En ese sentido, el doctor Luis Michea, director de Investigación y Tecnología de la Facultad de Medicina, detalla que “con la recepción municipal final podremos concursar y ejecutar proyectos de construcción, habilitación y remodelación, financiadas por el Estado u otras entidades, como el Banco Mundial”.
Certificado que acredita la recepción municipal
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Por ejemplo, añade, “el caso más emblemático al respecto es el Programa de Mejoramiento de la Calidad y la Equidad de la Educación Superior, Mecesup, cuyos recursos derivan del Ministerio de Educación. Esta iniciativa financia obras, equipamiento y recursos humanos, entre otras líneas de trabajo, con el propósito de mejorar la formación y la docencia en el pre y posgrado. Por lo tanto, avances en innovación o en la implementación de nuevas metodologías –aunque los proyectos fueran de excelencia o muy competitivos-, no se podían ejecutar con este programa, si no se contaba con la recepción final”, enfatizó el director.
El doctor Michea considera fundamental el tema de las mejoras en infraestructura para avanzar en la modernización de la gestión que desarrolla la Facultad de Medicina. “Si quisiéramos construir un centro para la formación y evaluación de habilidades clínicas, financiado por MECESUP, sólo podríamos concursar, por ejemplo, para algunos ítems, como en recursos humanos, pero no para el resto de fases del proyecto, en que generalmente lo más caro es la inversión en obras o habilitación de espacios”.
Así, este nuevo escenario permitirá dar cuenta de este tipo de financiamiento. “Antes no se podía contar con este ítem o glosa en la rendición. Aunque hubiera presupuesto para dedicarlo a obras de construcción, al no tener la recepción municipal, era imposible hacerlo”, comenta el doctor Michea.
El desafío por obtener la recepción final
El viernes 5 de octubre, Carlos Lazcano, director Económico y de Gestión Institucional (DEGI), entregó a la decana Cecilia Sepúlveda el certificado que acredita la regulación del edificio que cobija a la Facultad de Medicina, hecho que significa el término de un proceso que se arrastró por más de medio siglo, y que tendrá una importancia vital para el futuro desarrollo del plantel universitario.
La Dirección Económica y de Gestión Institucional presentó por primera vez un expediente completo que permitió obtener la recepción municipal de este edificio, elaborado por el arquitecto Juan Martínez, y cuya obra gruesa se completó entre los años 1955 y 1959.
Con la entrega de los antecedentes y el pago del permiso municipal se cumplió con la Ley General de Urbanismo y Construcciones, regularizando con lo estipulado en la normativa vigente sobre infraestructura sanitaria.
Sin embargo, hay que recalcar que esta recepción final no sólo es el término de un mero acto administrativo; muy por el contrario, esta regulación permitiría avanzar en la modernización de la gestión que lleva a cabo la Facultad de Medicina, en lo que a infraestructura se refiere.
Colocación de la primera piedra
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Al respecto, los primeros desafíos que la facultad afrontaría serían dos importantes proyectos de infraestructura que comenzarían a construirse en los próximos meses: Tecno Aula y Milenio, dedicados a la docencia y la investigación, respectivamente.
En ese sentido, Carlos Lazcano dice que “en relación al edificio Tecno Aula estamos en el proceso de autorización de su financiamiento, de acuerdo a las etapas establecidas por la Universidad de Chile, es decir, Comisión Mixta, Consejo Universitario y Senado Universitario, trámite que esperamos concluya lo antes posible. Además, se encuentra en fase de diseño arquitectónico, la cual debiera finalizar en noviembre de este año. Por último, Milenio ya cuenta con el proyecto arquitectónico completo, y está actualmente en el proceso de elaboración de las bases de licitación para su construcción”, puntualizó el director de la DEGI.
René Bustos
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