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Nº 172 - 4 de abril de 2011

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El Pulso
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Quiénes somos

Especialista diabetólogo de extensa carrera
en el Hospital San Juan de Dios

“Hacer, atender, enseñar”

  • “Más aún, enseñar lo que se hace”. Esa es la base del actuar docente, asistencial y académico del doctor Manuel García de los Ríos Álvarez, nuevo profesor emérito de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

Doctor Manuel García
de los Ríos Álvarez.

Debiera estar acostumbrado a los laureles, pero –honestamente- pareciera que no. Es Maestro de la Medicina Interna Chilena, ha recibido dos veces el Premio de la Academia de Medicina de Chile, de la cual es miembro de número; es Master del American College of Physicians; Medalla Hagerdon, al diabetólogo más destacado de Latinoamérica y, además, ha recibido múltiples distinciones de sociedades científico-profesionales nacionales y extranjeras.

“Recibo este nombramiento de Profesor Emérito con profunda emoción y orgullo, como lo más alto a lo que puede aspirar un universitario de ‘la Chile’, que ha sido mi casa toda la vida. Cuándo lo habría imaginado yo, que empecé como ayudante segundo de la Cátedra F de Medicina del profesor doctor Rodolfo Armas Cruz”, dice el doctor Manuel García de los Ríos.

Desde ese entonces, y en poco más de 50 años de carrera académica, ha alcanzado todas las jerarquías posibles. Asimismo, fue co fundador de la Unidad de Diabetes del Hospital San Juan de Dios, de la cual fue jefe por 13 años. La conjugación de ambas experiencias le dieron la solvencia como para publicar más de 150 artículos científicos, capítulos de textos y el libro “Diabetes Mellitus”, con dos ediciones.

Ser nombrado maestro y enseñar, ¿implica tener todas las respuestas?

Durante estos años he escuchado y he aprendido. Las respuestas han variado en el tiempo y, sobre todo, en medicina; lo que considerábamos una tremenda verdad hace cinco décadas, hace tres era dudoso y después resultó errado. Como he estado siempre con  gente joven, va aprendiendo mucho de sus inquietudes y de la discusión del día a día. Por eso es tan enriquecedora la carrera docente, porque no solamente se enseña sino que se aprende, y uno debe hacerlo con capacidad de recibir y de reconocer equivocaciones algunas veces; eso lo aprendí de mis maestros.

Usted partió con un sistema de maestros y cátedras, que con la Reforma Universitaria cambió por la departamentalización. ¿Cambió, asimismo, la figura del maestro?

Sí, claro. Se democratizó un poco el asunto, porque antes el profesor era dueño de la cátedra y un poco dueño de sus ayudantes y de lo que iba a pasar con ellos. Incluso cuando me fui a Estados Unidos con una beca, el profesor Armas me dijo que yo tenía que ir a hacer Nutrición y Aterosclerosis a la Universidad de Minnesota, y después a estudiar Diabetes en la Joslin Clinic de Boston, que era lo que a mí me gustaba. Y uno hacía lo que le decían. Pero pese a tantos cambios, los que estamos en la universidad y teníamos muchas horas contratadas seguimos siendo un poco maestros en nuestras disciplinas; en ese sentido, junto al equipo del San Juan hemos formado un número muy importante de especialistas, trabajando codo a codo, haciendo cursos de Arica a Punta Arenas. Pero en el día a día con lo que era mi grupo de trabajo, con internos y becados, era una conversación casi como de los viejos maestros.

Desde toda esa experiencia, señala como una gran satisfacción la reciente renovación del convenio docente asistencial entre ese recinto de salud y la Facultad de Medicina. “Cuando yo estudié había sólo tres escuelas y sobraban los recintos asistenciales para formar a los nuevos médicos. Ahora se produce la cohabitación y una tremenda competencia. Creo que la Universidad de Chile tiene que decidir muy bien cuántos médicos quiere preparar, fortalecer muy bien su hospital y determinados campos clínicos y esos pelearlos a muerte para que sean exclusivos”.  

“Me anquilosaría sin la universidad”

Abordando su ámbito disciplinar, el doctor García de los Ríos se muestra muy preocupado por el espectacular avance de la diabetes. “El primer trabajo bien realizado sobre esta enfermedad en nuestro país lo hicimos junto con la doctora Iris Mella hace 30 años en el Gran Santiago, investigación en la cual encontramos una prevalencia de 5,3% de diabetes 2 en individuos mayores de 20 años. En la última Encuesta Nacional de Salud se informa que alcanza al  9,4%; ¡casi se duplicó! Esto no va a disminuir si no somos capaces de hacer cambios brutales, desde el Estado, comprometiendo a todas las fuerzas, y enseñando desde el jardín infantil respecto de lo que es la obesidad, como la primera causa de este mal”.

¿Piensa en el retiro?

Aunque me jubilé hace cinco años, no todavía. Me siento muy activo y al día porque estudio mucho, realizo seminarios y talleres, tomo exámenes de grado y me contacto con distintos grupos en el país. Mientras esté bien activo, estudiando y recibiendo enseñanza de mi equipo, con el que me reúno todos los miércoles del año, voy a seguir trabajando. Lo que yo no haría por ningún motivo es cortar toda relación con la formación universitaria y dedicarme sólo a atender pacientes en mi consulta, porque rápidamente estaría anquilosado.

Cecilia Valenzuela