Nº 270 - 23 de julio de 2013

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Fortaleciendo la innovación curricular desde el interior

  • La Facultad de Medicina está dando un paso importante en este proceso, porque es la única dentro de la Universidad de Chile que cuenta con todas sus mallas innovadas. Sin embargo, esta situación también representa un enorme desafío, porque requiere poner en marcha un conjunto de cambios en la estructura y forma de gestión que actualmente tiene el plantel.

En esta tarea, la Facultad de Medicina espera que, a través del perfil de egreso de cada carrera (uno los elementos centrales de la innovación curricular), los estudiantes logren en el transcurso de su malla curricular alcanzar sus respectivas competencias.



Estudiantes realizando trabajos en la Biblioteca Central

¿Y cómo se logra tal objetivo? Al respecto, se trata de poner en sintonía las necesidades de aprendizaje con las capacidades del docente, una tarea que la institución está asumiendo por medio de la creación y desarrollo de distintas unidades de trabajo.

Una de ellas es la Unidad de Evaluación Curricular, cuya finalidad es el mejoramiento permanente del currículum de formación de profesionales de la salud. De acuerdo a lo anterior, se hace cargo de la definición y gestión de los procesos de evaluación orientados a la obtención de información válida y confiable que permita tomar decisiones respecto de la adecuación del plan curricular, de los avances y los logros obtenidos en el proceso de enseñanza y aprendizaje a nivel de contexto, proceso y resultados.

En este sentido, Ximena Riveros, encargada de la Unidad de Evaluación Curricular y Magister en Diseño Instruccional con experiencia en el diseño, gestión y desarrollo de procesos de evaluación de carácter institucional–nacional en carreras con un diseño curricular basado en competencias, dijo que “cuando se habla de la evaluación de un currículum se está poniendo el foco de atención no sólo en el aprendizaje,  en el desarrollo de las competencias y en la enseñanza, sino que, además, en los profesionales que en ella intervienen, en la organización y funcionamiento del centro educativo, en la propia definición y desarrollo de la malla de estudios y en la actuación del aparato administrativo que debe proporcionar los recursos para el funcionamiento eficaz del sistema en su conjunto”.

Bajo este marco, la unidad estableció las siguientes funciones:

  • Definir y gestionar instancias de evaluación institucionales que permitan evaluar el desarrollo de las competencias del perfil de egreso a lo largo del currículum de formación y al momento de egresar, conforme a los estándares de calidad establecidos.
  • Definir y gestionar instancias de evaluación referidas  a las  estrategias metodológicas de enseñanza y de evaluación, y recursos didácticos incorporados, en términos de su pertinencia, efectividad y eficiencia respecto de los aprendizajes y resultados esperados que dan cuenta de las competencias y subcompetencias establecidas, según los dominios del currículum de formación.
  • Definir y gestionar la evaluación de la organización y estructura del Plan de Estudios en términos de su coherencia respecto de la progresión de los aprendizajes, según los dominios y competencias establecidos en el currículum, la congruencia y vigencia de los objetivos y contenidos curriculares.

Ximena Riveros comenta que la evaluación del currículum no es una evaluación externa a éste, sino una herramienta interna para su mejoramiento. Así, la evaluación del desarrollo de las competencias a lo largo de la malla de estudios está relacionada directamente con las formas de evaluar utilizadas en los cursos. “El objetivo de nuestro trabajo es mejorar, ser constructivos y tener una mirada proactiva frente a los cambios, todo en un proceso que es de mejoramiento continuo”.

En ese sentido, se definieron ciclos para medir el nivel de desarrollo de las competencias: en las carreras de cinco años el primer ciclo se evaluará al final del segundo año; el segundo, al finalizar el cuarto año (período cuando empiezan las prácticas y parte clínica) y el tercer ciclo en el egreso; en este último punto, de acuerdo con los estándares de calidad establecidos para las competencias del perfil. En el caso de la carrera de Medicina, las evaluaciones de ciclo serían al final del tercer año, del quinto y al egresar.

Primeras tareas

Considerando que la tarea esencial de esta unidad es definir y gestionar procesos de evaluación que permitan dar feedback y revisar el currículum, hasta el momento la información que se tiene, y que está retroalimentando la malla de estudios, son las notas que los alumnos han obtenido en las evaluaciones realizadas por los docentes.  Por esta razón, Ximena Riveros sostiene que “lo que corresponde ahora es obtener otro tipo de  información que también sirva  al sistema y permita su revisión bajo una perspectiva de mejoramiento”.

En este sentido,  como primera tarea se ha planificado aplicar, al inicio del segundo semestre de 2013, un cuestionario general que ha sido  elaborado por la Unidad de Evaluación Curricular, que permita conocer la percepción y opinión de los estudiantes de primer año de todas las carreras de la facultad, en relación a algunos elementos importantes de la innovación curricular, como son el acceso a la información referida a este proceso, los aspectos pedagógicos y metodológicos de la docencia, la evaluación realizada al interior de cada curso y el autoaprendizaje. Esta información se podrá contrastar y complementar con las evaluaciones realizadas por los profesores. La idea es conocer cómo los estudiantes han vivido y sentido el proceso de innovación curricular, con el objeto de determinar si lo que manifiestan afecta de manera positiva o negativa su aprendizaje. También se encuestará a los docentes respecto de la innovación curricular, las metodologías utilizadas y los trabajos desarrollados, entre otras materias. “Esta información nos permitirá analizar y evaluar las estrategias ya implementadas, además de identificar las falencias y realizar las mejoras que se requieran”, sostuvo la encargada de la unidad.

