Con la sentida participación de profesores tutores y compañeros de promociones menores, los especialistas en Medicina General Familiar terminaron esta etapa en su formación profesional, realizada en el Campus Sur de la Facultad de Medicina y liderada por el Departamento de Atención Primaria y Salud Familiar.
La nueva generación de especialistas en Medicina Familiar de la Universidad de Chile
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Su directora, la doctora Isabel Segovia, felicitó personalmente a cada uno de los nuevos especialistas, pero señaló que es necesario aumentar el número de profesionales en esta disciplina que sirvan al país. Por ello, los invitó a contribuir al desarrollo de esta vocación mediante una posible dedicación a la docencia.
Posteriormente, la profesora Eleana Oyarzún, coordinadora docente del Campus Sur, dirigió emotivas palabras a los graduados, a quienes agradeció por haber elegido a la Universidad de Chile para la realización de estos estudios, así como conminó a continuar perfeccionando sus conocimientos.
La doctora Isabel Segovia invitó a los titulados a contribuir al desarrollo de esta vocación mediante una posible dedicación a la docencia.
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Luego, se realizó la entrega de obsequios por parte de los profesores tutores a los nuevos especialistas, a quienes dedicaron saludos y buenaventuras; posteriormente, la doctora Paula Jeria, a nombre de los titulados, agradeció a los académicos la enseñanza que les permitirá “ser holísticos, a enfocarnos en la persona, con una manera diferente de mirar al otro”.
A su vez, la doctora Tania Muñoz, representante de los médicos en formación de especialistas de segundo año, llamó a sus ex compañeros a liderar la medicina con enfoque biosicosocial, incidiendo en las políticas locales y sociales.
La doctora Cecilia Morales, directora clínica de la Facultad de Medicina.
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Por último, la doctora Cecilia Morales, directora clínica de la Facultad de Medicina, se refirió a cuatro metas que integran la reforma sanitaria a las que pueden contribuir los especialistas en Medicina Familiar General, como son mantener y mejorar los indicadores sanitarios alcanzados –con una perspectiva diferente a la de generaciones anteriores, debido a los cambios epidemiológicos y sociales-; enfrentar los desafíos del envejecimiento, “transformando líneas de trabajo en políticas públicas”; las inequidades en salud, “pues no todos se benefician de los programas exitosos que se implementan” y aumentar la satisfacción de los usuarios, “mirando a los ojos, respetando gustos, creencias y decisiones”.
Cecilia Valenzuela
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