Dr. Alejandro Tapia |
Antes de que el embrión llegue a implantarse en el útero materno, es decir, cuando apenas tiene cinco o siete días, inicia una “conversación” con la madre y lo hace a través de una hormona denominada Gonadotrofina Coriónica (hCG) que se detecta en la sangre para corroborar que la mujer está esperando un hijo. Esta cumple la función de estimular la producción de hormonas en el ovario, necesarias para evitar la menstruación y permitir la gestación.
Ahora bien, ¿cuál es la labor que desempeña la hCG en el útero para lograr que el embarazo sea exitoso? Es una pregunta que el PhD Alejandro Tapia espera responder con un Proyecto Fondecyt de Iniciación que se extenderá por tres años y que el investigador llevará a cabo en el Instituto de Investigaciones Materno Infantil (IDIMI) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.
“Me interesa entender la comunicación materno-fetal en la etapa más temprana que es, justamente, la más crítica en el desarrollo de la placenta porque si este falla la función placentaria será deficiente, lo que podría gatillar una serie de patologías o complicaciones que afectarán tanto a la madre como al hijo: abortos espontáneos recurrentes, preeclampsia (presión arterial alta en la mujer durante el embarazo), restricción de crecimiento intrauterino y talla baja del recién nacido, entre otras”, explica el doctor Tapia.
El investigador añade que una placenta bien estructurada y formada permitirá que el niño en gestación reciba una nutrición adecuada, tenga el aporte de oxígeno requerido y que se eliminen sus desechos en forma apropiada. “Los trofoblastos extravellositarios, un tipo de células del embrión que dan origen a la placenta, tienen que abrirse paso entre los tejidos para invadir el útero. En este proceso, en que ocurre una remodelación de su matriz extracelular, la hCG envía señales que favorecen la invasión del trofoblasto y su anclaje al útero”, dice.
Justamente, el doctor Tapia estudiará la comunicación prematura entre madre y embrión utilizando células inmortalizadas de trofoblastos importadas desde Canadá y células endometriales obtenidas de biopsias de pacientes del Hospital San Borja Arriarán. “Me interesa entender cómo se transduce la señal gatillada por hCG en el endometrio, los posibles impactos fisiológicos que ocurren en la remodelación de la matriz extracelular facilitando la implantación embrionaria y su rol en la formación de vasos sanguíneos que nutrirán la placenta”, comenta.
Por lo tanto, el estudio estará centrado en tres frentes: señalización, remodelación de matriz extracelular y angiogénesis. “Esto es muy interesante porque la invasión que hace el trofoblasto en el útero materno es muy parecida a la diseminación de las células cancerosas. De hecho, es una especie de metástasis controlada porque en ambos casos se secreta el mismo repertorio de enzimas para que puedan infiltrarse en los tejidos”, puntualiza.
Estudios moleculares
Para realizar sus investigaciones el doctor Tapia estudiará en cultivos de células endometriales las moléculas que están involucradas en señalización intracelular de la hCG: “Queremos comprender cuáles son las responsables de transmitir la señal gatillada por hCG desde la membrana de las células modificando la función celular”.
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Además, estudiará cambios en la actividad de algunas enzimas que estarían relacionadas con la remodelación de la matriz extracelular y su impacto fisiológico en el proceso de invasión del trofoblasto extravellositario en el útero materno. Para ello realizará ensayos in vitro colocando los trofoblastos en una cámara de invasión (placas de cultivo que tienen un filtro) junto con las células endometriales, para detectar si la estimulación celular con hCG favorece la penetración de los trofoblastos. “Eso nos ayudará a determinar si es que la hormona señaliza sobre la célula endometrial para instarla a hacer su matriz extracelular más laxa y así facilitar la entrada de las células derivadas del embrión que están en camino”, resalta.
Junto con ello analizará la formación de nuevos capilares. “Para saber si tienen o no efectos en la angiogénesis, tomaremos el medio que secretan las células del endometrio en respuesta a la hCG y lo pondremos en otras células derivadas de endotelio”.
Añade que al exponerse a factores que inducen la angiogénesis estas células se reorganizan formando estructuras del tipo capilar, es decir, verdaderas rondas celulares, lo que da cuenta de la presencia de moléculas angiogénicas (que inducen la formación de vasos sanguíneos). “Esto es particularmente importante porque indicaría que la hCG prepara al útero para generar una respuesta concertada conducente a un embarazo exitoso”, recalca.
Si los resultados de su investigación son promisorios se podrían identificar, eventualmente, las causas de variadas patologías y hallar nuevos blancos terapéuticos para ellas.
Cecilia Coddou
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