Así también, señala que “la participación de los académicos-docentes y de los estudiantes en estos procesos de evaluación es esencial. Ellos son  los actores centrales e indiscutibles de los procesos de enseñanza y de aprendizaje”.

Paralelamente, la Unidad de Evaluación Curricular está preparando la evaluación del primer ciclo en las carreras de cinco años. En este sentido, la primera tarea que se está llevando a efecto es levantar la información requerida respecto de lo que el estudiante debería exhibir, en términos de habilidades o competencias al finalizar el segundo año.

¿Y qué pasa con los docentes?

En primer lugar, hay que definir qué se entiende por desarrollo docente. Carolina Figueroa, coordinadora de la Unidad Campus Norte de la RED para la excelencia docente de Pregrado de la Vicerrectoría de Asuntos Académicos, argumenta que son las acciones orientadas a potenciar las competencias pedagógicas del cuerpo de profesores y ayudantes de la institución, y a favorecer un cambio de sus paradigmas respecto a la enseñanza-aprendizaje en la educación superior, teniendo como norte una práctica docente reflexiva.

En ese sentido, a partir del año 2012 la Facultad de Medicina cuenta con una Unidad de Desarrollo Docente (organizado y desarrollado por el equipo Campus Norte de la RED) y que considera como modo de trabajo el Modelo de Acompañamiento Docente, que como su nombre lo indica, tiene como finalidad acompañar al académico en el proceso de transformación de su metodología de enseñanza, para conseguir progresivamente aprendizajes más significativos y profundos en sus estudiantes.

Tareas a realizar

Para realizar este trabajo se consideraron las siguientes acciones (cuyas tres primeras ya se están implementando):

Análisis y rediseño de los programas de curso: Instancia en que los docentes reflexionan sobre fortalezas y debilidades de sus estrategias metodológicas y evaluativas utilizadas, así como aspectos organizativos y de gestión del propio curso. Carolina Figueroa dice que “estas reflexiones permiten, junto al grupo asesor a cargo, redefinir el programa. Además, es una instancia formal de apropiación de la innovación curricular, debido a que el docente debe comprender cómo se estructura el currículum y de qué manera su curso tributa al perfil de egreso que la carrera pretende desarrollar”. Para tal efecto, se utiliza como instrumento el formato de programa de curso que la facultad ha establecido y que corresponde a la etapa de instalación del modelo de innovación curricular. En este proceso es importante también poner atención a la diversidad de los estudiantes que los académicos tienen en el aula, por cuanto existen condiciones que los hace aprender por medio de distintas herramientas. Esta etapa se comenzó a implementar en el primer semestre del 2012.

Monitoreo del proceso de enseñanza y aprendizaje: Es un momento de acompañamiento a través de entrevistas con equipos docentes y observaciones de clases, con el propósito de propiciar en el académico o en los equipos las reflexiones sobre la calidad y eficacia de su propia docencia. La profesional agrega que “en esta acción, que comenzó en marzo de este año, se utilizan como instrumento de apoyo las pautas de observación de clases, y se desarrolla en la etapa de implementación del nuevo currículum. Aquí se evidencian los aspectos más débiles del programa con relación a las metodologías de evaluación y enseñanza, clima de aula y gestión de curso, entre otros elementos”.

Actividades de Formación Docente: A partir de los puntos anteriores, surgen las necesidades de formación de los equipos docentes; por lo tanto, “son actividades pertinentes y contextualizadas para alcanzar los aprendizajes del curso. Al respecto, ya se está trabajando, por ejemplo, en los dispositivos de evaluación de aprendizajes con un equipo docente de anatomía y PEC de otros cursos, como química y un  taller de grado de seguridad y  prueba de selección múltiple”, sostuvo la coordinadora.

Generación de conocimiento a partir de las prácticas docentes innovadas: Consiste en la sistematización y publicación de experiencias innovadoras de la facultad.

Redes de colaboración docente: Trabajo conjunto y sistemático con la Unidad de Enseñanza y Aprendizaje y Evaluación de la facultad.

Carolina Figueroa recalca que la idea es que los académicos puedan darle sentido a las metodologías que utilizan, y que se den cuenta por qué lo hacen. “Por tal razón, es importante comprender que todo este trabajo es parte de un proceso paulatino. Requiere de tiempo para analizar y rediseñar los programas. Nosotros nos reunimos dos o tres veces por semana con los docentes, porque se trata de que puedan realizar reflexiones de calidad en torno a las asignaturas”.

Otro punto importante es que, terminando el primer semestre de este año, la Unidad de Desarrollo Docente desarrollará evaluaciones con los equipos académicos de todos los cursos innovados de primer año, con el objetivo de mejorar los programas para el 2014.

Por último, la coordinadora de la Unidad  Campus Norte de la RED destacó que “el desafío es poder analizar y rediseñar todos los programas innovados hasta finalizar el ciclo, cuya duración dependerá de las carreras. Asimismo, y en relación a la visión en este sentido, la idea es que logremos tener prácticas reflexivas en la Universidad de Chile, con la finalidad que el docente resignifique su quehacer, que le dé sentido a la enseñanza que lleva a cabo”.

René Bustos


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