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Estudio incluirá a más de 130 pacientes con el primer accidente vascular
Investigadores chilenos probarán inédito tratamiento con vitamina C para evitar daños colaterales de angioplastía coronaria

  • El objetivo del estudio es “atrapar” la alta cantidad de radicales libres que se produce en el tejido del miocardio infartado, a resultas de la reperfusión sanguínea inducida por el procedimiento.

Doctor Ramón Rodrigo

El investigador a cargo de este nuevo proyecto Fondecyt Regular 2012 es el doctor Ramón Rodrigo, Profesor Titular del Programa de Farmacología Molecular y Clínica del Instituto de Ciencias Biomédicas, quien explica que la angioplastia -procedimiento que consiste en introducir un balón para dilatar una arteria ocluida total o parcialmente, con el fin de restaurar el flujo sanguíneo coronario, obstruido bruscamente por placas de colesterol y/o trombos- produce un daño del que no se habla mucho en las consultas médicas.

“Un accidente vascular al corazón resulta de una obstrucción a la circulación coronaria, que ocasiona que el músculo  cardíaco quede privado de flujo sanguíneo y, por tanto, de oxígeno, por lo que se produce necrosis o muerte celular en esa zona del tejido. La angioplastía recanaliza ese flujo sanguíneo”, explica en primera instancia el doctor Rodrigo.

A ello añade que “durante la situación de isquemia–que conduce a falta de oxígeno- el tejido dañado por el infarto tuvo un cambio metabólico. A causa de esto, la sangre normalmente oxigenada al perfundir nuevamente la zona isquémica lleva a un estallido de producción de un radical libre que se llama anión superóxido, que tiene una gran afinidad con el óxido nítrico. De esta forma, cuando la angioplastía restaura el flujo a la zona dañada, se genera una reacción entre el óxido nítrico y el anión superóxido que forma peroxinitrito, una sustancia altamente peroxidante que produce gran daño, durante una ventana de tiempo muy corta pero muy deletérea. De hecho, se puede atribuir hasta el 50% de la muerte celular del miocardio post accidente a esta situación, que se denomina “daño por reperfusión”.

Mega dosis de Vitamina C

El proyecto que lidera apunta a interceptar esa reacción química entre el óxido nítrico y el anión superóxido con un conocido antioxidante y, por lo tanto, bloqueador de radicales libres: la vitamina C. “Nuestro objetivo es evitar el daño por reperfusión con dosis masivas de esta sustancia, porque para que pueda ejercer su efecto de atrapador de radicales libres necesita una concentración de 10 mili moles por litro, la cual jamás se consigue con ingesta oral, pues llegado un cierto nivel plasmático el resto se excreta por vía renal”.

Para llegar a esa concentración, el protocolo propuesto establece la infusión durante aproximadamente tres horas de 54 gramos de vitamina C en alrededor de un litro de suero. Así, se logra una alto potencial antioxidante en el organismo, lo que prepara al tejido dañado del corazón para recibir la sangre rica en oxígeno que llegará a través de la angioplastía “sin que se produzca el alza de radicales libres que dañan aún más la zona afectada por el accidente al miocardio”, añade el doctor Rodrigo. Sus resultados se evaluarán por vía imagenológica -resonancia magnética cardíaca- transcurridos seis y 84 días desde el procedimiento. También, se comparará con el efecto de un placebo, es decir, una infusión con suero de igual osmolaridad pero sin vitamina C. “Así veremos si es que el daño por reperfusión es menor o no que el esperado”, añade el académico.

Este estudio, que cuenta con la aprobación de los comités de ética de la Facultad de Medicina, del Hospital Clínico Universidad de Chile y de Fondecyt, reclutará –vía consentimiento informado- a 133 pacientes adultos, con un accidente cardíaco como primer evento, que no tengan insuficiencia renal ni hepática, así como tampoco dificultades en la metabolización de la vitamina C; es decir, que formen fácilmente cálculos renales o tengan deficiencia enzimática de la enzima glucosa 6-fosfato deshidrogenasa. Finalmente, para reducir efectos adversos sobre la arteria coronaria a resultas de la angioplastia, los pacientes recibirán vitaminas C y E por vía oral hasta el control del día 84. 

“Esperamos resultados muy beneficiosos para los pacientes, que podrían conducir a un tratamiento de bajo costo y fácil implementación en todo el mundo”, finaliza el doctor Rodrigo.

Para la completa implementación de este proyecto, el doctor Ramón Rodrigo cuenta con la participación del doctor Juan Carlos Prieto, cardiólogo del Programa de Farmacología del ICBM y del Departamento Cardiovascular del HCUCH, al cual también pertenece un equipo de hemodinamistas liderados por el doctor Gastón Dussaillant y el radiólogo doctor Cristóbal Ramos, todos coinvestigadores del proyecto.

Cecilia Valenzuela León


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