Portada
 
Nº 192 - 31 de agosto de 2011

Las indispensables redes para hacer y formar en ciencias
Leer más..

La grandeza de la lactancia materna
Leer más..

Integración laboral de las personas
con discapacidad mental: una deuda pendiente
Leer más..

PULSACIÓN SEMANAL

 

El Pulso
 © Todos los derechos reservados
Quiénes somos

Chile no tiene políticas que promuevan su contratación
Integración laboral de las personas
con discapacidad mental: una deuda pendiente

  • El estigma y la discriminación, la ausencia de incentivos en las empresas y el bajo nivel de recursos asignados por el Estado impiden una efectiva inclusión de las personas con discapacidad mental al mundo del trabajo. La ministra del ramo, Evelyn Matthei, dijo que se debe comenzar por lograr “una cultura de respeto y preocupación por la dignidad del ser humano, aunque sea distinto”.

Más de 600 mil personas en Chile presentan discapacidad mental, ya sea de causa psiquiátrica o intelectual. Sólo el 19% de ellas accede a algún trabajo remunerado, generalmente en condiciones precarias, con bajos salarios, horarios parciales y alta inestabilidad. Su situación laboral es peor que la de quienes sufren discapacidad física, visual o auditiva –que tienen una empleabilidad del 30%-, al tiempo que son víctimas de mayor discriminación y marginalidad.


Luis Alvarez, presidente de la fundación Rostros Nuevos; Evelyn Matthei, ministra del Trabajo y Previsión Social y Oscar Arteaga, director de la Escuela de Salud Pública.

Pese a que el mejor acceso a tratamientos y a educación hace que un número creciente de personas con discapacidad mental tenga habilidades para trabajar, muy pocas empresas están dispuestas a contratarlas. No sólo no existen los apoyos organizacionales ni las adecuaciones necesarias en los puestos de trabajo, sino que el país carece de una política específica que favorezca su inclusión laboral.

Entre los obstáculos para una verdadera inserción destacan el estigma y discriminación, la ausencia de incentivos en las empresas y el bajo nivel de recursos asignado por el Estado a los programas de inclusión. La Reforma Previsional de 2008 intentó generar incentivos al permitir a las personas discapacitadas mantener su pensión básica de invalidez en caso de recibir un ingreso laboral inferior al salario mínimo; sin embargo, al mismo tiempo la Ley 18.600 sobre Discapacidad establece que la remuneración puede ser libremente convenida entre las partes, “no aplicándose a este respecto las normas sobre ingreso mínimo”.


Bruno Baranda, Subsecretario del Trabajo; Alberto Minoletti, académico de la Escuela de Salud Pública y Benedetto Saraceno, invitado internacional al seminario.

El tema fue abordado en profundidad en el seminario “Chile trabaja por la inclusión laboral de las personas con discapacidad mental”, que organizaron la Escuela de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, la Organización Panamericana de la Salud y la Fundación Rostros Nuevos del Hogar de Cristo, que se efectuó el 22 y 23 de agosto de 2011. En el encuentro, al que asistieron más de 700 personas, participaron autoridades de gobierno, especialistas nacionales y extranjeros y representantes del sector empresarial.

Piedad versus derechos

En la ocasión, la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, dijo que el primer paso debe ser la inclusión social, que consiste en no dejar a las personas con capacidades distintas encerradas en su casa, sino hacerlas visibles y que convivan con los demás. Agregó que “mientras no tengamos una cultura de respeto y preocupación por la dignidad del ser humano, aunque sea distinto, aunque piense y actúe distinto a nosotros, no podrá haber una real inclusión laboral”. Sostuvo que la aplicación de cuotas y subsidios puede ser una forma de avanzar, “pero lo más importante es el empleo y la capacitación, que permita mantener ese trabajo”. En tal sentido, anunció mejoras al funcionamiento de la franquicia Sence, ya que, a su juicio, los recursos para capacitación no se están usando adecuadamente.


Los invitados expusieron ante más de 700 personas congregadas en el Aula Magna de nuestra facultad.

Por su parte, el director de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile, doctor Oscar Arteaga, afirmó que como país sufrimos una “ceguera social” ante la discapacidad. “No la vemos o si la vemos, no actuamos. Y en el caso de la discapacidad mental es aún más difícil, pues se agrega la estigmatización”, precisó. El médico salubrista dijo que, al igual que con los problemas que hoy vive la educación, frente al tema de la discapacidad es necesario cambiar el sentido común y mejorar la cohesión social, “ya que ésta es fundamental para mejorar los niveles de salud y la calidad de vida de la población”.

La conferencia principal estuvo a cargo del doctor Benedetto Saraceno, académico de las universidades de Nova (Portugal) y Ginebra (Suiza) y ex director del Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la Organización Mundial de la Salud. El experto manifestó que para una buena inserción y rehabilitación de las personas con discapacidad mental “no queremos piedad, sino derechos”. Añadió que no se trata sólo de encontrar trabajo, sino de trabajo sin exclusión, resguardando la plena ciudadanía de las personas.

Daniela Araneda