Nº 266 - 18 de junio de 2013

“Parasitología Humana”
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Declaración Pública
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Técnica aplicada por cirujanos Chilenos permite el crecimiento del lóbulo izquierdo del hígado
Del pabellón al laboratorio, en busca de respuestas para la proliferación hepática

  • La resección de los tumores hepatobiliares malignos, logrando su total ausencia, es el objetivo de la cirugía hepática oncológica. Esto no es posible en todos los pacientes, debido al volumen insuficiente del hígado post resección, es decir, queda un órgano demasiado pequeño luego de la intervención, lo que se relaciona con mayor morbimortalidad postoperatoria. Una nueva técnica quirúrgica, descrita inicialmente en Europa y aplicada desde hace alrededor de un año en Chile, llamada Associating Liver Partition with Portal vein ligation for Staged hepatectomy o ALPPS, permite “hacer crecer” la parte sana de un hígado en una primera cirugía, de manera de poder extirpar la zona afectada y dejar un órgano de tamaño adecuado y funcional, permitiendo prolongar la sobrevida del paciente.

En Chile esta cirugía es realizada sólo por el equipo de cirugía Hepatobiliar del Hospital del Salvador; dos de sus cirujanos trabajan junto a la doctora Pamela Romanque, académica del Programa de Fisiopatología del ICBM, quien está investigando cuáles son los mecanismos involucrados en dichos resultados y si éstos se pueden obtener mediante otros procedimientos.


Doctores Mario Uribe, Pamela Romanque y Sebastián Uribe-Echavarría.

Ese es el objetivo de este proyecto Fondecyt Regular 2013 que liderará la doctora Romanque por los próximos tres años. Según explica, la técnica ha sido aplicada  ante la necesidad de los cirujanos de hacer crecer lo que quedaría de hígado luego de resecar una parte de este órgano debido a la presencia de tumores. “Cuando un lóbulo hepático tiene lesiones numerosas, de gran tamaño, o ubicadas anatómicamente de manera tal que no es posible resecarlas quirúrgicamente, el paciente es derivado a otros tratamientos, que tienen menor sobrevida o no logran el estadío R0, sin tumor”.

Por ello, los especialistas comenzaron a buscar técnicas que les permitieran aumentar el tamaño del lóbulo hepático libre de tumor. “Dado que cada uno de los lóbulos del hígado cuenta con irrigación independiente para su funcionamiento, en primer término se aplicó la ligadura o embolización de la vena porta, dejando sólo la arteria hepática funcionando normalmente y así pudieron ver que el lóbulo con irrigación portal normal aumentaba de tamaño, a veces lo suficiente  y en un tiempo apropiado como para resecar la zona metastásica y dejar al paciente con un órgano funcional”, añade la académica.

Tanto la ligadura como la embolización portal son procedimientos que tienen recidiva; es decir,  en ocasiones no logran un aumento de volumen adecuado o este crecimiento ocurre en un tiempo demasiado prolongado, lo que impide el tratamiento definitivo del paciente. Por este motivo, a la ligadura portal, recientemente se le agregó la “partición del hígado”, separando en un primer tiempo quirúrgico –dejándolo como un libro abierto- los dos lóbulos hepáticos. “Entonces observaron que el lóbulo sin ligadura aumentó de volumen en menos tiempo, alcanzando un tamaño apropiado en aproximadamente un mes, lo que permitió la resección de metástasis, en estas primeras experiencias nacionales, de cáncer colorrectal”, informa la doctora Romanque.

Hasta el momento esta cirugía en Chile tiene indicaciones limitadas, aunque en otros países han descrito el uso de la técnica en tumores primarios y metástasis de otros tumores.

Buscando otro camino para los mismos resultados

Este innovador procedimiento se realiza en Chile sólo por cirujanos del equipo de Cirugía Hepatobiliar del Hospital del Salvador, quienes cuentan con cinco casos intervenidos hasta la fecha. Dos de sus miembros, los doctores Mario Uribe y Sebastián Uribe-Echevarría, trabajan junto a la doctora Romanque con el fin de reproducirlo en un modelo experimental, y así conocer los mecanismos moleculares involucrados en el crecimiento del lóbulo izquierdo cuando se bloquea la vena porta del lóbulo derecho para que, en base a esa información, se encuentren potenciales intervenciones farmacológicas que permitan obtener los mismos resultados.

 “Aunque comenzamos hace poco, ya sabemos que lo que ocurre en el hígado es una proliferación de los hepatocitos; es decir, aumenta el número de las células del hígado, no solamente su volumen. Hay muy poco conocimiento en esta área, porque la técnica es muy nueva y porque nació por una necesidad quirúrgica, cuyos resultados son los que ahora se están estudiando a nivel de laboratorio, de manera que hay poca información disponible al respecto”, dice la doctora Romanque.

Por este motivo, su investigación postula que, después de que se liga la vena porta del lóbulo afectado, hormonas o nutrientes provenientes del intestino o del páncreas, que en condiciones normales llegarían por esta vía, al estar ausentes dejarían de activar vías moleculares relacionadas con sensar energía. “Y, paralela o alternativamente, creemos que al cerrar esa vena el aumento de flujo que se produce en la otra rama de la vena porta, la que va al lóbulo izquierdo, provocaría estrés endotelial, lo que activaría mecanismos relacionados con la proliferación”, agrega.

Esta técnica y los conocimientos que procure podrían tener aplicaciones clínicas en diferentes patologías, tales como otros tumores hepatobiliares, y eventualmente, el tratamiento de ciertos donantes de órganos. “Si se tiene conocimiento de los mecanismos involucrados, podemos estudiar si potencialmente se pueden gatillar farmacológicamente o a través de procedimientos menos invasivos para el paciente”, finaliza.

Cecilia Valenzuela León


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