Profesora Aída Pohlhammer.
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Aída Pohlhammer, Myriam Pinto y Pamela Cotorás nunca se habrían imaginado, en 1979, que su labor como fonoaudiólogas podría llevarlas a estar nominadas para recibir una distinción de la Academia Latina de Grabación de Artes y Ciencias: el Grammy. Por esas fechas, las dos primeras estaban terminando el seminario de título “Creación y aplicación de un set específico de canciones en el tratamiento de dislalias”, luego de que durante su práctica profesional a Aída se le ocurriera ayudar a sus pequeños pacientes a afianzar fonemas mediante la música, idea que fue tutoriada por quien fuera la coordinadora de esta carrera, la profesora Edith Schwalm.
“En esa época hicimos como cuatro canciones para cada fonema, hasta para la “ñ”, que no se le echa a perder a nadie, incluso creamos temas especiales para rinolálicos. Para ello, adaptábamos canciones y melodías, así como creábamos otras, y me quedé con esta tendencia de ponerle música a los ejercicios, lo que además se potenciaba porque tengo un hijo con un trastorno severo del desarrollo, que no puede hablar pero en ocasiones recurría a melodías de canciones para pedir las cosas”, explica la profesora Pohlhammer.
Dos años después, junto a Pamela Cotorás y otros siete profesionales de la salud, y con el fin de ofrecer una alternativa terapéutica integral a niños con trastornos del desarrollo, fundaron el Centro de Rehabilitación Infantil Manantial. Allí, por los desafíos que le suponían sus pacientes, la mayoría de los cuales presentaba disfasia secundaria a parálisis cerebral, Aída comenzó a crear otro tipo de canciones, que permitieran elicitar sonidos, sílabas y palabras en forma automática, las que grabó artesanalmente en un cassette para que los padres continuaran el estímulo en sus hogares. “Por cierto, nadie lo hizo porque canto pésimo”, añade entre risas, “pero Pamela Cotorás tiene un hermano que tenía un estudio de grabación, y pensamos que éste podía ser un buen material para estimular también el lenguaje en niños sanos. Mediante su ayuda encontramos a quien fue nuestra primera cantante, Patricia Valenzuela, a la que le pusimos enfrente a una de nuestras estudiantes para que se motivara pensando a quién le tenía que cantar, y le enseñamos cómo debía trabajar cada tema. Lo hizo estupendo, grabamos nuestro primer trabajo y Pamela se dedicó a difundirlo con mucho esfuerzo; donde mejor nos acogieron fue en la Feria del Disco. Han pasado 22 años desde entonces, y ella ahora es nuestra gerente de producción y lo ha hecho tan bien que el 29 de noviembre próximo Mujeres Empresarias la premiará como una de las mujeres líderes; y Myriam volvió a Temuco, su ciudad natal, pero siempre nos colabora cuando estamos haciendo una nueva producción”.
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¿Cómo se transforma este conocimiento tan clínico en algo con orientación musical?
Es algo que se me da de manera natural, que siempre se me ocurre; cuando estoy trabajando con niños invento muchas canciones –aunque después se me olvidan-, porque se debe hacer ciertos énfasis en entonaciones para que repitan, completen o terminen palabras.
Gracias al “pirateo”
A lo largo de estas décadas, “Cantando aprendo a hablar” ha crecido a través de distintas producciones musicales, películas en DVD, la introducción del inglés y la variante de “Cantando hablo mejor”, así como presentaciones en vivo, proyectos con apoyo gubernamental, cápsulas de televisión en un canal nacional y un sitio web; actualmente, la voz principal es de la cantante Greta Astorga. Su éxito, añade la profesora Pohlhammer, ha trascendido las fronteras gracias, en parte, al “pirateo”: “en Uruguay existe una página en Internet con el mismo nombre que la nuestra y eso molesta, pero bueno, cuando el pirateo no es con fines comerciales es casi un orgullo”, sentencia.
El mismo sentimiento que la emociona cuando piensa en la premiación en Las Vegas, evento que contó como maestros de ceremonia con el actor chileno Cristián de la Fuente y la intérprete y actriz mexicana Lucero. “Ya el solo hecho de estar nominadas es un honor, así que fuimos felices aunque la competencia fue muy difícil”, finaliza.
Cecilia Valenzuela.
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