Chile será, prontamente, un país libre de humo de tabaco. Gracias a la abrumadora votación con que la Cámara de Diputados aprobó la nueva ley, nuestro país podrá decir que ha cumplido con proteger la salud de sus ciudadanos y ciudadanas y con los compromisos internacionales adquiridos a través del Convenio Marco para el Control del Tabaco de la OMS, ratificado por el propio Parlamento el año 2005.
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Profesora Marķa Teresa Valenzuela |
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Este es un gran avance para la salud pública, considerando que tenemos a las niñas entre 13 y 15 años más fumadoras del mundo (39,9%) y la mayor prevalencia de fumadores y fumadoras de América (40,6% de la población mayor de 15 años). Y aunque estas altas cifras parecieran predecir una actitud de rechazo de los chilenos y chilenas a medidas restrictivas como las ya aprobadas, la opinión pública –a través de diversas encuestas- siempre se ha manifestado a favor de los ambientes libres de humo de tabaco.
La sociedad civil, a través de ONG’s, sociedades científicas, agrupaciones gremiales de la salud, instituciones académicas y voluntarios/as ha influido fuertemente en la opinión del Parlamento sobre los contenidos de esta ley, muchos de ellos polémicos y latamente discutidos en público y en privado. El lobby de la industria tabacalera se dejó sentir, lo que fue denunciado tanto por autoridades de Gobierno como por los propios senadores y diputados. Y esto abre nuevamente el debate sobre la urgente necesidad de regular el lobby institucional y transparentar los intereses de diferentes empresas e industrias, especialmente aquellas que anteponen sus beneficios económicos a la salud de las personas.
La nueva ley establece, entre otras cosas:
- La prohibición absoluta de fumar en espacios cerrados de acceso público, como bares, restaurantes, pubs, discotecas y casinos.
- La restricción de la publicidad indirecta (personas fumando en pantalla en horarios para menores) y en puntos de venta de cigarrillos.
- La prohibición de fumar en graderías, tribunas y canchas de estadios y recintos deportivos, salvo en espacios especialmente habilitados para ello.
- El aumento del número de advertencias en las cajetillas de cigarrillos (de 2 a 6 pictogramas por año).
- La obligatoriedad de tener programas educativos anti-tabaco en los colegios.
- La ampliación de la facultad de fiscalización de la Autoridad Sanitaria a los Inspectores Municipales;
A partir de marzo, cuando entre en vigencia esta nueva ley, Chile podrá decir que está, nuevamente, a la altura de los países más avanzados en materia de legislación anti-tabaco.
María Teresa Valenzuela
Periodista, Magister en Salud Pública
Académica Escuela de Salud Pública
Facultad de Medicina Universidad de Chile
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