo protegido tampoco, nuestros docentes siguen realizando”.
Para todas esas metas, cuenta con el respaldo tanto de las máximas autoridades de la Facultad de Medicina y de la Comisión de Extensión de nuestra institución, “como con el de la dirección de Extensión de la Facultad de Odontología, la cual también ha debido recorrer un difícil camino, y con la que ya estamos planificando actividades conjuntas, así como con otras facultades del Campus de la Salud”.
Cecilia Valenzuela León
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