Profesor Juan Vielmas |
Y es que esta nueva autoridad académica ha recorrido casi toda su trayectoria profesional vinculada a la implementación de políticas públicas en salud. En los 90, reestructuró la Sección de Orientación Médica y Estadística, SOME, del Hospital Exequiel González Cortés, y estuvo a cargo de la apertura del primer Centro de Referencia de Salud, perteneciente al Hospital El Pino. Durante la gestión de la doctora Michelle Bachelet como ministra de Salud integró la Unidad de Gestión de Servicios de esa cartera; luego, rediseñó la Unidad de Servicios de Informática y Control de Gestión del Servicio de Salud Metropolitano Sur; fue director del CDT del Hospital Barros Luco; jefe de gabinete del primer subsecretario de Redes Asistenciales, doctor Osvaldo Salgado; posteriormente, jefe del departamento de Control de Gestión del Minsal y, por último, asesor de la subsecretaría de Salud Pública, colaborando en la evaluación del cumplimiento de los objetivos sanitarios 2000 -2010. Paralelamente, realizó docencia en las universidades de Santiago y Andrés Bello, implementando diplomados de Gestión en Directivos Superiores.
Por ello, cree que “la Universidad de Chile, como institución educativa estatal, debe tener como objetivo el desarrollo del país, por lo que tiene que ir generando los servicios apropiados para la sociedad que tenemos. Uno de los aspectos fundamentales es ir mejorando el sistema de salud pública. La actual reforma se ha jugado por un modelo promocional y preventivo, por una gestión en red y por fortalecer la atención primaria”.
Así, ve la Escuela de Enfermería “participando activamente en el proceso de formar profesionales integrales y con competencias en un modelo familiar y comunitario, de manera de acompañar este proceso. En nuestro país ha habido un cambio social, demográfico y epidemiológico que obligó al cambio de sistema; por eso, la reforma fue el instrumento para este cambio de modelo de atención. Para mantener el liderazgo que esta universidad tiene en las diferentes carreras de la salud, nuestra escuela tiene que revisar el proceso formativo de los profesionales competentes, y acompañar el cambio en el modelo de atención”.
Y es que, señala, los cuidados son permanentes, durante todo el ciclo vital, resguardando los derechos de las personas, respetando su diversidad con especial énfasis en el cuidado a la población más vulnerable, siendo la enfermera (o) un agente activo en generar equidad”.
Sólo de esta manera “mantendremos nuestros liderazgos: desarrollando un proyecto de escuela atractivo para los postulantes, con un perfil ligado al desarrollo del sector público, a que seamos un actor decisivo en el modelo de atención familiar y comunitario. También debemos ahondar el concepto de gestión del cuidado mediante un proyecto específico, un producto de enfermería con indicadores, niveles de calidad, protocolos; hay que hacer una propuesta donde, como universidad, estemos a la cabeza de esta enfermería de excelencia, con calidad y basada en la evidencia”.
Los tres pisos
Para eso, el profesor Vielmas señala que una de las misiones prioritarias será revisar el “primer piso” –educación de pregrado- de la Escuela de Enfermería, analizando avances en materia de acreditación e innovación curricular. “En lo primero, veremos nuestras fortalezas y debilidades, de manera de establecer un plan de mejora en aquello que así lo indique; respecto de lo segundo, iremos inyectando los temas más relevantes que tienen que ver con cambios en el modelo de atención hacia una orientación familiar y comunitaria, con la gestión en red, con las políticas públicas que debiéramos incorporar, como los temas de género, diversidad cultural, medicina alternativa.
Así, revisará la posibilidad de fortalecer el cuerpo académico con nuevas contrataciones o mayores jornadas horarias. “Paralelamente, para que estos temas progresen, hay que estudiar las necesidades de los profesionales a cargo de los proyectos, para poder ayudarlos. Mi rol va a ser el de articular los equipos, las oportunidades y las soluciones”.
Esa será la base para fortalecer un “segundo piso”, representado en diplomados de especialización en materias de creciente relevancia como la Oncología o Diálisis, pero además áreas como “autoridad sanitaria y participación social, porque ninguna escuela de enfermería está mirando todas las tareas nuestra disciplina puede abordar en lo que es promoción, prevención y fiscalización sanitaria, por eso es que vamos a tratar de abrir un espacio nuevo, un producto que no existe en otras escuelas, de manera de estar a la vanguardia”.
Y el “tercer piso” serán ofertas en el postgrado; “que se arman en base a los dos primeros, en algunos contenidos que tienen que ser más bien transversales. Cuando se llega a una institución de tanta trayectoria se toma lo que ya existe, para articularlo en un solo todo que permita un desarrollo más armónico”. De este modo, finaliza, “los estudios internacionales muestran que los determinantes sociales son fundamentales para la mantención de la salud de las personas y las comunidades. Esta Escuela de Enfermería debe formar profesionales capaces de identificar aquellos factores sociales y del entorno que inciden en el bienestar de los individuos y generar estrategias que le permitan producir impacto sanitario”.
Cecilia Valenzuela
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