Estos fármacos pueden deteriorar su salud en el largo plazo; por ello, la doctora Karina Pino, nueva integrante del Programa Disciplinario de Inmunología del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina, desarrollará una línea de investigación orientada a generar tolerancia mediante terapia celular.
Doctor Juan Carlos Aguillón y doctora Karina Pino. |
La doctora Pino es ingeniera en biotecnología molecular y doctorada en Inmunología en el Darmouth Collage de Estados Unidos, y explica que “tanto en el área de las enfermedades autoinmunes como en la de trasplantes, lo que se desea es controlar la respuesta inmune. En ese proceso se han descrito dos poblaciones celulares importantes: las células dendríticas y los linfocitos T reguladores. Mi proyecto trata de la generación de estos dos tipos celulares de manera in vitro, para luego evaluar su función in vivo en dos modelos: de artritis –enfermedad autoinmune- y de trasplante de piel”.
Para ello, cuenta con el completo respaldo del doctor Juan Carlos Aguillón, director del Programa de Inmunología, quien ha desarrollado exitosas líneas científicas precisamente en el área de artritis reumatoídea, en laboratorios que pone a disposición de la nueva investigadora. Además, el doctor Aguillón añade que la incorporación de la doctora Pino obedece a la adjudicación de su proyecto por parte de la versión 2011 del Concurso Nacional de Inserción de Capital Humano Avanzado en la Academia, propiciado por CONICYT, el cual financia la mayoría de los recursos necesarios para su contratación por un plazo de tres años, por lo cual la Facultad de Medicina solo debe responder, como contraparte, con un quinto de esos fondos. “Por eso, este concurso es una herramienta central para la captación de académicos jóvenes de excelencia, con un importante ahorro de recursos para la institución”, señala.
Fortaleciendo el sistema inmune
En su proyecto, la doctora Pino evaluará la actividad potencial tanto de células dendríticas tolerogénicas como de linfocitos T reguladores en la generación de tolerancia al trasplante de piel. Posteriormente, espera expandir su línea de trabajo a un modelo in vivo llamado humanizado, el cual es modificado genéticamente para suprimir su sistema inmune, y al cual se transferirán los dos tipos de células humanas. Así, se evaluará la replicación celular, “lo cual sería el comienzo del desarrollo y estandarización de protocolos para terapias celulares”, explica.
Actualmente, añade, hay muy pocos grupos de investigadores en todo el mundo que están, como ella, tratando de expandir estos tipos de células en el laboratorio para que sea posible reinfundirlas en los pacientes con problemas en su sistema inmune, tales como los trasplantados o los enfermos con artritis reumatoídea, entre otras patologías. “Lo más importante de este tipo de terapia es que los pacientes no estén bajo tratamiento con drogas inmunosupresoras, porque eso genera muchos efectos secundarios que son perjudiciales, pues pueden producir daño crónico a nivel renal, en los huesos y en otros órganos y sistemas. Por eso, el objetivo final de la terapia celular es eliminar el uso de drogas inmunosupresoras”.
El doctor Aguillón finaliza señalando que la incorporación de la doctora Pino contribuirá no sólo al avance en esta nueva línea de investigación, cuya futura aplicación clínica es de gran importancia para el país, sino que aportará a la enseñanza de pre y post grado que imparte su programa disciplinario en la Facultad de Medicina, así como a las labores de extensión y administración docente.
Cecilia Valenzuela
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