Estuvo ausente, pero no se notó. Héctor Wistuba Lorca -“quien mediante el expresionismo logra el objetivo del impresionismo”, dijo el doctor González- está radicado hace décadas en Helsinki, Finlandia, pero periódicamente viene a visitar a sus amigos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, institución en la que trabajó como funcionario de la sección de Publicaciones a partir de 1958 y hasta el quiebre de la democracia. No pudo asistir a la presentación del libro “Colección de Pintura Chilena: Héctor Wistuba Lorca”, obra del doctor Óscar González y de Editorial Bywaters, pero fue como si hubiera estado: sus amigos repletaron el salón del plantel y compartieron la alegría de ver sus mejores dibujos, óleos y acuarelas reunidos en un texto, así como festejaron la oportunidad de apreciar, una vez más, su inagotable talento artístico.
Doctora Cecilia Sepúlveda.
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El doctor González Campos, académico del Departamento de Obstetricia y Ginecología Norte de la institución, orgulloso y emocionado, se refirió a lo que ha sido su larga amistad con Wistuba, más que con palabras, mostrando la vida del artista a través de sus creaciones. Así, exhibió imágenes que abarcaron desde su autorretrato hasta dos versiones de nuestra Capilla San Vicente de Paul –una de los años ’50 y otra cuatro décadas posterior, pero hecha “de memoria”-; asimismo, girasoles en un vaso, manzanas de Puerto Montt y zapatos de obrero fueron recordados y analizados desde su admiración por Vincent Van Gogh y por Paul Cézanne. Otra manzana, “la de la solidaridad” fue conocida desde otra perspectiva por los asistentes, pues dijo el doctor González que es el recuerdo de una fruta que recibió Wistuba de manos de un soldado que sintió piedad por él cuando estaba detenido en Londres 38 por su labor gremial, maniatado y con la vista vendada, y llevaba muchas horas sin comer; desde entonces, la pinta y la regala a quienes siente que han hecho algo especial por los demás. El doctor González destacó su maestría con el uso del color y la luz, sus acuarelas sin dibujo y finalizó con sus abedules finlandeses, obra que ilustra la portada del libro.
Doctor Óscar González
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Posteriormente Michael Bywaters, director de Bywaters y Asociados, agradeció al doctor González, a quien calificó como un “provocador”, por su dedicado afán en apoyar el arte y la cultura.
Reconocimiento y reparación
Por su parte Amanda Fuller, escritora y ex funcionaria de la Facultad de Medicina, a nombre de Héctor Wistuba y de Ernesto Coloma –fotógrafo chileno también radicado en Finlandia, quien hizo la producción fotográfica de las obras mostradas en el libro-, dijo respecto del texto que era necesario reunir las creaciones del artista “como un reconocimiento y reparación a aquella sombra que cayó a su vida y lo llevó al exilio. Sus grandes pecados: la lucha gremial y su vida de artista. El doctor González, finalmente, encontró la fórmula adecuada para cumplir con este sueño”. Sus palabras dieron pie para mostrar un breve saludo que mandó Wistuba desde Europa.
Michael Bywaters
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Finalmente, la doctora Cecilia Sepúlveda, decana de la Facultad de Medicina, añadió que se enorgullecía de que la institución abriera sus puertas para uno de los suyos, como es Héctor Wistuba, a quien recordó como un gran apoyo de los estudiantes durante la época de la Reforma Universitaria. “Creo que ninguno de nosotros, los alumnos de esos años, no tuvimos mucha conciencia del gran artista que era Héctor. Siempre él estuvo dispuesto a ayudarnos, con gran generosidad, y cuando ha venido a Chile hemos querido hacerle presente esta amistad, que se ha mantenido inalterable, y entregarle nuestro reconocimiento y gratitud por todo lo que nos dio siendo estudiantes, por todo lo que le dio a esta universidad y al país”.
Cecilia Valenzuela |
