Profesora Leonor Armanet |
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La sangre es un bien escaso que sólo se obtiene por donación de una persona sana. Los componentes sanguíneos producidos a partir de ella deben emplearse en las mejores condiciones, garantizando a todos los pacientes que los necesiten un acceso equitativo, oportuno y suficiente para completar su terapia transfusional. Estos principios están descritos en la Política Nacional de Servicios de Sangre del MINSAL.
El sistema chileno de salud requiere contar con alrededor de 250.000 donaciones de sangre completa por año. Esta materia prima debería provenir de donantes altruistas (voluntarios no remunerados), permitiendo así disminuir el riesgo de transmisión transfusional de agentes infecciosos. Actualmente en Chile coexisten dos tipos de donantes de sangre: los altruistas y aquellos de reposición o familiar; estos últimos son la forma más frecuente de donantes en el país, aportando aproximadamente un 90% del total de donaciones. Es necesario que trabajemos para aumentar en forma sustantiva los donantes altruistas, con el propósito de disminuir el riesgo en las transfusiones; existe suficiente evidencia científica que demuestra que los donantes voluntarios altruistas que donan regularmente tienen menor prevalencia de infecciones transmitibles y, por lo tanto, entregan una materia prima mas segura.
La Universidad de Chile, como parte de su rol formador y acorde a sus principios orientadores, debe participar y participa apoyando las políticas públicas que benefician a los ciudadanos. En materia de sangre, por una parte, formando médicos cirujanos y tecnólogos médicos que comprendan su rol protagónico específico y posean las competencias para aportar desde su ambito de acción, al cambio de paradigma que está ocurriendo en materia de Medicina Transfusional en nuestro país. Por otra, debe contribuir a generar conciencia en los estudiantes y los jóvenes sobre la importancia de donar sangre en forma voluntaria altruista y repetida, generando un circulo virtuoso con ellos como agentes multiplicadores de esta práctica en la población.
Además, está en curso un cambio sustantivo en la organización de los servicios de sangre en el país, pasando desde la existencia de Bancos de Sangre que realizan todas las funciones (donación, producción y transfusión) a Centros de Sangre y Unidades de Medicina Transfusional, con funciones diferenciadas. Este cambio organizacional necesita de recursos humanos calificados que lideren y trabajen para que su implementación sea exitosa, generando así una medicina transfusional de mayor calidad, seguridad, equitativa y oportuna para todos los pacientes que la requieren, y en esto la Universidad de Chile también tiene un rol importante que jugar.
Profesora Leonor Armanet
Directora Escuela de Tecnología Médica
Universidad de Chile
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