Nº 239 - 16 de octubre de 2012

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Tras terapia celular de reemplazo
La ciencia del Nobel 2012 presente en la Facultad de Medicina

  • En el laboratorio del doctor Juan Segura –Aguilar, académico del Programa de Farmacología Molecular y Clínica del Instituto de Ciencias Biomédicas, desde hace tres años están trabajando en la producción de células IPS (células madre pluripotenciales inducidas), con el fin de encontrar una posible terapia para el mal de Parkinson. 

Doctor Juan Segura Aguilar

Todos partimos de una única célula, el resultado de unir un óvulo y un espermatozoide. Está única célula se va multiplicando y generando células inmaduras que tienen la capacidad de producir todas las distintas células de un organismo, desde neuronas hasta las células de los huesos o la piel. Estas células inmaduras se llaman células madre pluripotenciales. En el pasado se creía que este desarrollo era en esa única dirección: de inmaduras a maduras. Los trabajos de John B. Gurdon y Shinya Yamanaka, recientes Premio Nobel de Medicina y Fisiología, demostraron que la dirección opuesta también era posible: las células adultas pueden reprogramarse para convertirse en células inmaduras capaces de generar células de cualquier tejido.

“Hace aproximadamente tres años comenzamos a reprogramar fibroblastos con la técnica creada por Yamanaka. Los fibroblastos son un tipo de célula residente del tejido conectivo propiamente dicho, ya que nace y muere allí. Sintetizan fibras y mantienen la matriz extracelular del tejido de muchos animales; proporcionan una estructura en forma de entramado a muy diversos tejidos y son muy importantes en la curación de heridas, siendo las células más comunes del tejido conectivo. Yamanaka descubrió que introduciendo cuatro factores de transcripción a una célula, en este caso el fibroblasto, se puede desdiferenciar y así hacerla pluripotencial; es decir, adquiere la capacidad de transformarse en  diferentes capas germinales, como endodermo, mesodermo y ectodermo, pues el endodermo deriva en células de estómago, páncreas o  pulmón; el mesodermo, en células de músculo o riñón, y el  ectodermo en células del sistema nervioso, la piel, óvulo o espermio, por ejemplo”, explica el doctor Segura-Aguilar. 

Avanzar en seguridad

Por eso, añade, “este descubrimiento es uno de los más importantes, porque abre la puerta a la posibilidad de conseguir terapias celulares para una serie de enfermedades donde hay daño celular; por ejemplo, males degenerativos como Alzheimer, Parkinson o Huntington, o los problemas derivados de una herida, para que se puedan regenerar los tejidos. Este avance permite contar con la herramienta para generar nuevas células y tejidos que pueden ser trasplantados a los pacientes, lo que abre toda una nueva perspectiva en áreas en las que hasta ahora existía una enorme frustración. Por ejemplo, en el caso del Parkinson, llevamos casi 40 años después de que se introdujo la Levodopa –el primer medicamento para su tratamiento-, y no se conocen bien su mecanismo ni nuevas terapias,  no hay un entendimiento claro de dónde atacar el problema y encontrar la solución.  Estos avances podrían permitir terapia celular de reemplazo de los tejidos dañados”.

Un británico y un japonés ganan el Premio Nobel de Medicina 2012

De hecho, agrega que en su laboratorio ya han podido crear exitosamente células IPS tanto de modelo animal como a partir de una biopsia de un paciente con Parkinson. “Aún hay una serie de problemas no resueltos, donde aún se está investigando, pues falta por verificar que estas células desdiferenciadas sean completamente seguras al ser trasplantadas al paciente; es decir, que este proceso de transfectar cuatro factores de transcripción a los fibroblastos no provoque ningún tipo de trastorno ni aberración genética que pudieran  provocar efectos laterales no deseados. A pesar de que esto requiere más investigación, lo importante para Chile es que somos de los pocos países de Latinoamérica que estamos trabajando en células IPS y que contamos con la tecnología para ello.  Eso es un proceso lento, pero del momento que se descubran nuevas metodologías y formas para hacer este trabajo, nosotros estaremos preparados para hacer estos experimentos y para generar terapias celulares”.

Cecilia Valenzuela León


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